miércoles, 4 de mayo de 2011

Reseña: Scream 4

Wes Craven es un director con ciclos muy marcados. Joven promesa del horror a fines de los 1970 gracias a Last House on the Left (La Última Casa a la Izquierda) y The Hills Have Eyes (La Colina del Terror), y uno de los máximos exponentes del género en los 80, con cintas como Nightmare on Elm Street (Pesadilla en la Calle del Infierno) y The Serpent and The Rainbow (La Serpiente y el Arcoiris).

Esa misma década realizó la adaptación de Swamp Thing e incluso se dio tiempo para dirigir un par de episodios del relanzamiento de la clásica serie The Twilight Zone (Dimensión Desconocida). Tras algunos proyectos menos exitosos, Craven recurrió al revisionismo como una forma de revitalizar su carrera, primero con Wes Craven's New Nightmare (La Nueva Pesadilla), y después con Scream (Grita), ambas a mediados de los noventa.

Algunos dicen que con esa última no sólo revivió su carrera, si no también al género, y si no a todo el horror, por lo menos sí al subgénero de slashers.

Por desgracia empezó a desgastar la fórmula y luego de una más o menos exitosa secuela, Scream 2 (Grita Otra Vez) empezó a caer nuevamente en repeticiones y a involucrarse en proyectos menos exitosos, e incluso participó como productor en los remakes de algunas de sus películas. Ahora, a quince años de iniciar la franquicia de Scream y a más de diez de la última entrega, Craven decide intentarlo de nuevo con Scream 4 bajo el slogan de "Nueva Década, nuevas reglas".

Diez años después de los eventos de la entrega anterior, Sidney Prescott (Neve Campbell) regresa a Woodsboro, ahora convertida en la exitosa autora de un libro de auto-ayuda. Ahí se reencuentra con el Sheriff Dewey Riley (David Arquette) y su ahora esposa Gale (Courtney Cox-Arquette), justo a tiempo para el regreso de Ghostface, que planea reinventar su reinado de terror en Woodsboro, con Jill (Emma Roberts), prima de Sidney, y sus compañeros de escuela como blanco, además de que buscará eliminar todos los cabos sueltos del pasado.

La historia no tiene ni necesita más, y se apega a la fórmula establecida: un pueblo pequeño, una fuerza policial incompetente e insuficiente y unos irresponsables adolescentes crean el coto de caza ideal para un asesino en serie. Dentro de lo predecible de la trama, Craven y Kevin Williamson, guionista cocreador de la saga, encuentran el modo de añadir giros novedosos y relativamente inesperados a esta nueva entrega, donde juegan con su acostumbrado humor referencial y añaden un toque meta al usar a la primera como fuente adicional.

Mentiría si dijera que es una buena película o que está al nivel de la que inició la franquicia, pero les aseguro que está al menos al nivel de la segunda y muy por encima de la tercera. Se ha habla de la intención del estudio de que ésta entrega sea el punto de partida de una nueva trilogía, pero la verdad no veo para qué, pues ni siquiera tiene un desenlace de los que siembran oportunidades para secuelas. En lo personal, creo que lo mejor sería dejar que ésta fuese la última entrega.

Scream 4 es una película que sólo será del agrado de los aficionados al género o a esta serie en particular, y a pesar de sus defectos y problemas, creo que sería un buen cierre para la saga, aunque es de sobra conocido que los estudios no saben decir basta. Recomendada pero con reservas.

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