Ya antes escribí sobre BEF a colación de su libro Gel Azul, que compila dos novelas cortas de ciencia ficción, editadas originalmente en España. Ahora, me gustaría tocar otra de las facetas del trabajo de este talentoso escritor e ilustrador mexicano. Ladrón de Sueños es una novela juvenil con fuertes elementos de ciencia ficción. Publicada por Editorial Almadía, el libro está profusamente ilustrado por otro buen amigo, Patricio Betteo.
Situada en un futuro indefinido pero más o menos cercano, Ladrón de Sueños cuenta la historia de Andrea, una adolescente princesa punk que enfrenta sus miedos en la figura del Doctor Ventosa, un siniestro inventor responsable de la creación de la más exitosa consola de videojuegos, la WaRP II. El secreto tras el éxito de la popular consola de realidad virtual comercializada por HumaCorp es en realidad bastante simple.
Los experimentos del Doctor Ventosa lo llevaron a descubrir el origen de las pesadillas y la forma de producirlas. Sabiendo que los sueños son la mejor materia prima para la creación de videojuegos, incluyó en los goggles de la consola un mecanismo que ayuda a sembrar pesadillas entre sus usuarios, mismas que son recolectadas durante las noches por el Somnirráptor.
Andrea descubre al Somnirráptor en acción y a través de él encuentra a un grupo de niños fugitivos, quienes fueron los sujetos de prueba del siniestro científico cuando éste apenas empezaba con sus experimentos. Una vez que los jovencitos le cuentan su historia, Andrea decide ayudarlos a rescatar a un amigo suyo que todavía está cautivo y a enfrentar al villano en su misma fortaleza.
La novela está escrita en un tono ágil y fácil de seguir. A pesar de que está dirigida a un público adolescente, la historia tiene tantos guiños y referencias a la cultura pop del último cuarto del siglo XX que lectores de todas las edades la pueden disfrutar. Las ilustraciones de Betteo, engañosamente simples, ayudan a afianzar el tono de la novela como una fábula cyberpunk para niños de todas las edades.
Realizadas en blanco y negro, sus imágenes tienen la cualidad onírica que la historia demandaba, pero incluyen además elementos tecnológicos que no dejan duda alguna sobre el tono de Ladrón de Sueños, sin que eso implique renunciar a lucir como ilustraciones de un libro infantil, lo que me parece realmente destacable.
Si son aficionados a la ciencia ficción o la fantasía, tal vez deberían darle una oportunidad a esta excelente novela de BEF sin permitir que los prejuicios les impidan disfrutar de una buena historia. Después de todo, siempre he sido de la idea de que cuando una historia es buena, no existen límites de edad para disfrutarla.
Muchos de mis libros favoritos son considerados por muchos como literatura juvenil, y eso jamás me ha impedido disfrutarlos. Lectura bastante recomendada.
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