martes, 30 de agosto de 2022

The Adam Project (El Proyecto Adam, 2022)

En los últimos años Ryan Reynolds se ha hecho de un cómodo nicho como estrella de comedias de acción, y en el proceso parece haber hallado en el también canadiense Shawn Levy un director con quien le acomoda trabajar. Luego del éxito de Free Guy (Tomando el Control, 2021), volvió a hacer equipo con el realizador conocido por la saga de A Night at the Museum y la sólida Real Steel (Gigantes de Acero, 2011) en The Adam Project (El Proyecto Adam, 2022), una producción original de Netflix.

Esta película de aventuras y ciencia ficción escrita por Jonathan Tropper, T.S. Nowlin, Jennifer Flackett y Mark Levin comenzó su desarrollo hace diez años, cuando se suponía que Tom Cruise interpretaría el papel principal. El proyecto se estancó y parecía condenado al olvido hasta que Netflix adquirió los derechos y volvió a poner en marcha la producción, asegurando los servicios de Levy y Reynolds, quienes supervisaron los ajustes realizados al para entonces muy manoseado guion.

La filmación comenzó a fines de 2020 y concluyó en la primavera de 2021 con un elenco redondeado por el debutante Walker Scobell y la veterana presencia de Mark Ruffalo, Jennifer Garner, Catherine Keener y Zoe Saldaña. El estreno de la película en todos los territorios de Netflix se dio el pasado mes de marzo, y tuvo una calidad recepción por parte de los espectadores pero no tanto de la crítica especializada, que manifestó opiniones encontradas acerca de la película.

La trama sigue a Adam (Reynolds), un piloto de combate que viaja desde el futuro en busca de su esposa (Saldaña), pero las circunstancias lo obligan a hacer equipo consígo mismo (Scobell) para tratar de prevenir que una ambiciosa mujer (Keener) destruya el futuro. En el proceso encuentra la oportunidad de reconectar con su padre (Ruffalo) mientras evitar hacer contacto con su madre (Garner), y todo mientras evade a un grupo de comandos del futuro que intentan impedir que complete su misión.

Algún autor de ciencia ficción dijo alguna vez que la única razón para viajar en el tiempo era deshacer algo, y creo que eso resume la idea central tras muchas de las mejores películas sobre viajes en el tiempo, sobre todo si hablamos de cine o televisión. Pocas cosas resultan tan atractivas para la mayoría de la gente como la idea de fantasear con la posibilidad de corregir o prevenir un error en su pasado o el de alguien cercano, y esta cinta no es la excepción.

La idea se presta tanto para historias épicas en que el futuro de la humanidad está en juego como para comedias que giran alrededor de una sola persona. La saga entera de Terminator lidia con la esperanza de la futura resistencia humana de prevenir en el pasado que las máquinas se apoderen del mundo. En cambio, Back to the Future inicia con un accidente y después se centra en los esfuerzos de Marty por arreglar lo que cambió antes de entender lo que pasaba.

Bajo esa premisa, la historia en The Adam Project parece encajar en un punto intermedio entre esos dos ejemplos, con un guerrero que libra una batalla perdida en el futuro a la que espera hallar solución en el pasado, pero que logra hallar el tiempo para resolver algunos conflictos personales y hacer las paces con su familia, y quizás ese intento por empatar dos ideas que parecen por completo ajenas sea lo que dejó a mucha gente insegura acerca de la película.

La película establece su tono desde sus primeros momentos, al mostrar primero al adulto Adam escapando de una emocionante persecución aérea en el futuro y después a su versión de doce años meterse en problemas en la escuela por pelear con un bully. Su padre falleció un año atrás en un accidente de auto, y en medio de su pena el chico está molesto con todo y con todos, incluido consigo mismo por el solo hecho de no ser más grande para poder defenderse mejor del mundo que le rodea.

Con su nave averiada, Adam decide ir a su vieja casa para repararla. Al ser descubierto por su joven yo solicita su ayuda sin explicarle quien es, pero no pasa mucho antes de que el chico pueda unir los puntos y descubrir lo que sucede. Eso da pie a que podamos disfrutar de la que sin duda es la mayor fortaleza de la película, que son las interacciones entre ambos, que inician con una asombrosa facilidad para irritarse uno al otro, pero poco a poco derivan en una humana muestra de empatía.

Reynolds interpreta un rol familiar como el cínico hombre de acción que usa su sarcasmo como otro tipo de golpe, y Scobell, que hace su debut con esta cinta, replica de gran forma muchos de sus manerismos y sigue su ritmo y cadencia durante sus duelos verbales. Además, la historia se da tiempo para mostrar la relación entre el chico y su madre, lo que permite que la película tenga un trasfondo emocional que trasciende la mera sucesión de bromas y secuencias de acción que uno podría esperar.

La historia aborda de forma ligera temas como el duelo y el trauma, pero no los deja de lado, pues los usa como una herramienta de crecimiento personal para las dos versiones de Adam una vez que el adulto se da cuenta (o recuerda) lo que pasa por la mente de su joven yo y entiende que hay formas de lidiar con su situación sin empeorar las cosas. Más allá de que la película me parece bastante entretenida, ese esfuerzo por dotarla de corazón hace que para mí valga toda la pena del mundo verla.

Terminator y Back to the Future son mencionadas por los personajes, pero no son las únicas historias de viajes en el tiempo que informan la trama de la cinta, así que los aficionados al género hallarán muchas referencias a otros títulos. También destaco la gran labor de diseño de producción y efectos especiales, que son usados de forma inteligente y efectiva para dar credibilidad a la historia sin que parezcan haber gastado demasiado, pero evitando lucir como si el presupuesto no diera para más.

Al final del día, se trata de una más que entretenida película de ciencia ficción y aventuras que dobla como entretenimiento familiar liviano pero de calidad, propulsada por un sólido y carismático elenco y una historia que tiene el corazón en el lugar correcto, lo que la convierte en una de esas películas que es imposible no terminar de ver con una sonrisa en el rostro. Si no la han visto, les recomiendo buscarla en el catálogo de Netflix, creo que no se arrepentirán.

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