El eterno dilema de estudios y productores de cine es elegir proyectos rentables sin certeza de que una película vaya a funcionar. En ocasiones no basta con treparse a las tendencias de moda y la calidad no necesariamente va de mano de la mano del éxito. En ese sentido, las películas de horror rara vez pierden dinero, y cualquier modesta producción tiene el potencial de convertirse en un sorpresivo éxito de taquilla. Un caso reciente es el de Barbarian (Bárbaro, 2022).
La película debutó entre reseñas positivas en julio pasado en el marco de la San Diego Comic-Con, y luego de su estreno en cines a inicios de septiembre recaudó casi diez veces su presupuesto de producción, estimado en cuatro y medio millones de dólares. La cinta llegó a VoD y streaming a fines de octubre, y fue la película más vista en cualquier plataforma de Estados Unidos durante la última semana de ese mes. Y quizá lo único más sorpresivo que el éxito de la película sea su origen.
Barbarian fue escrita y dirigida por Zach Cregger, actor y comediante parte del colectivo The Whitest Kids U' Know, y con esta película debutó como director. A manera de experimento quería escribir una escena en que una mujer vulnerable se topa con un extraño y enfrenta la mayor cantidad posible de señales de alerta. Poco a poco se transformó en una historia de horror más larga cuando Cregger buscó un modo interesante de romper las expectativas alrededor de un encuentro como ése.
Al principio batalló para lograr que alguien financiara su película, y al final ésta fue una coproducción de varias empresas. La última en sumarse fue New Regency, cuya participación, además de apuntalar el presupuesto de la cinta, aseguró que su distribución quedase a cargo de 20th Century Studios gracias a un trato previo entre la productora y Walt Disney Studios. La película cuenta con un elenco encabezado por Georgina Campbell, Bill Skarsgård, Justin Long y Richard Brake.
Tess (Campbell) es una joven mujer que viaja a Detroit para una entrevista de trabajo como investigadora para una directora de documentales. A través de una app alquila una casa a las afueras de la ciudad, pero al llegar al lugar, de noche y bajo una fuerte lluvia, descubre que alguien más está instalado en ella. Tras superar su aprehensión inicial, llama a la puerta y conoce a Keith (Skarsgård), que alquiló el mismo lugar por las mismas fechas, pero a través de una app distinta.
Ella trata de irse, pero Keith la convence de pasar ahí la noche y esperar al día siguiente para resolver el asunto con la inmobiliaria. Le cede la recámara y hace todo lo posible por apaciguar sus temores. Al día siguiente, cuando despierta, Keith no está, aunque una nota afirma que volverá por la tarde. Tess asiste a su entrevista y regresa antes que Keith. Mientras lo espera, por accidente se queda encerrada en el sótano, donde encuentra una puerta que oculta un oscuro y peligroso secreto.
La película tiene una estructura peculiar, pues aunque sus tres actos están bien definidos y forman parte de una misma historia, esto no es evidente de inmediato. El segundo acto sigue a A.J. Gilbride (Long), un actor de comedia a quien acaban de informar que su coestrella lo está acusando de conducta sexual impropia, lo que no sólo provocará la cancelación de su serie, sino que tendrá que enfrentar un largo proceso legal, y carece de los fondos necesarios para cubrir sus gastos.
Desesperado y contra los consejos de su representante, A.J. decide revisar un par de propiedades que podría poner en venta y obtener un poco de liquidez. Por ello hace un viaje a Detroit para visitar la casa que posee a las afueras de la ciudad. Al llegar la encuentra vacía, pero una maleta y objetos personales indican la presencia de un inquilino. Llama a la agencia de bienes raíces, donde le dicen que hace meses que no se la alquilan a nadie, pero el espectador sabe que eso no es verdad.
A.J. encuentra la puerta secreta en el sótano, pero lo único que piensa es que todo ese espacio extra representa una oportunidad de incrementar el valor en el mercado de la propiedad. Para su desgracia, pronto descubre que nada en ese oscuro lugar puede ser bueno. Una secuencia de flashback pone en contexto el origen y función de la puerta y lo que se esconde tras ella, y cerramos con un tercer acto que une los sucesos de los primeros dos en una tensa, trepidante y escalofriante conclusión.
La evolución del horror a menudo produce nuevos subgéneros, y quizá debamos considerar como uno al horror de bienes raíces, un moderno derivado de las casas embrujadas en que las historias giran alrededor de una casa y su efecto, ya sea por una presencia sobrenatural o algún horror más humano, sobre un recién llegado. Algunos ejemplos podrían ser Dark Water (2002), The Night House (2020), His House (2020), No One Gets Out Alive (2021) y quizá Don't Breath (2016).
Su efectividad es producto de la generalizada noción de que una casa representa un lugar seguro donde, sin importar otros problemas, nada ni nadie puede hacernos daño. El horror de bienes raíces crea historias que ponen en entredicho la idea de una casa como santuario, y aprovecha que pocas cosas son capaces de generar en el espectador una sensación de intranquilidad tan inmediata como la percepción de que su idea de un lugar seguro puede verse corrompida de forma tan fácil.
En el caso de Barbarian, Cregger da un giro a esa idea al usar un Airbnb, es decir, una casa lejos de casa. Esto tiene el doble efecto de dar actualidad a la historia de un modo que permite a la audiencia comprender el horror inmediato de la situación (¿qué pasaría si en una ciudad extraña descubro que alguien más está viviendo en la casa que alquilé?) sin permitir que la situación se sienta impersonal, como podría suceder si todo ocurriese en un hotel o una casa de huéspedes.
La película juega con las expectativas de la audiencia al invertir las convenciones del género, como ocurre al poner una linda y agradable casa en medio de un vecindario horrible. Lo mismo ocurre con Tess y el estrés que le produce la idea de quedarse sola con un extraño en una casa ajena en medio de la nada, y con la decisión de poner en situación de riesgo a A.J, personaje que representa a aquellos cuya posición de privilegio suele proteger de tomar decisiones desesperadas.
Pero quizá el mayor mérito de Cregger está en la inusual estructura narrativa que emplea para contar su historia. El primer acto arranca con la escena que escribió como experimento, con la chica que teme descubrir lo peor en el extraño que acaba de conocer y quien demasiado tarde se da cuenta de que sus temores eran infundados y el peligro estaba en otra parte. Es una idea simple pero efectiva, y por su cuenta podría funcionar incluso como cortometraje.
El segundo acto ofrece humor negro y comentario social, con un protagonista que es agradable en la superficie pero poco a poco se revela como un nefasto narcisista que sólo piensa en sí mismo. Sólo imaginen a alguien cuyo primer pensamiento al descubrir un siniestro sótano oculto bajo su casa es si eso puede elevar el valor de la misma. Esta parte se siente casi como una moderna fábula sobre la importancia de asumir responsabilidad por nuestros actos en el mundo actual.
la inexperiencia de Cregger con el horror se manifiesta en la forma en que empuja a sus personajes a tomar malas decisiones sólo porque así conviene a la historia, lo que compromete el "realismo" de la situación que suele sumergir al espectador en la historia. Por fortuna sus actores usan su talento y carisma para vender sus acciones, y el ritmo de la cinta, que al pasar de una historia a otra ofrece a la audiencia un bienvenido respiro de la creciente tensión, mantienen la cinta a flote.
Hablando de los actores, debo elogiar el excelente casting. Georgina Campbell hace un gran trabajo en el papel de Tess, al que aporta una sólida combinación de vulnerabilidad y resiliencia que resulta ideal para la protagonista de una historia de horror, pues tiene el potencial tanto de ser una víctima más como de erigirse en el rol de una chica final. Desde el primer acto se establece que su personaje debe cargar con el peso emocional de la historia, y lo hace de buena manera.
La elección de Bill Skarsgård para el rol de Keith fue inspirada. El talentoso actor escandinavo usa su presencia física de forma casual y contenida en un personaje ansioso por hacer que Tess se sienta segura pese a su inusual situación, pero sus nerviosos balbuceos tienen el efecto contrario y el espectador se hace interrogantes similares a las que atormentan a Tess. ¿Es un truco? ¿Intenta llevarla a una falsa sensación de seguridad? Después de todo, estamos hablando de Pennywise...
De forma similar, el director explota la encantadora y adorable imagen de Justin Long para desafiar las expectativas del público. Lo acabamos de conocer cuando descubrimos que lo acusan de cosas horribles, pero conforme avanzan los minutos se hace evidente que probablemente las hizo. A.J. es un egoísta a quien sólo le interesa dejarlo todo atrás y retomar su carrera. Sus malas decisiones son producto de su egoísmo y ambición, lo que nos lleva de vuelta al tema del karma.
Sorprende un poco, sobre todo por el amplio historial de comedia de Cregger, que el humor en su cinta sea tan sutil que resulta apenas una insinuación, salvo por el segundo acto, cuando la historia de A.J. alcanza momentos tan ridículos que raya en la sátira al tiempo que repasa y enmarca temas de actualidad sobre la industria del entretenimiento y su dinámica interna y la forma en que la gente en situación de privilegio se siente con derecho a todo.
Barbarian no ofrece nada nuevo dentro del género de horror, pero Cregger hace gala de buenos instintos narrativos que, de mano de una sólida labor de edición y la excelente cinematografía de Zach Kuperstein, da un tono y personalidad propia a cada sección de la película, desde el grano e iluminación hasta la relación de aspecto usados en cada una de ellas, lo que crea un intrigante y cargado de metáforas rompecabezas que el espectador debe armar conforme avanza la cinta.
A fin de cuentas, Barbarian es una interesante propuesta de horror que vale la pena ver, sobre todo si son aficionados al género. Habrá que esperar para saber si Cregger opta por seguir el ejemplo de Jordan Peel para pasar de la televisión de comedia al cine de horror, o si prefiere diversificar su producción para evitar verse encasillado. En México y América Latina pueden hallar esta película en el catálogo de Star+.
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