En realidad no me fui de vacaciones, pero descansé unos días del trabajo. En casa me hice el propósito de romper un poco mi rutina, incluyendo escribir y leer en blogs, foros de discusión y sitios de noticias, y aquí no hubo actualizaciones regulares salvo por un par de memes y dos textos que ya tenía preparados. Me puse al día con algunas series de TV en DVD, vi un par de películas que había relegado, y puse un poco de orden en mis cosas (sólo un poco... mi vida no sería igual sin el caos) y en mi computadora.
El famoso ex-futbolista mexicano tuvo una brillante carrera en la década de los 80, cuando se convirtió en el primer futbolista mexicano en lograr el éxito en Europa. En diciembre de 2006, tras realizar una campaña de cuatro años de presión y desprestigio en contra de Ricardo LaVolpe, logró su cometido de convertirse en técnico de la selección mexicana.
Ahora, a menos de año y medio de su nombramiento, Hugo Sánchez fue cesado de su cargo el pasado lunes luego de que los dueños de los equipos de la Primera División del fútbol mexicano se reunieran para evaluar su informe de trabajo. Desde ese día la prensa, tanto especializada como general, se llenó de comentarios, análisis y discusiones sobre la decisión. Toda proporción guardada y considerando el humilde alcance de este blog, ¿quién soy yo para no entrarle al tema?
Como futbolista hay poco que criticar de su carrera. Como persona nunca me ha caído bien, por altanero, prepotente y egocéntrico, pero hay que separar a persona y deportista. Por desgracia no se puede hacer lo mismo en su faceta de director técnico, pues él mismo no entiende dónde empieza y termina su trabajo, y todo gira alrededor de su tema favorito: él mismo.
Durante su campaña en busca del puesto, Hugo hizo gala de su superpoder favorito, la verborrea. Se dedicó a hablar y hablar, criticando cada decisión y resultado del equipo dirigido por LaVolpe. Que por qué había un extranjero en el puesto, que no debía usar jugadores naturalizados, etc., omitiendo el dato de que a lo largo de toda su carrera como técnico ha tenido como auxiliar a quien las malas lenguas señalan como el auténtico DT de sus equipos, el argentino Sergio Egea.
Sobre los naturalizados, en su momento expresó duramente que no había necesidad de recurrir a ellos porque México producía suficiente talento y no debían permitir la llegada de advenedizos que ocuparan puestos que por derecho eran para los verdaderos mexicanos. Su discurso cambió radicalmente hace unas semanas al convocar a Sinha, pues declaró que los jugadores naturalizados son tan mexicanos como cualquiera y él no iba a cambiar la Constitución.
Alguna vez dijo que cuando fuera técnico de la Selección, México sería campeón del mundo, pues era cuestión de voluntad y él no conocía la palabra derrota. Afirmaba que con él México ganaría la Copa de Oro, la Copa América, la Copa Confederaciones y la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos. Ya en el puesto, antes de disputar la Copa de Oro y la Copa América, bajó la vara y dijo que sus objetivos eran ganar la Copa de Oro, llegar a semifinales en la Copa América, y no pensar en el Mundial porque faltaba mucho por trabajar.
Su equipo (digan lo que digan, no es "de todos") perdió la final de la Copa de Oro ante Estados Unidos y México quedó fuera de la Copa Confederaciones. En el mismo torneo se dio una ruptura entre el cuerpo técnico y algunos jugadores importantes del equipo que juegan en Europa. Llamó refuerzos del enrachado Pachuca y los integró al grupo que participó en la Copa América, y un equipo que no tuvo tiempo de entrenar bajo su mando hizo un papel aceptable antes de ser exhibido por Argentina en semifinales.
Empezó a trabajar con la selección pre-olímpica y afirmó que eran el futuro del fútbol mexicano y pensaba integrar jugadores campeones en sub-17 al grupo formado por miembros de equipos de primera división que cumplían con la edad requerida. Se sentía tan seguro de su grupo que afirmó que sería la base en las eliminatorias mundialistas de 2010, reforzados por jugadores más veteranos. Pero ese grupo quedó eliminado en el selectivo para las Juegos Olímpicos tras ganar a Haití, empatar con Canadá y perder ante Guatemala.
Los mismos jóvenes que eran el futuro fueron culpados y ninguneados por su técnico días después de su eliminación. En la conferencia de prensa posterior a un partido amistoso contra Ghana, en que participaron muchos de los jugadores activos en ligas europeas, afirmó que se había fracasado en la eliminatoria olímpica pero había que dejarlo atrás, porque esa fue la selección sub-23 y ahora debía trabajar con la selección mayor de cara a la eliminatoria mundialista. Hasta ahí llegó su fe en la generación del "futuro de México".
No conforme con eso, también menospreció públicamente a los jugadores que trabajaron con él en convocatorias anteriores, pues al elogiar al equipo que enfrentó a Ghana dijo que era una selección que "juega con dinamismo y variantes, porque están acostumbrados a competir a otro nivel, no como el de México". Y pensar que todavía hay quienes lo defienden... En fin. Tampoco pienso que toda la culpa sea suya, pero eso ya será tema para otra ocasión.
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