Neal Stephenson es uno de los escritores más respetados en la ciencia ficción contemporánea gracias a novelas como Snow Crash o Cryptonomicon. Pero debo confesar que nunca he leído ni esas novelas ni sus historias cortas.
La razón es mero prejuicio de mi parte, y ni siquiera en contra del autor, sino de una persona que lleva años insistiendo en que se trata de un autor a quien debo leer. Se trata de un buen amigo a quien tengo en alta estima, pero que perdió mi confianza en lo que se refiere a recomendaciones luego de que me sugirió un par de películas y un puñado de libros sobre los que al final tenemos opiniones diametralmente opuestas.
Hace unas semanas encontré en una librería un ejemplar de In the Beginning... was the Command Line, ensayo de Stephenson cuya existencia conocía (incluso tengo una versión electrónica desde hace un par de años), y al ver que es un libro bastante breve decidí comprarlo y convertirlo en mi primer acercamiento al autor. Se trata de un análisis sobre sistemas operativos y cómo las interfaces gráficas de usuario (GUIs, por sus siglas en inglés) cambiaron la forma en que la gente interactua con su computadora, lo que favoreció la popularización del uso masivo de esta herramienta en nuestras actividades cotidianas.
Parte ensayo histórico y parte comentario personal sobre los albores de la cultura digital, In the Beginning... es una fascinante lectura para todo aquel interesado de uno u otro modo en computadoras, sistemas operativos o herramientas web. Stephenson centra su análisis de los sistemas operativos que al momento de escribir el ensayo eran los más conocidos y representativos entre las opciones disponibles en el mercado: Microsoft Windows, Apple OS, Linux, y BeOS.
A lo largo de todo el texto Stephenson juega con una analogía entre sistemas operativos y la industria automotriz. Compara a Windows con una camioneta familiar: cara, pero con soporte permanente del fabricante; a Apple con lujosos autos europeos con la tapa del motor sellada; a Linux con un grupo de entusiastas voluntarios que se dedica a ensamblar tanques que luego dejan formados en la calle para que cualquiera tome el que guste; y a BeOS con una ensambladora de batimóviles.
Esto da al libro una inesperada frescura, además de que aporta gran claridad a un tema que de entrada se antojaría como complicado, demasiado técnico y poco accesible.
Publicado en 1999, el ensayo tiene partes que se sienten obsoletas, pero eso no disminuye lo disfrutable e iluminador de su lectura. El autor ha aceptado que el texto necesita una actualización, pero aclara que difícilmente podría hacerla. Hace unos días descubrí que Garret Birkel, un programador, solicitó su permiso en 2004 para realizar anotaciones al texto, mismas que publicó en línea. Apenas voy a leer el resultado, pero por el vistazo que le eché, parece un interesante complemento al original. Pueden leerlo (en inglés) aquí.
In the Beginning... was the Command Line es un texto que disfruté mucho y lo recomiendo ampliamente a todos los interesados en el tema.
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