lunes, 1 de agosto de 2011

Captain América: The First Avenger (Reseña)

El ambicioso plan de Marvel Studios de construir un universo compartido para las adaptaciones de sus cómics alcanza velocidad terminal con la última entrega antes de la esperadísima The Avengers, que se estrenará el próximo año.

Captain América: The First Avenger es parte muy importante de este plan, pues el icónico personaje es la piedra angular para construir a los Avengers. Era esencial elegir al personal adecuado para llevar este proyecto a la pantalla, y el meticuloso proceso para seleccionar al director y elenco es testimonio del compromiso del estudio por hacer las cosas de la mejor manera posible.

Finalmente el elegido para dirigir la película fue Joe Johnston, veterano director y antiguo especialista en efectos visuales cuyas películas más recordadas (Rocketeer, Hidalgo, The Wolfman) se caracterizan por ser aventuras de época.

El guión de Christopher Markus y Stephen McFeely fue revisado y corregido por Joss Whedon, guionista y director de The Avengers, a fin de asegurarse de mantener la coherencia entre las partes del Universo Marvel cinemático. El elegido para interpretar el papel protagónico fue Chris Evans, actor que acumula ya media docena de proyectos basados en cómics.


Es 1942 y Steve Rogers (Evans) es un flacucho y enfermizo joven neoyorquino que lo único que desea es una oportunidad para unirse al ejército de los Estados Unidos e ir a pelear en Europa, pero su constitución física e historial médico lo hacen inelegible para el servicio. Su insistencia y compromiso atraen la atención del doctor Abraham Erskine (Stanley Tucci), quien tras entrevistarlo para entender sus motivos para querer ingresar en el ejército le ofrece la oportunidad de ser parte de un importante experimento.

Rogers ingresa al programa de entrenamiento de un selecto grupo supervisado por el Coronel Phillips (Tommy Lee Jones) y la agente británica Peggy Carter (Hayley Atwell). A pesar de las reservas de Phillips respecto a la capacidad de Rogers para responder a las expectativas del programa, Erskine está convencido de que se trata del candidato ideal para convertirlo en el primer supersoldado de los Estados Unidos.


Ante la presencia de altos funcionarios Rogers es sometido al proceso desarrollado por el Dr. Erskine con la asistencia del ingeniero e inventor Howard Stark (Dominic Cooper). El experimento es un éxito y Steve Rogers se convierte en un humano físicamente perfecto. Lamentablemente un espía nazi se encuentra presente y destruye el laboratorio al tiempo que asesina al Dr. Erskine, asegurándose de que su éxito no pueda ser repetido.

En Europa el conflicto toma un rumbo diferente a causa de la disensión de Johann Schmidt (Hugo Weaving), un alto oficial nazi a cargo de Hydra, la división de desarrollo tecnológico avanzado de los alemanes. Schmidt busca una antigua y mítica fuente de poder que le permita activar el avanzado armamento desarrollado por el Profesor Arnim Zola (Toby Jones) para perseguir sus propios planes de dominación mundial. Schmidt se sometió años atrás a una versión experimental del proceso de Erskine, con inusuales efectos secundarios.


Tras la muerte de Erskine, Rogers se ve relegado al papel de mascota del ejército norteamericano, realizando eventos para recaudar fondos para mantener a las fuerzas armadas. Esto lo hace enfundado en un colorido uniforme con los colores de la bandera norteamericana (homenaje al traje tradicional del personaje) y a regañadientes, pues él preferiría estar combatiendo en el frente de batalla.

Mientras se encuentra cerca del frente intentando animar a las tropas, se entera de la presunta captura de su mejor amigo, James "Bucky" Barnes (Sebastian Stan). Desobedeciendo órdenes y con la ayuda de Peggy y Stark, el Capitán América se lanza en una solitaria misión de rescate.

El inesperado éxito de su misión no autorizada cambia su papel en la guerra, convirtiéndose en el paladín del ejército estadounidense y en el líder de un selecto grupo de soldados, mezcla de los Invaders y los Howling Commandos que aparecían en los comics clásicos de guerra publicados por Marvel Comics décadas atrás.

Las batallas y acontecimientos varios se van poco a poco alineando para eventualmente llevar a una confrontación final cara a cara entre el Capi y Schmidt con el destino del mundo en juego.

La película es extremadamente entretenida y se siente como un regreso a los tiempos en que los blockbusters de verano eran sinónimo de diversión y entretenimiento para toda la familia. La producción fue cuidada hasta el último detalle y se encuentra llena de guiños a los aficionados al personaje o a los cómics de Marvel, aunque todos ellos están en segundo plano para evitar que alguno de ellos se interponga en el desarrollo de la historia.

Johnston suele tener problemas para mantener la coherencia y tono de sus películas, pero ése no es el caso de Captain America: The First Avenger. El guión está sólidamente construido y las interpretaciones del elenco mantienen el nivel de credibilidad durante toda la película, resaltando lo que Chris Evans consigue hacer con el personaje central a base de carisma y convicción en lo que está haciendo. Weaving es una delicia como villano (aún si está canalizando a Werner Herzog) y los actores de soporte realizan un trabajo extraordinario.


Marvel ha vivido un verano de ensueño con el gran éxito de sus dos películas propias, que gozaron de buena aceptación de público y crítica, y si les sumamos X-Men: First Class, producida por 20th Century Fox bajo licencia de la compañía, acumula tres grandes éxitos que sirven como preámbulo a lo que Joss Whedon presentará el próximo verano. Serán largos los meses de espera hasta el estreno de The Avengers, pero por lo pronto tienen ustedes la oportunidad de acudir al cine a ver Captain America: The First Avenger, para suavizar la espera. Y no se olviden de quedarse en la sala hasta el final de los créditos. Altísimamente recomendada.

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