No sé cuantos de ustedes hayan tenido la mala fortuna de ver la adaptación previa de Judge Dredd al cine, protagonizada por Sylvester Stallone en 1995, pero sería bueno empezar con un poco de información para quienes no conozcan la versión original de este personaje surgido de los cómics. Dredd es creación de John Wagner y Carlos Ezquerra.
Por fortuna la nueva película es muy distinta a aquella de hace más de quince años. Además, ofrece toda la información necesaria para entender al personaje o al mundo en que vive, por lo que puede ser también del agrado de cualquier persona sin conocimientos previos.
En un futuro distópico no tan lejano, Norteamérica es un territorio devastado por la guerra nuclear. En lo que alguna vez fue la costa Este de los Estados Unidos se encuentra Mega City One, una vasta ciudad compuesta de bloques habitacionales, gigantescos edificios autosuficientes que albergan a decenas (y en ocasiones cientos) de miles de personas, en condiciones que distan mucho de ser las óptimas.
El tamaño de estos bloques y de la ciudad misma favorecen el caos y el crecimiento desmedido del elemento criminal, haciendo necesaria una clase especial de procuración de justicia. Es ahí donde entran los Jueces. Policías urbanos equipados con armamento paramilitar y armadura corporal, los Jueces están facultados para funcionar como policía, juez, jurado y, de ser necesario, verdugo. Dredd (Karl Urban) es uno de estos jueces, uno con una especial reputación debido a su extraño sentido del honor y al recelo con que cumple con su deber.
Tras detener a unos criminales, Dredd es llamado al Palacio de Justicia, donde la Juez Jefe le informa que por el resto del día será acompañado por Cassandra Anderson (Olivia Thirlby), una candidata a Juez que no debió aprobar los cursos, pero cuyas habilidades telepáticas pueden compensar sus carencias en otras áreas. Dredd accede a evaluarla durante un día para ver si es apta para fungir como Juez, y le permite escoger el primer crimen a investigar.
El caso elegido es un triple homicidio al interior de un bloque, con probables nexos a una red de distribución de una nueva droga, conocida como Slo-Mo (corto para slow motion, cámara lenta), misma que produce la sensación en sus usuarios de que el tiempo transcurre a una fracción de su velocidad normal.
Lamentablemente, al realizar un arresto atraen la atención de Ma-Ma (Lena Headey), líder de la organización que controla la producción y distribución de la droga desde el interior de ese mismo bloque. Ma-Ma cierra todos los accesos del bloque, dejando encerrados a ambos jueces en su interior, y solicita su ejecución inmediata, advirtiendo que quienquiera que les preste refugio o asistencia será también eliminado, con lo que inicia una mini-guerra entre los dos jueces y todos los criminales del bloque.
Lo que sigue es poco más de una hora de acción y violencia de alta manufactura, ofrecida desde el excelente trabajo de lente del cinematógrafo Dod Mantle, quien realizó aquí su primer trabajo en 3D, con resultados impresionantes. El director de la película es Pete Travis, de quien sólo había visto la horriblemente mal concebida y peor realizada Vantage Point, que en su momento comenté aquí, pero es evidente que ha crecido como director, además de que ahora si contaba con un guion bien escrito.
El guion es obra de Alex Garland, exitoso novelista (aquí comenté The Beach y Tesseract) convertido en guionista de cine (The 25th Hour, Sunshine, 28 Days Later, Never Let Me Go) de quien ya he hablado antes. Garland es aficionado a Dredd desde hace muchos años, y se nota, pues a pesar de no tomar como base ninguna historia existente del personaje para construir su guion, captura la esencia tanto del protagonista como de la Juez Anderson, al tiempo que ofrece un primer vistazo a lo que es Mega City One.
La película es muy violenta, lo que puede molestar a gente sensible (la amiga de un amigo no aguantó más de media hora de película y abandonó la sala), pero eso es un atractivo adicional para los fans del personaje. Por otro lado, el gran trabajo de fotografía hace que la violencia se vea preciosa. Mención aparte merece el 3D, compuesto de forma más efectiva que efectista, y saca todo el jugo posible a las secuencias de cámara lenta, creando una experiencia impresionante en ese formato.
Dredd es una violenta y entretenida película de acción que será un deleite para los aficionados al género, y es una adaptación de cómic muy diferente a lo que nos ha acostumbrado Hollywood. Si les gustan las películas de acción y la violencia extrema no les revuelve el estómago, Dredd es una gran opción para una tarde de esparcimiento. Película altamente recomendada, pero con las reservas mencionadas.
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