miércoles, 12 de octubre de 2022

Triangle (2009)

Uno de los aspectos del cine de horror que siempre me han parecido muy atractivos es la economía con que a menudo se logran historias con ideas perturbadoras sin que sea esencial contar con un enorme presupuesto o un extendido elenco, y Triangle, thriller de horror psicológico de 2009, escrito y dirigido por Christopher Smith y de producción británico-australiana, es un excelente ejemplo.

La cinta cuenta con las actuaciones de Melissa George, Michael Dorman y Liam Hemsworth, y tras ser exhibida en varios festivales de cine fantástico y de horror, se estrenó en el Reino Unido en octubre de 2009. Pese a las críticas positivas no generó interés de los distribuidores internacionales, por lo que en la mayor parte del mundo llegó hasta 2010 y directo al mercado de video. En casi todas partes se le traduce de forma literal, aunque en Brasil se llama Triângulo do Medo (El Triángulo del Miedo).

La historia tiene lugar en la costa de Florida y sigue a Jess (George), una joven madre soltera visiblemente exhausta por el esfuerzo de mantener un hogar y cuidar de Tommy, su pequeño hijo que sufre de autismo. Jess trabaja como mesera, y así es como conoce a Greg (Dorman), un cliente que se siente atraído hacia ella y la invita a dar un paseo en su yate junto con unos amigos. El día acordado, un sábado, Jess parece afectada por algo y responde incómoda cuando Victor (Hemsworth), el más joven de los amigos de Greg, le pregunta por Tommy.

Completan el grupo Sally (Rachael Carpani) y Downey (Henry Nixon), una pareja que conoce a Greg de mucho tiempo atrás, y Heather (Emma Lung), una amiga de Sally a quien ésta espera emparejar con el soltero Greg. Por esa razón Sally siente una inmediata antipatía por Jess, pues además de que es evidente que la joven no pertenece a su misma clase social, está convencida de que Heather sería una mejor pareja para su amigo. Y el inusual comportamiento de Jess desde que aparece en el muelle no ayuda en nada.

Pese a la tensión a bordo provocada por la mutua incomodidad entre ambas mujeres, el viaje transcurre de forma agradable y sin contratiempos, al menos hasta que los sorprende una temible tormenta salida, literalmente, de la nada. Según el guardacostas las imágenes de satélite no muestran nada, pero una entrecortada transmisión de auxilio convence a Greg de que el suyo no es el único bote que está por enfrentar un peligroso fenómeno. La tormenta voltea el yate y cuando todo parece perdido aparece un barco en el horizonte.

Se trata de un crucero al que Jess, Greg y el resto suben de inmediato, sólo para descubrir que el enorme buque está desierto. Lo más perturbador es que el barco parece salido de otro tiempo, como si llevara décadas navegando los mares sin la presencia de una tripulación o pasajeros de ningún tipo. El opresivo entorno que representa el barco se convierte en un escenario de pesadilla cuando de las sombras surge una figura encapuchada que empieza a matarlos uno a uno mientras hace crípticos comentarios sobre encontrar una salida.

Es momento de hacer una advertencia. Siempre trato de evitar spoilers de cualquier tipo al comentar cómics, libros o películas, pero hay historias que es imposible analizar o desglosar sin revelar parte de sus secretos. Si son de los que prefieren descubrir de primera mano las sorpresas que guarda una película, éste es el momento ideal para dejar de leer e ir a buscar esta película, que en México pueden hallar en los catálogos tanto de Amazon Prime Video como de Claro Video. Vayan, yo los espero.

Vaya viaje, ¿no?

Uno de los aspectos más atractivos del trabajo de Smith en Triangle es la forma en que se las arregla para reconocer sus muchas influencias sin convertirse en una historia derivativa, ofreciendo referencias y homenajes a gran cantidad de películas sin que ello impida que la cinta cuente su historia siguiendo sus propias reglas al tiempo que establece una identidad propia valiéndose, en términos generales, de combinar dos premisas que por separado y a lo largo de los años han probado ser efectivas para crear historias intrigantes.

La primera es el tropo de los buques abandonados o en los que acecha un monstruo o asesino, algo que hemos visto en cintas como Dead Calm (Terror a Bordo) o Ghost Ship (Barco Fantasma), y que aquí se suma a la ahora casi olvidada idea del "Triángulo de las Bermudas", mítica región marítima al este de Florida a la que se culpaba por la desaparición de incontables barcos y aviones. La segunda premisa es el thriller de rizos temporales, donde uno o más protagonistas se ven atrapados en un ciclo de repeticiones fuera de su control.

La primera película de ese tipo que viene a la memoria es Groudhog Day (Hechizo del Tiempo o El Día de la Marmota, 1993), pero siento que Smith toma influencias de cintas como la excelente y a menudo menospreciada Cronocrímenes (2008), de Nacho Vigalondo, además de que su peculiar construcción narrativa incluye ecos también de cintas como Memento (Amnesia, 2000) o Donnie Darko (2001), sin mencionar las alusiones y homenajes visuales a The Shining (El Resplandor, 1980).

Lo que parece un cóctel imposible funciona, al grado que cuando se revela que Jess y los otros enfrentan un rizo temporal, lo que sucede relativamente temprano en la historia, queda claro que la historia no depende sólo de un truco argumental. La siniestra y laberíntica nave desierta recuerda por momentos al Overlook Hotel de The Shining, y al recorrerla Jess no puede sacudirse la idea de que ha estado ahí antes, lo que se confirma poco después de la aparición del asesino, revelando que está atrapada en una serie de repeticiones.

La principal diferencia entre Triangle y otras cintas cuya trama gira alrededor de un rizo temporal es que una vez que Jess adquiere consciencia de su situación, sus acciones alteran el desarrollo de cada nueva repetición, lo que tiene el doble efecto de que, al tiempo que empiezan a resolverse las interrogantes que la cinta plantea durante su desarrollo, la trama cobra un carácter más oscuro y siniestro que apunta a un secreto que todo el tiempo amenaza con revelarse pero se mantiene oculto hasta el último momento.

Contar una historia como ésta requiere una meticulosa planeación, y no imagino la cantidad de notas y apuntes que había en el guion de Smith. Esto se vuelve un tema de particular importancia cuando Jess empieza a afectar el desarrollo del bucle, pues tener múltiples instancias de los mismos personajes en un espacio vasto pero a la vez muy cerrado, como es el crucero, requiere de una precisión absoluta, y al final parece un milagro que un equipo de producción tan modesto haya logrado ejecutarlo a la perfección.

Quizá la mejor prueba de lo bien presentada que está la historia es que al alcanzar su resolución repasa la secuencia inicial de la cinta pero llenando algunos huecos, y lo hace de forma tan efectiva que es difícil resistir la tentación de volver a ver la cinta desde el inicio en busca de las pistas que pasamos por alto la primera vez. Si eso no bastase para elogiar la labor de Smith, éste no sólo muestra sus cualidades como gestor de proyecto, sino que llena su historia de simbolismos para explorar el tema de la culpa y castigo.

La mayor seña de que esos son los temas de la película es el nombre del crucero: se trata del Sisyphus (Sísifo), que toma su nombre del altanero rey condenado por Zeus a pasar la eternidad empujando colina arriba una enorme roca, la cual resbala una y otra vez, forzándolo a iniciar de nuevo con su tarea. Entender esa alusión provoca una nueva interrogante. ¿Qué es lo que genera el sentimiento de culpa en Jess? ¿Qué fue lo que hizo o qué secreto esconde como para merecer esa clase de castigo?

La respuesta puede estar en la resolución de la historia. En el tercer acto vemos a Jess interferir con el desarrollo de la repetición en varias ocasiones, y tras caer por la borda despierta en una playa. De algún modo se las arregla para caminar hasta su casa, y esto nos permite ver un lado de ella que hasta entonces permanecía oculto. Esta nueva visión de la secuencia inicial de la película muestra que, además de un insoportable cansancio, lidiar con Tommy le provoca una ira permanente que en ocasiones se manifiesta de forma física.

La cinta deja abierto a interpretación lo que pudo pasar antes de que iniciara el rizo temporal, pero el comportamiento de Jess al llegar al muelle puede señalar qué fue lo que ocurrió. Bajo esa premisa, todo lo que ocurre después de la tormenta podría verse como una especie de purgatorio o infierno en que debe enfrentar su eterno castigo. Claro que esto es presentado de forma ambigua, así que la audiencia puede elegir su propia interpretación. ¿Es todo el viaje una manifestación del colapso nervioso de Jess, o realmente hay fuerzas sobrenaturales en juego?

Lo que en la superficie parece una historia sobre un paseo en bote que sale horriblemente mal, es en realidad un demencial viaje que sumerge al espectador en un tempestuoso viaje a través de un océano de culpa y castigo, un atmosférico thriller de horror y suspenso que no rehuye al uso de gore y el cual es propulsado por una excelente actuación de Melissa George, quien saca adelante un complejo rol que demanda un delicado balance de fragilidad, emociones contenidas y las secuelas de un profundo trauma.

Triangle es una de esas raras pero satisfactorias películas que dejan al espectador pensando en lo que vio incluso días después de haberla visto, una historia diseñada para jugar con la percepción y expectativas de la audiencia y que ofrece una mezcla de suspenso, horror y adrenalina antes de cerrar con un efectivo golpe a los más profundo de las emociones humanas. Sin duda una de esas escondidas joyas que más gente debería ver.

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