Cada octubre suelo dedicar espacio a comentar libros, cómics y películas de los géneros de horror y suspenso, y 2022 no será la excepción. En ese sentido, ayuda un poco que en los últimos meses se me hayan acumulado algunos pendientes que no había podido comentar. Partamos con Fresh, un thriller de suspenso y comedia negra que incluye además una buena dosis de comentario social, que marca el debut como directora de Mimi Cave.
Lauryn Kahn, guionista con experiencia en comedia, incursiona por primera vez en el horror sin renunciar al humor. Su guion cayó en manos del veterano director, productor y humorista Adam McKay, quien la puso en contacto con Mimi Cave y produjo la película para Legendary Pictures. La cinta debutó en enero pasado en el Sundance Film Festival, donde Searchlight Pictures adquirió los derechos de distribución y la estrenó en marzo a través de Hulu. En México y Latinoamérica está disponible en el catálogo de Star+.
La historia sigue a Noa (Daisy Edgar-Jones), una joven mujer que pese a múltiples experiencias negativas se rehúsa a dejar de intentar hallar pareja. Los primeros minutos de la cinta ofrecen un sombrío pero acertado retrato del panorama actual para quienes buscan citas a través de apps y sitios web, y Noa atraviesa por una serie de malas citas y uno que otro pervertido que la contacta sólo para enviarle desnudos no solicitados. A pesar de todo, Noa se mantiene optimista, pues cree que en alguna parte deben quedar hombres buenos.
Con esos antecedentes, no es sorpresa que sienta una inmediata atracción por Steve (Sebastian Stan), un atractivo cirujano plástico a quien conoce en el supermercado durante una excursión nocturna en busca de vegetales. Steve es encantador y divertido, no parece tratar de impresionarla, y siempre está dispuesto a escucharla y llevar las cosas poco a poco. En términos generales, parece un partido perfecto, y ya sabemos lo que se dice de algo o alguien demasiado bueno para ser real.
Después de un puñado de citas, Steve convence a Noa de pasar un fin de semana en alguna locación secreta. Pese a las protestas de su amiga Mollie (Jojo T. Gibbs) ella accede a ir con él. A Mollie le parece extraño que un atractivo soltero que afirma ser un exitoso cirujano plástico no tenga presencia alguna en línea: cero redes sociales y ni el más mínimo atisbo de un perfil profesional. Para ella se trata de obvias señales de advertencia, pero Noa ya bajó la guardia y no cree que vaya a haber problema alguno.
Kahn y Cave hacen un buen trabajo al presentar al carismático y atractivo Steve como un hombre capaz de seducir a cualquier mujer sin demasiado esfuerzo, pero combinan las inusuales líneas del personaje con un interesante lenguaje visual que poco a poco generan en el espectador la sensación de que el presunto cirujano no es alguien en quien se deba confiar, y uno no puede evitar estar de acuerdo con la opinión de Mollie, que está convencida de que Noa está cometiendo un error al actuar de forma tan impulsiva.
Como era de esperar, la lujosa casa de campo a donde Steve lleva a Noa está lejos de todo, en medio del bosque y en una zona donde los celulares no tienen recepción. Aun así, la cita parece proceder de forma normal, al menos hasta que deja de ser así, y es entonces que nos damos cuenta de que, aunque ha transcurrido más de media hora, aún no habíamos visto el título o los créditos de la película. En ese contexto, la roja tarjeta donde se lee "Fresh" (fresco) resulta más perturbadora de lo que uno esperaría.
Hasta ese momento, de no saber que no lo era, cualquiera podría imaginar que veía una comedia romántica, lo que incrementa el impacto que tiene la revelación del secreto de Steve. El problema es que cualquier cosa que diga a partir de ahora representa un spoiler, pues es imposible comentar más de la trama o analizar las ideas exploradas por Kahn y Cave sin revelar detalles esenciales. Así que espero haberlos intrigado lo suficiente como para dejar de leer ahora e ir a ver la película antes de proceder.
Suena a exageración, pero les garantizo que aquellos que sigan mi consejo me darán las gracias por no haberles revelado lo que ocurre. Mucho de lo que hace especial a Fresh es la retorcidamente divertida forma en que explora su mayor giro argumental, y prefiero pensar que ustedes podrán experimentarla de primera mano. Después de la siguiente imagen no habrá vuelta atrás, pues es una revelación del tipo de las que alteran irreparablemente la experiencia de ver una película por primera vez.
Bien, espero que para estas alturas ya hayan visto la película. Steve no sólo es un manipulador insensible y mentiroso, sino también un caníbal. Es cierto que se trata de un cirujano plástico, pero su ocupación principal es satisfacer las necesidades y caprichos de gente acaudalada que comparte su gusto por la carne humana, sobre todo si proviene de un cuerpo femenino. Noa es la más reciente de su larga lista de víctimas, a quienes mutila pero mantiene con vida el mayor tiempo posible para asegurar la frescura de su producto.
Noa está atrapada, nadie sabe dónde está y es consciente de que su captor planea mutilarla poco a poco hasta que no pueda sacarle más provecho. Pero no todo está perdido. Tras una conversación con otra chica que está cautiva en una habitación contigua, Noa se entera de que su Steve la ha tratado distinto a las demás y parece que es porque le tiene un aprecio especial. ¿Será capaz de aprovechar esta información y usar su encantadora femineidad y contagiosa sonrisa para superar al voraz asesino?
Algo que es importante apuntar es que, pese a lo oscuro y siniestro que suena todo esto, la película no se toma demasiado en serio la premisa, y quizá eso es justo lo que la hace sentir tan... fresca. Es decir, hubiera sido muy fácil hacer un festival de gore y explotar al máximo la premisa del conquistador caníbal, pero Kahn y Cave mantienen la sangre al mínimo, no para suavizar la historia, sino para permitir que la audiencia complete las imágenes en su cabeza, lo que resulta en una película más perturbadora a pesar de su sutileza.
En una entrevista, hablando de su proceso creativo, Kahn dijo que decidió escribir horror tras una conversación con una amiga, también guionista, que le dijo que no era difícil, que sólo debía escribir sobre lo que la asustaba a ella misma. Tras darle vueltas en la cabeza, seguía regresando a lo mismo: el peor escenario posible en una cita. Aunque ahora está casada, la escritora recuerda la ansiedad provocada por navegar un mar de mentiras y poses, tratando de descifrar lo que se ocultaba tras las cuidadas fotos y perfiles que todos usan en línea.
Esto va de la mano con la distinta forma en que hombres y mujeres abordan el tema de las citas, pues mientras ellos piensan en pasar un buen rato, la mujer suele cruzar los dedos mientras espera poder volver a salvo a casa. El ejercicio no es en vano y se convierte en un interesante recurso narrativo, pues ayuda a sembrar en el espectador una semilla de incertidumbre que germina al revelarse la verdad sobre Steve, y de inmediato pone a la audiencia del lado de Noa al descubrir que su paranoia no era infundada.
La historia es moderadamente feminista, pero contarla con humor negro en vez de abrazar sus más oscuras implicaciones evita que se vuelva un sermón o una pieza de descarado activismo. En años recientes el horror ha adoptado temas comunes de los thrillers sociales para exponer problemas cotidianos sin necesidad recurrir a hacer historias de denuncia o explotación, y cintas como Get Out (Huye) o Parasite (Parásitos) son grandes ejemplos de que el humor no impide que el mensaje llegue a la audiencia de forma efectiva.
En ese sentido, se podría decir que la película hace una crítica a la incertidumbre que las mujeres enfrentan en busca de una cita, lo cual era bastante mérito, pero Kahn y Cave van un paso más allá y abordan otro tema común en los modernos thrillers sociales de horror y comedia: el miedo a la gente extremadamente rica. Si puedes comprar todo lo que necesitas y te es ajena la idea de "un pequeño lujo" que suele dar satisfacción a un trabajador, ¿qué haces cuando buscas algo que te emocione o dé alegría?
El motor social tras mucha de la historia se hace evidente al considerar al personaje de Mollie. Gibbs le saca todo el jugo posible a un rol que fácilmente pudo haberse reducido a "la amiga de minoría racial y sexual que añade contexto a la situación", y el hecho de que las víctimas de Steve no tengan un tipo, ya sea físico, racial o de personalidad, abre la interpretación del depredador y evita argumentos como decir que la víctima "se lo buscó", "lo tenía merecido", o debía "haberse comportado o vestido de otra manera".
En términos generales Fresh es una película redonda de principio a fin. Desde el irreverente y divertido guion de Kahn al estilo visual que Cave imprime a la cinta con ayuda de Pawel Pogorzelski, cinematógrafo habitual de Ari Aster (Hereditary, Midsommar) y pasando por las sólidas actuaciones de Edgar-Jones y Stan, que desbordan talento y carisma. Se trata de una disfrutable película y una excelente recomendación para quienes buscan algo que rompa los moldes de las genéricas producciones de estudio.
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