miércoles, 30 de noviembre de 2011

Trollhunter (Trol, 2010)

Con Trollhunter, película que se estrenó en nuestro país con el reducido título de Trol, ocurrió algo muy similar a lo que había pasado hace unas semanas con Monsters (Monstruos: Zona infectada), en el sentido que se trata de otra película independiente que gracias a su éxito en festivales internacionales se hizo de cierto nombre, pero que jamás hubiese imaginado que una distribuidora se decidiera a lanzar un volado y traerla para su exhibición en México.

Su estreno en nuestro país parecía algo tan improbable, que sé de muchos amigos y conocidos que ya se habían resignado a que no llegaría a la cartelera nacional, y se apresuraron a pedir la película en DVD o Blu-ray, y me consta que muchos más ya la buscaban en versiones... eh, digamos que no precisamente oficiales.

No tengo idea de qué haya convencido a las distribuidoras de dar una oportunidad a estas películas, pero espero que lo sigan haciendo y no se limiten sólo a películas de género o a aquellas que empiezan a volverse "de culto", e incluyan más cine independiente del circuito de festivales.

En lo personal sentía curiosidad acerca de esta película dirigida por André Øvredal desde que supe de su existencia, y algo que me llamaba la atención era que a menudo encontraba descripciones que se referían a ella como "la versión nórdica de The Blair Witch Project" y, aunque no se trata de películas similares, ahora que ya tuve oportunidad de verla entiendo de mejor manera a qué se referían con esa comparación.

La historia sigue a Thomas (Glenn Erland Tosterud), Kalle (Tomas Alf Larsen) y Johanna (Johanna Mørck), un grupo de estudiantes universitarios de una pequeña ciudad noruega que como proyecto escolar trabajan en realizar un documental acerca de la caza ilegal. La aparición de un oso muerto en una parte inusual del bosque provoca el malestar de los cazadores con licencia, pues creen que el animal fue matado en otra parte y después abandonado en ese lugar.

Los mismos cazadores ponen a los muchachos tras el rastro de Hans (Otto Jespersen), un presunto cazador furtivo. El grupo empieza a seguir a Hans e intenta entrevistarlo, pero él se niega. Aun así, deciden vigilarlo. Una noche lo ven estacionar su camioneta e internarse en el bosque, y deciden seguirlo. Mientras buscan su rastro perciben flashazos de luz a la distancia, y pronto se encuentran con el cazador, que sale de entre los árboles gritando una sola advertencia: ¡Trol!

El grupo corre detrás de él sin entender del todo de qué se supone que están huyendo o si es que algo o alguien los persigue. Por fin detienen su carrera al salir de la arboleda. Mientras huían Thomas fue herido en la espalda, pero tampoco está seguro de qué fue lo que lo atacó. El único que parece tener las respuestas y al menos cierto grado de comprensión de lo que está ocurriendo es Hans, pero no parece demasiado dispuesto a resolver sus dudas.

Tras mucha insistencia, el veterano cazador accede a que se queden con él y les promete que los dejará filmarlo mientras caza siempre y cuando acepten una única condición: deben seguir todas sus instrucciones, al pie de la letra y sin protestar. Los muchachos se sienten intrigados por la propuesta y aceptan, sin saber que están a punto de embarcarse en una aventura mucho más compleja, reveladora y peligrosa de lo que hubiesen podido imaginar.

Una vez que les queda claro que los troles son reales, el grupo decide cambiar el enfoque y temática de su documental y concentrarse en hablar de la conspiración en el gobierno, que ha hecho todo lo posible por ocultar la verdad e impedir que el grueso de la población noruega se entere de la existencia de las enormes criaturas.

Conforme la historia avanza, la película se mueve indiscriminadamente entre géneros, de entre los que destacan el horror, la comedia y el pseudo-documental. En términos generales es una película sin muchas pretensiones pero resulta bastante entretenida, sobre todo si son aficionados al cine o historias de ciencia ficción, fantasía y horror, los cuales se entremezclan en esta historia sin que a los responsables de su realización les preocupe lo que otros puedan pensar.

En cuanto a los creadores, el director, André Øvredal, es también el guionista de la película, y hay que reconocer su cuidada labor para montar cada escena, y pese a trabajar con una técnica que actualiza el estilo del cinema verité, filmado con cámara al hombro, y se apega a las características del cine de found footage (metraje encontrado) que tan popular se ha vuelto en los últimos años, el trabajo se ve bastante más profesional.

Destaco el trabajo de efectos especiales, pues aunque es evidente que la película no tiene un presupuesto comparable al de una producción hecha en Hollywood, tiene algunas escenas excelentemente logradas. Hay un par de momentos en los que es evidente que se usaron miniaturas (algo que en lo personal me agrada bastante, quizá por una cuestión de nostalgia), pero en general cada escena en que aparece un monstruo está bien hecha y no caben quejas al respecto.

Trollhunter es una excelente opción para los aficionados al cine o la ficción de género, quienes seguramente saldrán del cine con una sonrisa en la boca. Más allá de si disfrutan o no del entretenimiento fantástico, me parece que se trata de una película bastante recomendable para quienquiera que busque pasar un rato de sano entretenimiento sin pretensiones de ninguna clase.

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