martes, 23 de octubre de 2018

Aliento a escritores, de Alex de Campi

Alex de Campi es una guionista y escritora mayormente conocida por sus cómics. Nominada al Eisner por Smoke, es también la autora de No Mercy, Bankshot, Mayday, Semiautomagic y Archie vs Predator, entre muchos otros títulos.

Algunos de sus trabajos más recientes incluyen Taarna, para Heavy Metal Magazine, Judge Dredd para IDW, Twisted Romance, publicado por Image Comics y la novela gráfica Bad Girls, dibujada por Victor Santos y publicada por Gallery Books. Pueden seguirla en Twitter como @alexdecampi.

Escribe un blog en Tumblr, donde frecuentemente toca temas sobre la industria del cómic, y fue ahí que hace un par de años publicó un mensaje de aliento para escritores y aspirantes, el cual traduje y comparto aquí con su autorización.

Si lo prefieren, pueden leer el texto original en inglés.

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No permitas que el mundo te haga trastabillar

Estoy aquí para todos ustedes, los cabrones que nunca entraron a una lista de 'Los 30 de menos de 30' y se sienten mal por ello. Te veo a ti que tuviste que ser el responsable, con todo lo que eso implica; a ti que tuviste mala suerte y ahora tienes que cuidar niños o a tus padres o hermanos, o quizás a todos ellos, y que cuando entras a comprar un café, corriendo porque se te hace tarde para el trabajo en que haces cosas para alguien más y ves los los rostros jóvenes de quienes teclean en sus macbooks piensas, yo solía escribir. Todavía puedes. No hay fecha de caducidad. Estoy aquí por ti que empezaste 100 historias y aún no terminas una sola. Lo harás. Sigue adelante.

Estoy aquí para ti que hiciste lo que todo mundo dijo que debías hacer y ahora estás varado al otro lado de la costa con un vago dolor en el pecho y la creciente preocupación de que estás muy lejos de donde querías estar. Estoy aquí por Raymond Chandler, que no empezó a escribir ficción hasta que tenía 44 años. Estoy aquí por Annie Proulx, que escribió historias cortas por 30 años antes de que su primera novela fuese publicada cuando ella tenía 57. Estoy aquí para todos ustedes que jamás verán sus historias publicadas, y para quienes lo harán y se les romperá el corazón cuando no se vendan.

Te veo mirando de reojo las vidas de otros, vidas con cuerpos que no están adoloridos y que no parecen preocuparse por las cuentas o por sus trabajos de mierda, o simplemente por tener que dar de sí a los demás una y otra vez hasta que no quede nada más que dar, salvo el viejo cuaderno junto a tu cama en el que no has escrito en más de una semana.

Estoy aquí por los freelancers para quienes cada día es una nueva guerra. Estoy aquí por ti con tu trabajo diurno que es la misma vieja batalla, seguida de noches con la familia y que terminas demasiado cansado para trabajar en la historia y lo único que quieres hacer es ver la TV. Te veo y quiero que sepas que todo está bien. Que todos libramos la misma batalla de distintas formas, y que sé que haces lo mejor que puedes. La vida es dura. Crear es aún más duro.

Estoy aquí para ti en las semanas que no escribes nada, en las semanas que escribes sólo 500 palabras y en las semanas en que todo fluye fuera de ti como si fuese agua de mar y escribes 10,000. Te veo cuando miras lo que has hecho y te preguntas si algo de ello es mínimamente bueno. Sigue. Está bien. Sigue adelante. Ya podrás editarlo cuando hayas terminado.

Estoy aquí para ti cuando tu trabajo es demasiado tosco o demasiado personal y te detienes por miedo a lo que la gente pueda pensar. Escribir es un acto de apertura, de empatía, de amor. Pero sobre todo, es un acto de esperanza. Trafica con sentimientos que estamos demasiado asustados de mostrar en público, y ése es uno de los grandes consuelos en la ficción: nos tranquiliza que otros se sientan igual. No rehuyas a estos sentimientos, abrázalos. Provócalos. Es lo más grande que puedes hacer con tu pluma: hacer que la gente sienta.

Crear es una extraña caminata que se balancea entre una aterradora auto-crítica y no dar un carajo por lo que piensen los demás. Si te inclinas demasiado hacia un lado, nunca terminarás, si te inclinas demasiado hacia el otro, lo que termines nunca mejorará. Escucha los susurros en tu cabeza que señalan las debilidades de tu trabajo, pero no dejes que se conviertan en gritos.

Te veo a ti que esperas permiso para empezar. Que esperas a poder pagar ese curso o leer ese libro de Cómo Escribir, o a que mejore tu gramática o a encontrar a alguien dispuesto a publicarla o a al menos a tener alguna certeza de que tu historia merece ser escuchada en una industria dominada por gente escandalosa que no se ve ni oye como tú. Por este medio te doy permiso: por favor empieza. No necesitas más que un cuaderno barato, un lápiz y el contenido de tu hermosa, única y experimentada mente.

Todos improvisamos. Nos tiramos de un acantilado y aprendemos a volar durante la caída. Y todos los días seguimos improvisando. Suena aterrador, pero puedo prometerte esto: volarás. Hay un oficio que aprender, pero eso vendrá después, una vez que hayas hecho un hábito de poner las palabras en papel tan a menudo como puedas. Por favor empieza. Tienes una voz que se vuelve más dulce sólo por el hecho de ser escuchada. Tienes una historia que sólo se ha hecho más rica con la espera.

Te veo a ti que empiezas una y otra vez antes de cansarte o frustrarte y quedarte atorado. Quiero que te perdones. Quiero que dejes que esto sea divertido. No tiene que ser elegante. No tiene que ser literario. No tienes que escribir la Gran Novela Americana justo desde las primeras líneas. Sé absurdo. Escribe porno. Escribe ciencia ficción. Escribe un soneto. Pon tu gran historia a un lado. Si sigues escribiendo, los problemas de esa gran historia tenderán a desenredarse solos.

Puede tomar años, pero un día estarás trabajando en otra cosa y tendrás una escena extra y te darás cuenta de que eso es lo que le hacía falta a esa vieja historia, y todas las piezas caerán en su lugar con una simpleza y belleza que te dejará aturdido. O quizás será ese viejo trabajo el que preste escenas y momentos a una historia nueva y más sólida. Sigue escribiendo. Emociónate con los finales. Escribir un gran final es una de las experiencias creativas más satisfactorias que existen.

Estoy aquí para ti que escribes a medianoche cuando todos se han ido a dormir, por ti que tienes una pestaña de Google docs en la que añades algunas oraciones cuando el trabajo te lo permite, por ti que escribes notas en el metro, y por ti que cuentas historias en tu cabeza con la esperanza de algún día tener el tiempo para escribirlas. Estoy aquí por todos los soñadores, holgazanes e inadaptados que se buscan a sí mismos en la página una oración a la vez. Ya sea que tus cuadernos contengan poesía, caricaturas, cuentos, novelas, fanfics, cómics, ensayos, una autobiografía o cualquier otra cosa, la forma en que te expreses es tan válida como cualquier otra.

No te aferres a formas populares, sino a aquello que tu corazón desee. Es probable que nunca vayas a ganar dinero con esto, así que al menos haz lo que te haga feliz. Deja que el gozo te lleve, pero entendiendo que también involucra trabajo. No le tengas miedo al trabajo. No te preocupes por las críticas. Una vez que la historia deja tus manos, cobra vida propia, ajena a ti y sin deudas contigo. Y no te preocupará poner este delicado barco de papel en el frío y adverso mar de la opinión, porque para entonces ya estarás trabajando en uno nuevo.

Estoy aquí para ti. Nunca es demasiado tarde o demasiado temprano. Sólo está el ahora.

Es hora de comenzar.

Alex de Campi
Marzo 17, 2016

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