Hace unas semanas, cuando comenté la novela gráfica Three Days in Europe, mencioné que su autor, Antony Johnston, había debutado como escritor de ficción en 2001 con una novela ilustrada, Frightening Curves. Lo que no mencioné fue que adquirí esa novela cuando salió, pero jamás la había leído completa en todos estos años.
1) La historia empieza muy lento. El personaje principal no parece lo bastante interesante para generar empatía en el lector, y no se ve cuál sea el conflicto central de la historia, así que no me atrapó.
2) La fuente elegida para la impresión es muy pequeña y si, como yo, cargan sus libro para leer en tránsito, durante colas o tiempos muertos en cualquier lugar, no es cómoda. Al final de este texto puse una foto del libro abierto junto a un CD para que se den una idea.
Después de recordar el libro gracias a Three Days in Europe, decidí sacarlo del librero y leerlo de una vez por todas, y me alegro de haberlo hecho. Y sí, la fuente es demasiado pequeña pero no ilegible, y una vez superados los primeros capítulos la historia despega sin necesidad de que uno simpatice con su protagonista, Phil London, un detective privado como cientos en otras metrópolis del mundo.
Lo que hace diferente a London es su pasado, pues trabajó en la división de Crimen Organizado de la policía de Londres y después fue agente de Section 5, una organización policíaca secreta al servicio del gobierno, la cual se especializa en casos que involucran magia o fenómenos paranormales.
London posee limitadas habilidades extrasensoriales, pero tras la muerte de su esposa, quien se arrojó a las vías del tren subterráneo de Londres estando embarazada, decidió renunciar. La pensión que percibe de S5 por los años de servicio es más que suficiente para vivir tranquilo, así que sus actividades como detective privado son una forma de mantenerse ocupado. No es una mala vida, y sin duda sería mucho mejor si no viera todo el tiempo al fantasma de su mujer.
La historia está ilustrada por Aman Chaudary, quien realizó casi 40 láminas a color, insertadas a intervalos regulares a lo largo de todo el libro. La narración tiene un innegable aire noir y las ilustraciones remiten al lector a los viejos pulps, pero la historia no tiene nada de vieja o tradicional. El Londres que Johnston retrata es una ciudad antigua, llena de misterios y secretos que nadie quiere encontrar o revelar, justo como el que encontramos en las páginas de cualquier historia de Hellblazer.
Magos, místicos, antiguas sectas y clubes oscurantistas, además de celebridades reales de la antigüedad que aparecen en flashbacks, combinados con los vagabundos y desposeídos que habitan debajo de la ciudad, crean el entorno perfecto para una historia de magia en una de las ciudades más antiguas del mundo.
Un detalle curioso de la historia es que fue creada sin pensar en verla impresa, pues la primera parte se publicó de forma serializada en la revista en línea Reactor durante trece semanas, de enero a abril del 2000, a ritmo de un capítulo por semana. La demanda de los lectores por el resto de la historia llevó a la búsqueda de un nuevo hogar para el serial, pero en vez de seguir publicando en línea lograron un contrato con Cyberosia Publishing para publicar de la novela entera.
Todo el proceso creativo se dio vía internet, pues Aman, Antony y Chad Michael Ward, editor de Reactor que solicitó la colaboración original, no se conocían en persona, y su primer encuentro se meses después de publicada la novela, así que es cien por ciento una novela del siglo XXI. Aficionados a series como X-Files o Torchwood y películas como Prophecy (no confundir con The Omen) encontrarán que es la clase de historia que les puede gustar. Recomendada también para lectores de cómics como Hellblazer, Swamp Thing y títulos de fantasía oscura.
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