McG no es la clase de persona que inspire confianza por la calidad de su trabajo como director, así que cuando se anunció que sería el encargado de revitalizar la franquicia de Terminator no creí que tuviese oportunidad de hacerlo. Cuando la película se estrenó en Estados Unidos fue recibida con tibieza en la taquilla y fríamente por la crítica, así que temí que fuera una película lamentable, pero cuando se estrenó en México me topé con comentarios de amigos y conocidos que no entendían por qué le fue tan mal. Decidí que el único modo de hacer un juicio sobre ella era viéndola, así que eso hice.
Debo aclarar que nunca vi Terminator 3 y que no tengo intención de hacerlo, pues nunca he escuchado un comentario positivo acerca de ella, y ahora que he visto esta nueva entrega estoy seguro de que no me perdí de nada relevante sobre John Connor o el desarrollo de la futura guerra entre hombres y máquinas, incluso a pesar del ominoso subtítulo que llevaba (Rise of the Machines).
Dicho lo anterior, Terminator: Salvation es una película que podría calificar de inofensiva, pues aunque no ofrece nada nuevo a los fans del género o la franquicia ni aporta innovaciones tecnológicas o narrativas, y pese a que no enriquece la historia de la franquicia, tampoco hace nada que pudiese ofender a los fans de la serie. Recuerdo que hace unos meses, en la Convención de Cómics de Nueva York, McG pidió a los fans de la saga que apoyaran su película como lo que era: una carta de amor a Terminator. Y la verdad es que es una buena forma de interpretar lo que hizo con esta película.
Me parece importante resaltar que McG tiene relativamente poca experiencia como director, pues sólo cuenta con las dos entregas de Charlie's Angels y We Are Marshall en su currículo, además de varios episodios de series de tv y un puñado de videos musicales, pues suele concentrarse en su faceta de productor.
Por desgracia Terminator: Salvation es la clase de película que pone en evidencia su falta de experiencia en el formato o para construir proyectos más complejos, pues el resultado es disparejo en tono y ritmo, aun si los visuales son mayormente consistentes.
La película sucede varios años en el futuro, donde encontramos a un John Connor (Christian Bale) adulto que es parte de la resistencia pero aún no es el legendario líder de la misma. John y su grupo intentan averiguar por qué las máquinas toman prisioneros, pues siempre han matado y exterminado sin distinción alguna. John teme que sean los experimentos que llevarán a la creación de los T-800, cyborgs con tejido orgánico que les permite parecer humanos para infiltrarse en los campamentos de sobrevivientes, modelo con el que está familiarizado pues en su adolescencia hizo contacto con uno.
El alto mando de la resistencia parece haber descubierto algo que podría cambiar el curso de la guerra, pues interceptaron una señal de radio que parece funcionar como un switch de apagado. John se ofrece como voluntario para probarlo antes de que sea usado a gran escala en una ofensiva contra Skynet, pero la aparición de dos personas alterará todos sus planes.
En el presente, Marcus Wright (Sam Worthington) era un asesino que tras ser condenado a muerte cedió su cuerpo a la ciencia, más concretamente para que se experimentara con él en Cyberdine, empresa que eventualmente dará nacimiento a Skynet.
Súbitamente despierta en el futuro sin noción de dónde (o cuándo) está, ni de como llegó ahí. Tras encontrarse con un Terminator, Marcus es salvado por un adolescente, que le ayuda a esconderse y le explica que las máquinas han obligado a lo que queda de la humanidad a esconderse y pelear por sus vidas. El adolescente es Kyle Reese (Anton Yelchin), futuro (en el pasado) padre de John Connor. Juntos escuchan una transmisión de radio donde John Connor exorta a la resistencia a mantener la esperanza y el joven le explica que John es el guía moral de la resistencia y que sería bueno contactarlo o unirse a su grupo.
Luego de que su refugio sufre un ataque, las máquinas secuestran a Kyle junto con un grupo de otros humanos y poco después Marcus encuentra a Blair (Moon Bloodgood), una piloto que forma parte del grupo de John en la resistencia y quien se ofrece a llevarlo hasta su campamento.
Al llegar tienen un accidente con una mina magnética que estalla en la pierna de Marcus, y cuando es llevado a la enfermería para ser atendido por Kate (Bryce Dallas Howard), la esposa de John, hacen un terrible descubrimiento. Marcus debe luchar por ganarse la confianza de John y del resto del grupo, empresa nada fácil. Su única oportunidad es aprovechar que Blair confía en él y tratar de que John acepte que él puede ser la única esperanza de rescatar a Kyle del complejo central de Skynet.
Una de las críticas más fuertes que he escuchado sobre la película es que no aporta nada al mito de la popular serie de películas, pero me parece que lo que si consigue es realizar un trabajo de limpieza al tomar elementos de las dos primeras películas y preparando el terreno para seguir expandiendo la saga en el futuro. A lo largo de la película hay toda clase de referencias a esas dos cintas, desde el uso de frases y situaciones hasta menciones directas a sucesos que se dieron en ellas.
La participación de Linda Hamilton y Arnold Schwarzenneger no es más que un guiño a los fans, pero sirve para cimentar el lugar de la película dentro del canon de la serie. Obviamente la película tiene muchos problemas, pero la gran mayoría de ellos son menores y no afectan al resultado final de la película.
McG acusa su falta de experiencia al permitir que la película fluya de forma irregular, y en ocasiones la constante inclusión de homenajes se interpone en su trabajo como narrador visual, aunque nunca hace que la película se sienta cortada. La actuación de Sam Worthington es excelente, aunque me parece que un director más capaz le pudo haber sacado más a Christian Bale, quien cumple pero parece limitado. Los secundarios son sólidos, desde la opacidad de Common hasta la usual exageración de Michael Ironside.
No hay mucho más que decir que no sea evidente al ver los trailers: buenos efectos especiales sin presentar nada sorprendente, secuencias de acción bien logradas pero no sobresalientes, y un look post-apocalíptico bastante bien logrado. En conclusión, Terminator: Salvation es una entretenida película veraniega que debiera ser disfrutada por igual por los fans de las películas originales y por quienes no estén familiarizados con ellas. Habrá que ver hacia donde apunta el futuro de la franquicia.
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