Una de las franquicias más exitosas de fines de los 80 fue Predator (Depredador). A pesar de haber sido sólo dos películas, su éxito convirtió a los cazadores extraterrestres en uno de los iconos más reconocibles de la cultura popular norteamericana.
En los 1990 hubo varios intentos por mantener viva la franquicia, pero nunca se produjo una tercera película. A mediados de la década se intentó realizar una cinta que enfrentase a los mortíferos cazadores con los letales xenomorfos de la aún más popular serie de Alien, pero lo más que se logró fue un cómic.
A pesar de que ambas franquicias pertenecen al mismo estudio, nunca se pudo llegar a un acuerdo para realizar el crossover entre ambas debido a diferencias entre los responsables de manejarlas. Alien tuvo un par de producciones más que no pudieron replicar el éxito de las primeras dos entregas, en tanto que Predator se conformó con sobrevivir como mero material para licencias, gozando de buena popularidad en cómics, juguetes, novelas, y merchandise en general.
No comentaré las dos versiones recientes de Aliens vs. Predator por dos razones: uno, no las he visto; y dos, por lo que he leído y escuchado, es muy probable que no lo haga nunca. De hecho, la única razón por la que mencioné el crossover fue porque la premisa de Predators (Depredadores) toma un elemento presentado en el cómic que mencioné antes y que presumiblemente habría sido parte también de la abortada versión fílmica.
En el cómic descubrimos que los depredadores tienen prácticas propias de la caza deportiva, y que lo que consideran el pináculo de la misma es la posibilidad de cazar aliens. Para hacerlo capturan reinas vivas y las dejan caer en planetas habitados, esperando que la reina ponga huevos y los aliens se reproduzcan. Una vez que esto sucede los depredadores descienden en el planeta y empiezan a cazar tanto a aliens como a lo que quede de la fauna y población nativas.
Robert Rodríguez tenía interés en revivir la franquicia, y hace varios años se acercó al estudio con una propuesta que fue rechazada, pero debe haber generado cierto interés, pues luego de las reacciones negativas que generó la segunda AVP, contactaron al director de origen mexicano para saber si aún estaba interesado en revivir la franquicia. Por fortuna para ellos fue así, y aunque la apretada agenda de Rodríguez le impidió asumir el papel de guionista y director, se hizo cargo de producir la película y contrató los servicios de Nimrod Antal para dirigirla.
Royce (Adrien Brody) es un mercenario que despierta a mitad de una caída libre, equipado con un paracaídas que se abre automáticamente al acercarse al suelo. Mientras explora el lugar descubre que no es el único con esa experiencia, y pronto hay un grupo de soldados, mercenarios, sicarios, asesinos y ¿un médico? No tiene intención de ser su líder, pero todos lo siguen esperando que los guíe fuera de la jungla en que se encuentran, y pronto descubren que están en una reserva de caza en otro planeta. En la Tierra son depredadores, pero aquí son la presa.
La película es entretenida, y aunque no ofrece nada nuevo para quienes hayan visto las originales, es una experiencia satisfactoria. Adrien Brody hace un gran trabajo como Royce, interesante por lo poco que se dice de su pasado, lo que crea un efectivo aire de misterio a su alrededor. El elenco mezcla a actores veteranos con casi desconocidos, pero en general hacen un sólido trabajo. El resto del grupo es interpretado por Alice Braga, Topher Grace, Oleg Taktarov, Danny Trejo, Laurence Fishburne, Walton Goggins, Louis Ozawa Changchien y Mahershala Ali.
Si son fans de las primeras películas, pueden considerar ésta como una cumplidora tercera parte. Por otro lado, si buscan una película de acción que no ofenda su inteligencia, Predators puede resultar una opción cumplidora, con el aderezo de los elementos de horror y ciencia ficción que caracterizan a la serie y que pueden resultar en una agradable sorpresa para quienes no están familiarizados con esta franquicia.
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