Alfonso Cuarón es uno de los cineastas mexicanos que, junto a Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu, han logrado hacerse de prestigio internacional en los últimos años.
La premisa es simple pero de complejas implicaciones. En 2027 el mundo atraviesa una crisis, pues hace 19 años que no hay un solo nacimiento. La historia abre con un vistazo a las noticias, y nos enteramos que la persona más joven del mundo, un chico de 19 años, fue asesinado por negarse a dar un autógrafo.
Las reacciones de la gente por todo Londres, donde en principio se sitúa la película, son de tristeza y abandono. Las escenas de gente chillando o sollozando son rápidamente sustituidas por otra clase de drama cuando Cuarón le recuerda al mundo el horror que representan los ataques terroristas en cualquier lugar del mundo.
Y no importa que tan desoladora o desesperanzadora pueda parecer la vida en la Gran Bretaña, porque pronto nos enteramos de que se trata del último bastión de la civilización como la conocemos. El terrorismo y las guerras intestinas han acabado con otros países y refugiados de todo el mundo tratan de entrar ilegalmente a las islas, donde el trato a los inmigrantes no es más amable que el que podemos apreciar hoy día en distintas partes del mundo, México incluido.
La película no es perfecta. Hay escenas que se antojan más largas de lo necesario, y quedan muchas preguntas sin respuesta. ¿Qué causó la esterilidad en la raza humana? ¿Han determinado las causas en busca de posibles soluciones? No sabemos. Hay varias referencias a una organización conocida como The Human Project (El Proyecto Humano), que parece estar trabajando en ello, pero no hay más información.
Y la verdad es que no hace falta. Children of Men no busca contar una historia sobre la lucha del hombre por sobrevivir o los heroicos investigadores que batallan por ello. Children of Men es una película de ideas. Es una película que invita a su audiencia a pensar, a reflexionar, a cuestionarse. Y eso es algo poco común hoy en día y para mi solo por eso ya es una película digna de verse.
En cuanto a las actuaciones, Clive Owen demuestra película a película que se trata de uno de los actores más desperdiciados. ¿Por qué no trabaja más a menudo y en papeles protagónicos? Michael Caine insiste en tratar de merecer una nominación al Oscar cada año como el más consistente actor de reparto de la industria, Julianne Moore tiene un papel tan pequeño que casi podría tratarse de un cameo, pero lo hace con solvencia y calidad.
Chiwetel Ejiofor pareciera estar en una situación similar a la de Owen, aunque al menos ya podemos notar que su presencia en las pantallas se va haciendo más frecuente. Pero la sorpresa de la película es sin duda Claire-Hope Ashitey, quien sin hacer nada espectacular entrega una sólida interpretación como Kee, la encarnación de la última esperanza de la humanidad.
Si lo que quieren ver es un gran ejercicio narrativo, la película no los decepcionará. Empieza como un drama pero súbitamente se transforma en una road movie llena de persecuciones y que termina con una alucinante secuencia de una zona de combate que sólo por el mérito técnico en su concepción y realización merecería un premio especial.
Cuarón ha mencionado en un par de ocasiones que no considera a Children of Men como una película de ciencia ficción. Tal vez sea necesario recordarle que muchos de los mejores trabajos de ciencia ficción, sin importar el medio, no tienen nada que ver con robots, naves espaciales, o pistolas láser.
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