No es un secreto que Neil Gaiman es uno de mis escritores favoritos, así que puede sorprenderles saber que no había leído American Gods, novela publicada en 2001, pese a que tengo una copia de la primera edición casi desde su publicación.
American Gods (Dioses Americanos, aunque creo que la única edición existente en español es la de Norma Editorial titulada, eh... American Gods) cuenta la historia de Shadow, un convicto a punto de salir en libertad tras purgar una condena por robo.
Un par de días antes de su liberación, Shadow se entera del fallecimiento de su esposa en un accidente de tránsito. Las autoridades agilizan el papeleo para liberarlo antes y que pueda hacerse cargo del funeral y los trámites pertinentes y así es como su regreso a casa resulta diferente a todas sus fantasías. Durante el funeral Shadow descubre que su esposa lo engañaba con Robbie, su mejor amigo, quien además le daría trabajo al salir de prisión, así que ahora se encuentra solo y sin empleo ni metas en la vida.
Entra en escena el enigmático Sr. Wednesday, quien empieza a aparecer donde quiera que Shadow va, además de estar demasiado enterado de detalles de su vida. Wednesday le ofrece trabajo como su chofer y guardaespaldas, y más por mantenerse en movimiento y ocupado en algo que porque el realidad le parezca una oferta atractiva, Shadow acepta, y su vida cambia radicalmente.
La mayoría de los personajes son dioses, semidioses, demonios y protagonistas de leyendas urbanas o historias tradicionales, y aún así el tono general de la historia es realista, con algunos toques de humor y dramatismo que aderezan la historia, haciéndola más rica y disfrutable. El viaje por pueblos y carreteras perdidas que emprende Shadow se convierte en un viaje de autodescubrimiento, lleno de anécdotas y personajes interesantes que no hacen más que sembrar semillas de muchas historias no contadas.
El libro se ganó algunas críticas, sobre todo por su estructura narrativa y por la notoria omisión de deidades de religiones vigentes, y aunque me parecen puntos válidos y dignos de discusión, me parece que en realidad no afectan la calidad narrativa de la novela.
American Gods ganó los premios más importantes que se otorgan en la literatura fantástica: el Hugo, el Nebula y el Bram Stoker, además de nominaciones al World Fantasy y al Horror Writers Guild, entre otros, así que creo que se puede pensar que la aceptación recibida es mayormente positiva.
Si han leído antes a Gaiman, no necesito recomendarles este libro, pero si no están familiarizados con su trabajo tal vez sea un interesante punto de entrada a algunos de los temas recurrentes en su trabajo, particularmente el que representa uno de mis favoritos: magia y mitología en el mundo real. Y curiosamente terminé hablando de uno de mis autores favoritos el Día Internacional del Libro. Casi como si lo hubiese planeado.
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