viernes, 6 de mayo de 2011

Postsingular, de Rudy Rucker

Rudy Rucker es otro autor de ciencia ficción a quien tenía como asignatura pendiente desde hace unos años, y aunque lo que más ganas tengo de leer de su trabajo es la Ware Tetralogy (que se puede descargar de manera legal y gratuita de ManyBooks.net) decidí comenzar con Postsingular, una novela que el autor puso disponible para descargar desde su sitio hace unos años y que todavía se puede bajar desde ahí mismo, o bien desde ManyBooks. La razón para leer primero este libro es que me quedó la idea de que la bajé primero (hace más de tres años) y no la había leído, y como no está ligada o depende de la Ware Tetralogy, no había problema alguno.


Para aquellos interesados en la ciencia ficción o en temas de vanguardia científica o tecnológica, debe resultar familiar el termino Singularity. Hace referencia a una singularidad tecnológica, nombre con el que se conoce al teórico momento el que el avance tecnológico y el desarrollo de las inteligencias artificiales se dará de una manera tan rápida y repentina que podrá ser identificado como un momento específico, y cuyas consecuencias resulta prácticamente imposible prever. En Postsingular, Rucker intenta imaginar como sería el mundo justo después de la singularidad.

Cuando Jeff Luty, un científico con muchos traumas en su pasado, decide que la vida es demasiado difícil y la muerte no debería tener lugar en el esquema de las cosas, desarrolla un plan que le permitiría crear una recreación virtual de la Tierra con todos sus habitantes y en la cual no habría ninguna necesidad de envejecer o morir. El único problema con su plan es que para llevarlo a cabo, necesita que el mundo entero y todos sus habitantes sean devorados por nants, un ejército de nanorobots inteligentes, quienes serán los encargados de construir el reemplazo virtual.


Ond Lutter, un científico que trabajaba para Lutty, se da cuenta de lo que pretende y desarrolla un plan para neutralizar a las nants, y para ello utiliza a su hijo autista Chu. Por desgracia Lutter no está convencido de que las nanomáquinas sean un peligro para la humanidad, y desarrolla otra variedad a la que denomina orphids, y la libera sin esperar autorización o pruebas. Los orphids se reproducen utilizando las partículas sólidas suspendidas en el aire y en unas cuantas horas cubren el planeta entero y a todos sus habitantes, creando una intrincada red con uno o dos orphids por milímetro cuadrado.

El resultado es la creación de una red virtual superior a lo que el internet pudiese jamás llegar a ser. Todo mundo está en línea todo el tiempo y a la vista de todo el mundo. Se acabaron los secretos y los imposibles, pues uno puede visitar cualquier lugar o a cualquier persona, acceder a cualquier biblioteca o base de datos en el mundo sin mayor problema. Pronto aparecen inteligencias artificiales que, al combinarse, se convierten en una especie de supermente planetaria, creando una inteligencia compartida que puede ser compartida por cualquier usuario.

La contra de estas supermentes es que producen una fuerte adicción, y que nada de lo hecho o aprendido durante el tiempo que uno se integra a ellas permanece una vez que se rompe la conexión. JayJay y Thuy son una joven pareja de amantes que experimentan de primera mano lo mejor y lo peor de este nuevo mundo. La fuerte adicción de Jayjay a permanecer conectado a una de estas supermentes amenaza con separarlos, pues Thuy decide dejar su adicción y concentrarse en la creación de una metanovela, una forma narrativa que utiliza todos los recursos a su disposición para crear historias.

Tanta información y recursos llevan al descubrimiento de otro plano de existencia, una especie de mundo paralelo denominado Hibrane. Sus habitantes están recelosos de lo que pudiera pasar si los orphids tuviesen acceso a su mundo, por lo que hay un conflicto constante entre los hibraners que quieren una convivencia más cercana con nosotros los lowbraners, y quienes consideran que lo mejor sería aislar ambos planos para evitar el riesgo de contaminación. La novela está llena de ideas innovadoras y Rucker hace un gran trabajo explorándolas con desparpajo, jugando con las consecuencias de los eventos sin detenerse a pontificar sobre los pros y contras que podría llegar a tener el vivir en un mundo así.

Se trata de una novela entretenida que atrapa al lector casi de inmediato, y a la cual solo le puedo poner un pequeño pero significativo pero. Conforme la historia avanza hacia su climax, siento que Rucker empezó a contenerse al tiempo que pensaba en nuevas consecuencias y posibilidades, demasiadas como para integrarlas. Al final se da una buena resolución, pero me dejó con el agridulce sabor de boca de pensar que hacia el final se guardó mucho para la secuela. Tal vez no sea tan malo, pues en vez de una enorme novela tenemos dos, pero en su momento me molestó un poco.

En resumen, tras leer esta novela entiendo y comparto los elogios y admiración existentes hacia Rucker tanto de los lectores como de sus colegas. Postsingular es una inteligente y entretenida historia sobre el futuro que debiera resultar del agrado de cualquier aficionado a la ciencia ficción o incluso de muchos neófitos en el género. Altamente recomendada.

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