miércoles, 5 de diciembre de 2007

Children of Men (Hijos de Hombres), de P.D. James

Hace unos meses, buscando un regalo, me encontré en el pasillo dedicado a la ciencia ficción, lo que no sería raro salvo porque era una librería que visitaba por primera vez. Aprovechando que estaba ahí, le di un rápido vistazo a los estantes y me encontré con buenas opciones a muy buen precio, entre ellos la edición en español de Children of Men publicada por Ediciones B bajo su sello Zeta Bolsillo.

Phyllis Dorothy James, mejor conocida como P.D. James, es una escritora británica reconocida por su trabajo a lo largo de los años en los géneros policíaco y de misterio, pero desde el año pasado su nombre se ha visto ligado de forma importante a la ciencia ficción gracias al éxito de la adaptación cinematográfica de Children of Men realizada por el director y guionista mexicano Alfonso Cuarón.

Libro y película difieren en varios aspectos de la trama, pero no en los temas que fueron bien trasladados de uno a otro medio. En su momento escribí un comentario con mis opiniones de la película, así que ahora dejaré eso de lado para enfocarme sólo en la novela.

La humanidad ha quedado estéril, y a veinticinco años del último nacimiento registrado la desesperanza se ha apoderado de los sobrevivientes. Inglaterra es el último bastión de la civilización y se encuentra en una precaria situación. Theo Faron, un profesor de la Universidad de Oxford, cumple cincuenta años el mismo día que el hombre más joven del mundo muere asesinado en Buenos Aires, Argentina, y ya sea por esta razón o por cualquier otra decide empezar a escribir un diario. A través de lo que Theo escribe en el diario nos vamos creando una imagen de su mundo.

El caos reina en todo el mundo salvo en Inglaterra, donde Xan, primo de Theo, se proclamó Guardián de Inglaterra para gobernar apoyado por un Consejo de cinco miembros que mantienen el orden en el país. Theo fue parte de ese Consejo y muchos lo consideraban la persona más cercana al Guardián, pero años atrás se hizo a un lado para volver a la vida académica. Su parentesco con el Guardián llama la atención de un grupo de "jóvenes" (término que se refiere a gente de menos de 40 años) revolucionarios que esperan convencerlo de interceder ante su primo para lograr cambios en el manejo del país.

Renuentemente, Theo accede a revisar lo que dice el grupo para, de parecerle pertinente, solicitar una audiencia con su primo. Tras asistir a un suicidio colectivo que no parece voluntario, intenta hablar con el Guardián, pero sin éxito. Su contacto con los presuntos revolucionarios altera su visión de muchas cosas y eso se refleja en su diario. La revelación de que una de las mujeres del grupo está embarazada lo lleva a abandonar la comodidad y seguridad de su casa, y se vuelve un fugitivo del omnipresente y todopoderoso gobierno, motivado por las dos fuerzas más grandes que puedan existir: el amor y la esperanza.

Children of Men es una novela de ciencia ficción, pero el mundo que nos muestra no está lleno de avanzados adelantos tecnológicos o científicos, sino que es el que podríamos habitar en un año, o quizás dentro de cinco o diez, y eso da a la novela su inusual capacidad para causar escalofríos. Lo más distintivo en el trabajo de James es su manejo de personajes. A partir de su desarrollo, en que cada uno de ellos recibe una voz y personalidad propias que nos permite asimilar de gran manera las reacciones que tienen ante los sucesos del mundo que James va tejiendo a su alrededor en esta envolvente historia.

De froma objetiva puedo decir que esta novela no es un trabajo peculiarmente innovador, y los ecos en esta historia del trabajo de autores como Orwell, Huxley o Ballard son muy notorios. Aun así me parece que se trata de una muy buena novela y que todos los elogios que ha recibido se los ganó a pulso y por méritos propios. Creo que Cuarón hizo un extraordinario trabajo disectando la novela para tomar sus temas principales y llevarlos a la pantalla de mejor forma.

Pero eso ya será tema de otro texto, pues me parece demasiado interesante como para dejarlo de lado y no quisiera extender de más este texto, pues entiendo que a varios de mis escasos lectores les parece que a veces me desboco sin control. Hasta entonces.

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