En un alejado suburbio de Moscú las autoridades parecen haber hallado nuevas formas de definir "arte urbano" y "paisaje arquitectónico".
Es de sobra conocida la crudeza del invierno ruso, el cual puede provocar un estado de depresión entre algunos de sus habitantes. Por ejemplo, entre los últimos días del otoño y los primeros del actual invierno, hubo un periodo de más de treinta días en que el sol no fue visible en Moscú, y eso provocó una oleada de ausentismo pues mucha gente afirmaba encontrarse en un profundo estado de depresión y sin deseos de ir a trabajar.
Así que se puso en marcha un programa experimental para combatir la depresión invernal y muchos edificios cambiaron los tonos grises de sus fachadas por coloridos paisajes primaverales. Ignoro si esto podrá servir como antídoto para la depresión, pero estoy seguro de que es uno de los más espectaculares paisajes arquitectónicos que he visto. Más imágenes del lugar aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario