Clint Eastwood se ha convertido poco a poco en uno de los directores de cine más respetados en el mundo. Como actor fue uno de los íconos más importantes de la cultura popular del siglo XX, y desde siempre se le ha identificado con el prototipo de hombre rudo, fuerte y sin temor a usar la violencia. Como director ha revisitado los géneros en que forjó su carrera actoral, y su trabajo en ellos ha ganado toda clase de reconocimientos. Quizás el único género mayor del cine norteamericano en el que no había dirigido era el cine bélico, pero el año pasado lo hizo por partida doble con Flags of our Fathers y Letters from Iwo Jima.
Su idea original era hacer una sola película en la cual pudiese presentar la visión de ambos bandos de una misma batalla, pero una vez que empezó a hacer el trabajo de pre-producción decidió que una cinta no sería suficiente y dividió el proyecto en dos. Flags... sigue a un grupo de marines norteamericanos durante la preparación y realización del ataque a Iwo Jima, isla donde se libró la primera batalla en suelo japonés entre los aliados y el Imperio Nipón. Lamentablemente no pude ver Flags of our Fathers debido a la pésima distribución que tuvo en nuestro país en términos de pantallas en las que se exhibió y al poco tiempo que estuvo en cartelera.
Letters from Iwo Jima es el complemento de esta duología, y presenta los preparativos para el combate y el desarrollo del mismo desde el punto de vista de los defensores de la isla. La película está hablada en japonés y cuenta con un elenco que, salvo Ken Watanabe (The Last Samurai, Batman Begins), es prácticamente desconocido en Occidente.
El título de la película hace referencia a las cartas escritas por los soldados japoneses, las cuales fueron encontradas en la isla varios años después del combate, y esas misivas no enviadas fueron también usadas como apoyo documental e inspiración para el guion, que es obra de Iris Yamashita.
La estructura de la película no es nada complicada. La historia se cuenta con apoyo de voiceovers que leen las cartas mencionadas y son utilizados para introducir a la audiencia a algunos militares de distintos rangos que poco a poco se convierten en el foco narrativo de la película.
La estructura de la película no es nada complicada. La historia se cuenta con apoyo de voiceovers que leen las cartas mencionadas y son utilizados para introducir a la audiencia a algunos militares de distintos rangos que poco a poco se convierten en el foco narrativo de la película.
Lo que separa a Letters from Iwo Jima de la gran mayoría de películas bélicas es el énfasis en la futilidad de la guerra. No se trata de la primera película que se utiliza como una crítica y reprobación a la guerra en general, pero si es una de las que consiguen hacerlo de una manera más emotiva. En vez de llenar la película de escenas épicas y numerosos actos de heroísmo personal, Eastwood da mayor importancia a la situación psicológica y emocional de los defensores de la isla.
No son fieles soldados dispuestos a dar la vida por su país o su emperador, o de aguerridos samurai listos a morir en el campo de batalla entre el mayor número posible de enemigos. Son seres humanos con vidas ordinarias en una situación imposible, manipulados por sus superiores y obligados a sacrificar sus vidas.
La película está compuesta de momentos personales. Algunos soldados hablan de su vida antes de la guerra, de sus familias y de lo que les gustaría hacer de salir con vida. Dos de los personajes vivieron en América y están familiarizados con la vida en Occidente, y son quizás los personajes más trágicos de la historia, pues son los únicos conscientes de que el enemigo no es tan diferente de ellos mismos como sus superiores quieren hacer creer a las tropas.
La fotografía de la película ayuda a darle un tono triste y nostálgico, los colores son tan pálidos que hay escenas que bien pudieran haber estado en blanco y negro y nadie hubiese notado la diferencia. Las escenas de combate son crudas y brutales, pero Eastwood prefiere no abusar de ellas para impresionar a su audiencia.
La fotografía de la película ayuda a darle un tono triste y nostálgico, los colores son tan pálidos que hay escenas que bien pudieran haber estado en blanco y negro y nadie hubiese notado la diferencia. Las escenas de combate son crudas y brutales, pero Eastwood prefiere no abusar de ellas para impresionar a su audiencia.
El sentimiento que le queda a uno al terminar la película es el de por fin entender y rechazar las guerras donde quiera que se den y por cualquier causa, pues si algo podemos aprender de esta historia es que, no sólo fue en vano la muerte de tantos hombres, sino que la gran mayoría murió sabiéndolo.
Sin duda Letters from Iwo Jima es una de las mejores películas de Clint Eastwood. Es además una de las mejores películas de guerra de todos los tiempos, y es muy probable que pudiese ser un argumento de la Academia en caso de que Clint Eastwood se interponga una vez más entre Martin Scorsese y su largamente esperado Oscar como mejor director.
Aquí os dejo mi aportación. Un saludo desde OjO de buey a este estupendo blog
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