jueves, 4 de enero de 2007

PPC: El valor de los cómics

Para mucha gente el inicio de un nuevo año representa una ocasión para evaluar lo hecho el año anterior y definir objetivos para el año siguiente. Muchos otros, además de evaluar, hacen una valoración de toda clase de cosas, y eso me dio una idea sobre qué escribir para comenzar este año. Así que la primera entrega de 2007 de Predicando para el Coro será dedicada a analizar y tratar de responder una pregunta que todo fan se ha hecho en algún momento:

¿Cuánto valen los cómics?

Creo que todos en alguna ocasión nos hemos preguntado cuánto vale nuestra colección o alguna parte de ella. No conozco a ningún lector de cómics que no haya revisado alguna vez una lista de precios aunque sea por curiosidad. Así que me parece importante aclarar lo que creo es el valor real de la colección de cómics de cualquier lector en cualquier parte del mundo: NADA.

Si, leyeron bien. Su colección de cómics no vale nada. No importa si tienen todas las portadas variantes y de "edición limitada" del No. 1 de Las Nuevas Aventuras del Superasombroso Capitán X. Su colección, al igual que la mía, no vale nada.


¿Por qué me atrevo a hacer semejante afirmación cuando publicaciones tan respetadas como Overstreet o tan populares como Wizard tienen enormes listados que indican lo contrario?

Fácil. Porque el valor de los cómics es algo engañosamente subjetivo. Como con casi cualquier mercancía en el mercado, el precio de los cómics dependen, en principio, de los costos de producción, promoción y distribución de los mismos. Esto incluye la materia prima y los sueldos tanto de creativos como de quienes trabajan en las editoriales, los costos de empaque y transportación, y la ganancia que corresponde a la distribuidora y a los dueños de las tiendas de cómics (donde hay que considerar los costos de operación de la misma: renta, servicios, sueldos, etc.)

Eso cubre lo referente a los cómics nuevos. ¿Y qué hay del mercado de coleccionistas y los números atrasados? Ahí es donde entra la parte subjetiva del asunto. Antes quiero hacer un paréntesis para invitarlos a una pequeña reflexión. Piensen en lo que su colección de cómics representa para ustedes. Ahora piensen en lo que sería la joya de su colección. Esto también es altamente subjetivo.

¿Qué es más importante, el valor sentimental o su valor como lo define el mercado de coleccionistas? ¿Cuál es más importante, el primer cómic que leyeron, o el más "raro" que poseen? ¿El que les trae recuerdos de un momento especial de sus vidas, o el que todos los fanboys que conocen se mueren por tener en sus manos? Si son como yo, Overstreet o Wizard son algo que en este momento los tiene sin cuidado. Y si no, eso demuestra mi afirmación inicial sobre la subjetividad del asunto.

Ahora, volviendo a la idea de lo que alguien pudiera estar dispuesto a pagar por un cómic, el uso de las listas mencionadas es totalmente arbitrario, más aún para quienes vivimos fuera de los EEUU. Dichas listas se basan en estudios de mercado que siguen los parámetros acostumbrados de oferta y demanda. Un bajo tiraje puede representar un incremento en el precio hasta de varias veces el precio de portada si los fans se vuelcan a buscar algún título en especial.


Y fuera de la Unión Americana, esos factores puede variar en cualquier sentido. Tal vez haya cómics de los que sólo hay un puñado de copias en todo Sudamérica, o quizá un par de copias en Argentina o México o Chile. Y quizás no haya una sola persona en esos países que quiera una copia y no la tenga. ¿Por qué habría entonces de variar su precio? Si decenas o cientos de fanboys en Arizona, California u Oregon están dispuestos a pagar una fortuna por un cómic, eso es algo no debería afectar al lector latinoamericano. Y sin embargo lo hace.

En cuanto a las publicaciones que elaboran los listados, ¿Con qué autoridad lo hacen? Overstreet tiene varias décadas trabajando en colaboración con distribuidores y asociaciones de dueños de tiendas, así que su estimación de precios tiene una base más o menos sólida. Por otro lado, Wizard afirma basarse en reportes de ventas y encuestas realizadas a tiendas "líderes", pero recuerdo casos de cómics que aparecían listados antes de ser publicados, como cuando el número 1 de Wetworks, de Image Comics, se retrasó tres años y Wizard no sólo lo listaba (junto con los números 2 y 3), sino que lo resaltaba como "Hot" y a la alza. ¿Qué tan confiables pueden ser entonces sus estimaciones?

Por otro lado, y siguiendo con Wizard, la exposición que esa revista da a algunas series y creativos puede influir en el incremento en la demanda de un cómic. Si ellos dicen que tal o cual dibujante es "Hot", los fans buscarán más de su trabajo. Si afirman que tal o cual editorial es "cool" o está "in", los fans tratarán de hacerse con ese material. Si a eso sumamos que las mismas editoriales compran espacio publicitario en la revista, podríamos hablar de un conflicto de intereses que afecta la objetividad de la revista.

Y eso es algo que siempre me ha molestado un poco, sobre todo porque esa forma de trabajar sirvió por varios años para que alimentar a un creciente grupo de especuladores que, cuando se hartaron del medio y partieron en busca de nuevas fuentes de entretenimiento con las cuales lucrar, dejaron a la industria al borde del colapso total.

Pero antes de que se queden con la impresión de que me estoy quejando sólo porque si, quiero complementar la respuesta que di inicialmente a mi propia pregunta: En realidad se trata de una cuestión de perspectivas. Seguro todos han vivido o se han enterado de aquellas historias de horror comunes entre lectores de cómics o coleccionistas donde una mamá, o abuelita, o tía, ha tirado a la basura, o regalado, o vendido como periódico viejo, la colección de comics de un amigo, primo o conocido. Ése es un claro ejemplo de alguien para quien efectivamente una colección no vale nada.

Y si son como yo, o conocen a alguien que sea como yo, existe la posibilidad de que al menos una parte de su colección sea invaluable. Por los recuerdos, por los buenos momentos, por las historias, o por lo que sea. Y hay cómics que no venderían ni por todo el oro del mundo. Entonces, ¿Cuanto valen los cómics? Nada. Todo.

Es una cuestión de perspectivas.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario