miércoles, 30 de diciembre de 2009

Los 2000: TV

Si fue difícil intentar comentar una década de cine, creo que la década en TV tampoco será cosa fácil. En esta década surgieron los reality shows, empezando con Survivor y Big Brother y mezclando el género con los programas de concurso a la American Idol, incluyendo todas sus versiones internacionales y múltiples copias, pero por fortuna eso no fue lo que marcó el rumbo de la década. Las principales cadenas de cable decidieron entrar a la producción de contenido original de alta calidad, y como resultado las series de drama alcanzaron un extraordinario nivel de complejidad y madurez.

Ese mismo cambio de mentalidad pronto se vio también reflejado en la comedia y otros géneros televisivos, convirtiendo por primera vez a la TV en una opción real de entretenimiento inteligente, y el cambio se vio reflejado incluso en el terreno de los videos, pues la demanda en DVD de esta nueva generación de series creció a niveles insospechados, dejando atrás los tiempos en que la única manera de que alguna serie contara con cierta permanencia en la cultura popular era a partir de repeticiones en alguna cadena menor.

A continuación una lista, sin ningún orden en particular, de las veinte series de TV que más disfruté durante los últimos diez años.

  • The Sopranos. David Chase redefinió lo que una serie de TV podía y debía ser. Trabajar para HBO, una cadena de paga, en lugar de con la televisión "pública", le permitió expandir los límites de lo que podía hacer en términos de contenido, y aunque mucho de lo que inició con The Sopranos es común en nuestros días, la saga de esta familia de mafiosos de Nueva Jersey sigue siendo excelente. Además, fue la consolidación de James Gandolfini como un actor reconocido.
  • 24. Una de las series más revolucionarias gracias al uso de "tiempo real" durante la primera temporada, alterando para siempre la idea de que los formatos de TV eran estáticos y predecibles.
  • Six Feet Under. Alan Ball ganó fama y reconocimiento por el guión de American Beauty, y lo usó para ganarse entrada en HBO y producir esta extraordinaria serie sobre una familia dedicada a los servicios mortuarios. Recomendable aún a pesar de sus múltiples altibajos.
  • The West Wing. Aaron Sorkin es uno de los mejores guionistas y showrunners que hayan trabajado jamás en la TV norteamericana y The West Wing será siempre recordada como su obra magna. O al menos las cuatro temporadas que se realizaron bajo su control y supervisión.
  • The Office. Serie de la BBC de 14 episodios filmados como mockumental (falso documental), creada y estelarizada por Ricky Gervais y enfocada a la vida de oficina. Generó versiones alrededor del mundo, incluyendo la de la NBC con un reparto encabezado por Steve Carell. Ésta empezó siguiendo de cerca las ideas e historias de la serie original, pero pronto evolucionó para convertirse en un ente propio. Ambas son excelentes.
  • Futurama. Matt Groening y su equipo crearon una extraordinaria serie humorística de ciencia ficción, tan divertida como Los Simpson pero quizás aún más mordaz. Duró poco, aunque en los últimos dos años reapareció gracias a películas producidas directamente para el mercado de DVD. 
  • 31 Minutos. Esta bizarra mezcla de Plaza Sésamo y una parodia de noticiero producida en Chile es un ejemplo de que la calidad de la TV infantil depende más del ingenio y la creatividad que del presupuesto, y que la buena TV puede ser disfrutada por público de todas las edades. Ojalá en nuestro país alguien tomara nota.
  • Buffy the Vampire Slayer/Angel. No sé si sea trampa incluir Buffy, pues solo la mitad de la serie, iniciada en 1997, se transmitió durante esta década, a diferencia de Angel, que empezó en 1999. Joss Whedon creó uno de los Universos más humanos y complejos que se hayan visto en TV, redefiniendo lo que debería ser la televisión dirigida al público juvenil y probando que la fantasía podía llegar a la TV de forma digna e inteligente.
  • Firefly. Las aventuras en el espacio, o Space Opera, como se conoce al género, nunca fueron representadas de forma tan entrañable como con esta joya de Whedon que tristemente fue menospreciada por Fox. Ni siquiera la posibilidad de darle un cierre con la película Serenity ayuda a reducir la sensación de que mataron un clásico en su etapa de gestación.
  • Doctor Who. El responsable de revivir una de las más añoradas series de la TV británica fue Russell T. Davies. Conservando la ingenuidad y modestos niveles de producción que hicieran famosa a la serie original pero añadiendo historias inteligentes y buenos actores, Davies resucitó de golpe la ciencia ficción en la TV británica.
  • Torchwood. Spinoff de Doctor Who en el que Davies exploró algunos de sus temas favoritos de forma un poco más seria y madura, que tras un inicio incierto se consolidó como una sólida propuesta. La reciente miniserie Children of Earth (que hizo las veces de tercera temporada) es un clásico instantáneo de la ciencia ficción contemporánea y nos deja preguntándonos cómo puede intentar superarse a si mismo el próximo año.
  • The Shield. Así como NYPD Blue cambió la televisión policíaca en la década anterior, The Shield llevó las cosas más allá al mostrar el lado oscuro de las fuerzas del orden con, si no villanos, al menos anti-héroes como protagonistas. Excelente trabajo de Shawn Ryan como productor.
  • The Unit. David Mamet es uno de los más grandes escritores de la actualidad, y tras haber dejado huella en teatro y cine durante las décadas pasadas, decidió hacer televisión y se asoció con Shawn Ryan y Eric L. Haney, autor de un libro sobre las fuerzas especiales del ejército de Estados Unidos. El resultado es una serie que mezcla acción y drama, combinando las misiones de una unidad de combate en operaciones encubiertas con los problemas de su vida familiar. Cuatro temporadas de primer nivel.
  • Rome. Otra tendencia curiosa de la década fue el interés por la producción de dramas históricos, de los cuales Rome fue tal vez el más ambicioso. Coproducida por HBO, la BBC y la RAI, Rome fue una serie fastuosa y con elevados costos de producción. Lástima que eso evitó que se concretara la idea original de extenderla hasta completar cinco temporadas.
  • Deadwood. Otro drama histórico pero situado en el viejo Oeste. David Milch creó la serie y escribió la gran mayoría de los episodios de las tres temporadas, con una mezcla de elementos históricos y ficticios alrededor del nacimiento del pueblo de Deadwood, en Dakota del Sur. Buenas historias y buenas actuaciones a lo largo de toda su duración.
  • Battlestar Galactica. Lo que parecía ser un inofensivo remake de una vieja serie de ciencia ficción resultó una grata sorpresa, lidiando con temas maduros de una forma entretenida e inteligente.
  • Will & Grace. La aceptación de la diversidad sexual en los medios no se dio de la noche a la mañana, y Will & Grace empezó antes de que el tema dejase de ser tabú en la TV. Además, pocas veces los actores secundarios han robado cámara de forma tan genial a los supuestos protagonistas.
  • South Park. Animación de bajo presupuesto y con una actitud que ninguna cadena de TV tradicional hubiese aceptado jamás. Por fortuna Comedy Central no es una de esas cadenas y Matt Stone y Trey Parker pueden seguir burlándose de todo y de todos de forma impune pero inteligente.
  • Samurai Jack. Tras el éxito de Dexter's Laboratory, el excelente animador Genndy Tartakovsky decidió crear algo más épico en tono y formato, y durante cuatro años exploró las aventuras de un ronin sacado del Japón medieval para combatir en el futuro a un demonio. Una de las mejores animaciones que hayan adornado alguna vez la TV del mundo.
  • Ramsay's Kitchen Nightmares y The F Word. ¿Quién hubiese imaginado que se podía hacer televisión en la cocina sin que los platillos o el acto de cocinar fueran el centro de atención? ¿O que hacerlo pudiese ser tan entretenido? El chef escocés Gordon Ramsay es neurótico y malhumorado, pero la pasión por su trabajo lo convierte en alguien con quien es difícil no simpatizar. Entretenimiento de primer nivel que no requiere de guiones ni producciones sobrecargadas.
Las que casi hicieron el corte:
  • ER. Esta serie apareció en 1994 pero se mantuvo al aire durante toda esta década, llegando a su fin a mediados del 2009. No la incluí porque a mi juicio las primeras temporadas de la serie fueron las mejores.
  • House. Entretenida e inteligente, mi mayor problema con la serie es la facilidad con que los escritores suelen tomar la salida fácil, cómodos con presentar cambios que en realidad son sólo cosméticos y sin plantearse realmente retos narrativos ni correr riesgos con sus decisiones. Si tuviese como protagonista a alguien que no fuese Hugh Laurie probablemente hace un par de años que habría sido cancelada.
  • Dollhouse. Joss Whedon tuvo que lidiar otra vez con una cadena que no respetó horarios, presupuestos ni libertad creativa. Es un misterio por qué insiste en llevar sus proyectos a Fox. Hay ideas interesantes detrás de esta serie e incluso algunos episodios extraordinarios, como el final no transmitido de la primera temporada, pero entre la interferencia de la cadena y los rodeos con que Whedon intentó minimizar dicha interferencia, la serie nunca alcanzó su potencial. Una verdadera lástima.
  • Dexter. Sigo creyendo que está enormemente sobrevalorada. La idea original es muy buena y la primera temporada también, al menos hasta su final. Después me parece que ha dado bandazos y no tiene un rumbo definido, lo que no sería del todo malo si no se sintiese estancada y las historias evitaran volverse tan predecibles. Y ni hablar de los momentos en que la trama supera toda posibilidad de plausabilidad.
  • 30 Rock. Comedia inteligente de la mente de Tina Fey que por desgracia parece haber alcanzado el punto de sólo ver hasta donde puede llevar las cosas antes de cansar a la audiencia o a la cadena.
  • The Mentalist. Otra muy buena idea que por alguna razón no me termina de convencer. No sé si sea por el actor principal o porque algunas historias parecen haber sido refrenadas de forma consciente. Me entretiene pero nunca me atrapó.
  • Epitafios. Buena mini-serie producida en Argentina por HBO. Inteligente y bien realizada, pero con el problema de no contar con un protagónico con el que se pueda empatizar. Gran primer intento al que no se dio el seguimiento adecuado.
  • Lie to Me. Idea curiosa pero que corre el riesgo de agotarse demasiado pronto, por lo que recurre a un esquema de fórmula. Sólo el excelente desempeño de Tim Roth hace que aún valga la pena sintonizarla.
  • Shark. Serie que combinaba la ficción policíaca con los procedimientos legales de una forma menos rígida que Law & Order pero que pronto cayó también en las convenciones de la mayoría de las series policíacas o de procedimientos legales.
  • Oz. Otra producción de HBO que empezó con mucha fuerza pero a mi juicio se desgastó rápidamente. Si la cadena hubiese decidido terminarla antes habría una percepción más favorable de la serie completa.
  • Carnivale. Muy buena premisa original, aunque se olvidaron de ella demasiado pronto y se convirtió en una extraña mezcla de elementos surrealistas, que serían más efectivos si hubiese algo detrás de ellos. Poner en pantalla elementos extraños y envolverlos en pseudo-narrativa no convierten a uno en un nuevo David Lynch y esto es un gran ejemplo.
  • Lost. Empezó muy bien pero la historia perdió fuerza al concentrarse en subplots de complejidad rebuscada. Dicen que verla de corrido y en orden es disfrutable, pero a estas alturas ya no me interesa intentarlo.
  • The Big Bang Theory. No es un secreto que los geeks y nerds forman uno de los mercados más importantes para la industria del entretenimiento de consumo, y es un mercado adecuadamente explotado por esta serie. No es para todos los gustos, pero si uno está dentro del target es difícil hallar una serie más divertida.
La lista de pendientes
  • The Wire. Me intriga la premisa de la serie, pero no he podido encontrar la primera temporada en región 4 o a un precio razonable.
  • True Blood. Recomendaciones encontradas me tienen indeciso. Ya encontré las novelas de Charlaine Harris que inspiraron la serie y junto a la primera temporada esperan que les haga espacio en la pila de pendientes. Es de Alan Ball, así que siento un poco de optimismo al respecto.
  • Mad Men. Matthiew Weiner, uno de los escritores de The Sopranos es el responsable de crear esta serie sobre una agencia de publicidad en los años 60, misma que realmente me causa curiosidad.
  • Veronica Mars. He escuchado que se trata de una excelente fusión de géneros que coloca a una adolescente de preparatoria como centro de una serie detectivesca de tintes noir, lo que es más que suficiente para provocarme curiosidad.
¿Me falta alguna?

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