El australiano Philip Noyce es un director con una carrera llena de altibajos pero que ha mantenido un nivel sólido en la calidad de sus películas, destacando Dead Calm (Terror a Bordo), Patriot Games (Juegos de Patriotas), y Clear and Present Danger (Peligro Inminente). Entre sus películas no tan sólidas podría mencionar Sliver (Una Invasión a la Intimidad) o The Saint (El Santo).
Por fortuna para todos, incluyendo los espectadores, Salt (Agente Salt), su más reciente producción, protagonizada por Angelina Jolie, tiende a caer entre las del primer grupo.
Evelyn Salt (Jolie) es una agente de la división de contraespionaje del FBI, respetada en su trabajo y felizmente casada con un biólogo de origen alemán. Cuando un presunto espía ruso a punto de desertar la señala como una agente doble, su vida da un giro del que no habrá vuelta atrás. Acusada de ser una agente durmiente en espera de su activación para asesinar al presidente ruso durante una visita de estado, Salt es puesta bajo custodia preventiva mientras se aclara su situación.
Preocupada por su esposo (August Diehl), sobre todo tras no poder contactarlo, Salt usar su entrenamiento para escapar del edificio de alta seguridad en que se encuentra, evadiendo a sus ex-compañeros con la esperanza de localizar a su marido y asegurarse de que está a salvo. El encargado de localizarla y contenerla mientras se aclara su situación es el agente Peabody (Chiwetel Ejiofor), quien tiene además que lidiar con la falta de cooperación de Ted Winter (Liev Schrieber), jefe inmediato y amigo de Salt.
Lo que sigue es hora y media de suspenso y una historia llena de giros argumentales que tienen al espectador preguntándose en todo momento quien es realmente Evelyn Salt. La película resulta muy entretenida, sobre todo si gustan del suspenso y las historias de espionaje. Noyce muestra capacidad para dirigir actores al tiempo que mantiene un ritmo narrativo ágil y dinámico, pero se queda lejos de crear una historia digna de recordar.
Supongo que el mayor problema es que la historia no tiene nada de original y uno piensa de inmediato en The Bourne Identity (Identidad Secreta) o incluso con un viejo thriller que siempre me ha gustado mucho, No Way Out (Sin Salida). Usar espías rusos infiltrados en el FBI lleva la historia de vuelta a la Guerra Fría, lo que contrasta con la idea de que la película sucede en el futuro cercano (una pantalla de televisión muestra las noticias y se ve la fecha: 2011) y limita las posibilidades narrativas.
La principal razón para que la película no sea una vacua recreación de un subgénero obsoleto es la calidad de sus interpretes. Angelina Jolie ha mostrado que puede trabajar con igual soltura en cintas de acción que en dramas, lo que le da credibilidad a las distintas facetas de su personaje. Ejiofor y Schrieber son dos de los mejores actores de reparto en Hollywood y considero que es un desperdicio que no trabajen más a menudo en roles estelares.
Salt es una película entretenida pero sin pretensiones, aún a pesar de que deja la puerta abierta a una posible secuela o a convertirse en una franquicia. Recomendada para los fans del género o para los nostálgicos de la ficción de la Guerra Fría.
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