Este viernes se estrenó en los Estados Unidos la más reciente película de Steven Soderbergh, Bubble. Al menos en aquellos cines que decidieron no vetarla.
La mayoría de las grandes cadenas de multicinemas decidieron no exhibir la película como protesta por la estrategia de lanzamiento y distribución elegida por Soderbergh y sus asociados. Esta estrategia, conocida como "Day and Date" (Día y Fecha), consiste en transmitir en pago por evento la película el mismo día de su estreno en cines, además de lanzar a la venta el DVD unos cuantos días más tarde.
Los principales cómplices de Soderbergh en esta aventura son Mark Cuban, fundador de Broadcast.com -posteriormente adquirida por Yahoo!- y dueño del equipo de basquetbol de la NBA, Mavericks de Dallas; y Todd Wagner, socio de Cuban, con quien es co-propietario de 2929 Entertainment, compañía que controla Rysher Entertainment, Landmark Theaters, y Magnolia Pictures Distribution, además de ser accionistas de Lions Gate Entertainment.
2929 produce y financia películas a través de 2929 Productions, especializada en películas con presupuestos de entre 10 y 40 millones de dólares, y HDNet Films, que produce cintas de bajo presupuesto en formato de alta definición (HD). Wagner y Cuban también son propietarios de HDNet y HDNet Movies, dos cadenas de televisión de alta definición disponibles en los Estados Unidos a través de varios proveedores de televisión por cable y vía satélite.
Con estos datos en mano es bastante claro que Bubble es un proyecto cien por ciento "de casa". Producida por HDNet Films, distribuída por Magnolia Pictures Distribution mayormente en Landmark Theaters, y con dos exhibiciones en HDNet Movies el día de su estreno. Con todas las bases cubiertas y una inversión total de 1.6 millones de dólares, Bubbles no debe tener problemas para recuperar su dinero y generar ganancias.
Pero parece ser que lo primero que Soderbergh, Wagner y Cuban han ganado son enemigos. John Fithian, presidente de la National Asociation of Theater Owners (Asociación Nacional de Dueños de Cines) de los Estados Unidos, en declaraciones para Fast Company y USA Today advirtió que la propuesta de Cuban y Wagner era "como una amenaza de muerte" para sus asociados, pues considera que desaparecer las "ventanas" entre lanzamientos en diferentes medios pueden afectar las ya de por si pobres entradas de sus asociados.
Cuban respondió a estas declaraciones en su blog, Blog Maverick:
¿Qué tan triste resulta que el presidente de la Asociación de Dueños de Cines no crea que sus miembros sean capaces de crear una mejor experiencia al ir al cine que la que podemos tener en nuestras casas o apartamentos?
¿Sabes algo, John? Puedo preparar un extraordinario filete, pero aún así me gusta ir a restaurantes. Porque lo disfruto. Me gusta salir de casa con mi familia, mis amigos, o con quien sea.
Primero, creo que ya no saben en que negocio están. Parece que creen estar en el negocio de exhibir las películas que Hollywood les da y esperar que Hollywood haga buenas películas y gaste suficiente dinero para convencer a la gente de asistir a verlas para que ellos puedan hacer dinero en las taquillas y con las concesiones. Y ese no es su negocio.
Pero ese no es el peor de sus problemas. Su mayor problema es que no les interesa quienes son sus clientes mientras estos sigan asistiendo. Lo que hece casi imposible determinar cual es su negocio.
En abril pasado Cuban informó que HDNet había contratado a Soderbergh para dirigir seis películas en formato digital para ser transmitidas por su canal HDNet Movies, el cual ofrece películas originales en formato HD vía pago por evento a través de varios proveedores de cable y televisión satelital. Bubble es la primera película de dicho acuerdo, aunque todos los involucrados han declarado sentirse satisfechos con el trato y pretenden distribuir todas las películas bajo el mismo esquema de Day and Date.
Y la idea me parece realmente buena. Los mismos estudios de Hollywood han ido reduciendo el tiempo de diferencia entre el estreno de una película y su salida en DVD. Los ingresos de taquilla en los Estados Unidos tienen tres años seguidos a la baja y ahora representan sólo el 25% de los ingresos de los estudios, con las ventas de DVD aportando el 50% y el resto repartido entre las concesiones para renta y televisión.
Tal vez Hollywood no esté listo para cambiar tan radicalmente su estrategia de distribución, pero los productores independientes pueden hallar una auténtica alternativa viable en este nuevo esquema. El sitio oficial de Soderbergh ofrece más información sobre sus próximos proyectos y Wired tiene una interesante entrevista que Xeni Jardin hizo al realizador hace algunas semanas.
De acuerdo con una nota del New York Times, IFC Entertainment anunció una iniciativa similar que comenzará en marzo bajo el nombre de First Take (Primera Toma). La compañía anunció que estrenará varias cintas en salas independientes al mismo tiempo que estarán disponibles en un servicio de video-por-demanda en las más importantes compañías de cable.
Para los cineastas independientes esto son buenas noticias, pues su trabajo podrá obtener una mayor exposición al público que la que obtienen en los complejos cinematográficos, que siempre a la búsqueda de productos comerciales de Hollywood, relegan esta clase de cintas a una cantidad mínima de salas por periodos muy limitados de tiempo.
Recuerdo haber leído hace varios meses -un año, de hecho- una nota en Wired en la que se anunciaba un proyecto del UK Film Council para instalar 250 proyectores digitales en salas de la Gran Bretaña. La idea era proporcionar espacios para la exhibición de películas independientes reduciendo los costos de hacer copias en celuloide, todo ello con la esperanza de promover material producido localmente o proveniente de otras partes del mundo como alternativa a los grandes estrenos hollywoodenses.
El sitio del UK Film Council tiene más información sobre la llamada Digital Screen Network, pero no informa sobre los avances del proyecto.
Incluso en México se vive una situación similar. Cintas como Zatoichi, Coffee and Cigarettes, y decenas de películas europeas pueden ser adquiridas en DVD antes de que puedan exhibirse en salas comerciales, en tanto que cintas hollywoodenses apoyadas por una enorme maquinaria publicitaria se llegan a exhibir hasta en tres o cuatro salas en un mismo complejo. La producción nacional es mínima, sobre todo por los altos costos de producción.
El poco contacto que he tenido con gente de las dos escuelas más importantes de cine en nuestro país, el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), y el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), basta para darme cuenta de que un proyecto similar al británico podría beneficiar en mucho la difusión de la cinematografía nacional. ¿Qué tal empezar con algunos proyectores digitales para la Cineteca Nacional y algunas de las Casas de la Cultura en diferentes partes del país?
Si sólo nuestros legisladores hablaran menos de "rescatar nuestros valores" y "fomentar la difusión de nuestro legado cultural" y realmente se pusieran a trabajar...
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