Explotar la nostalgia es parte importante de la industria del entretenimiento, y esa razón existen tantas franquicias y propiedades intelectuales que se mantienen en un constante ciclo de reboots, remakes y tributos que permiten a sus dueños generar ganancias sin necesidad de hacer nada original o innovador. Pero de vez en cuando aparece alguna serie o película que trasciende la mera explotación de la nostalgia, y ése es el caso de Top Gun: Maverick.
Esta secuela a Top Gun, la popular cinta de acción y drama de 1986 es una producción que tiene más de diez años tratando de despegar, y quizá por ello las expectativas eran más bien bajas. En 2010 Paramount Pictures contactó a los principales involucrados en la cinta original, incluyendo a los actores Tom Cruise y Val Kilmer, así como al productor Jerry Bruckheimer y el director Tony Scott, para plantearles la idea de realizar una secuela.
En 2012 ya había un guion y se esperaba iniciar la preproducción, pero el suicidio de Tony Scott detuvo todo. El estudio mantenía el interés en el proyecto, y en 2017 contrató a Joseph Kosinski como director. Éste escribió una nueva versión del guion, sobre el que se siguió trabajando hasta que a inicios de 2018 Cruise llevó a Christopher McQuarrie para que realizara una última revisión, y unos meses después inició la filmación. Ésta se prolongó debido a lo complejo de algunas de las tomas con los aviones.
Luego de un par de retrasos más debido a la pandemis, la película por fin se estrenó la última semana de mayo, y cuenta con las actuaciones de Tom Cruise y Val Kilmer, que vuelven para interpretar una vez más los papeles de Pete "Maverick" Mitchell y Tom "Iceman" Kazansky, rivales convertidos en amigos, y les acompañan Miles Teller, Jennifer Connelly, Jon Hamm, Glen Powell, Lewis Pullman, Ed Harris y Monica Barbaro. La historia tiene lugar más de 30 años después de los sucesos en la cinta original.
Maverick trabaja como piloto de pruebas en un ambicioso programa que busca desarrollar una nueva generación de jets supersónicos, y pronto descubrimos que sus características temeridad e indisciplina siguen siendo parte importante de su personalidad. Sólo su amistad con Iceman, ahora almirante de la flota del Pacífico, ha impedido que lo echen, pero es evidente que cada vez está más cerca de agotar las oportunidades de hacer algo con su vida y su carrera.
Luego de su más reciente acto de rebeldía, es llamado de vuelta al programa de instructores de combate de la marina, coloquialmente conocido como Top Gun, y se le informa que fue seleccionado para preparar a un grupo de jóvenes pilotos de élite para realizar una peligrosa y en apariencia imposible misión. Aunque él preferiría volar, eso no está en los planes, y para complicar más la situación, uno de los pilotos que debe preparar es el hijo de "Goose", su mejor amigo, quien falleció en un accidente volando con él.
La misión es predecible y casi tan vaga y ridícula como la de la cinta original pero, en adición a un extraordinario trabajo de fotografía que retrata de gran forma las espectaculares secuencias aéreas, la parte dramática de la historia ofrece un nivel de desarrollo de personajes y complejidad temática que la separan drásticamente de su predecesora, logrando un bienvenido balance entre un entretenido blockbuster de verano y una satisfactoria historia acerca de competitividad y perdón, llena de íntimos momentos de humanidad.
Era común descalificar a Cruise como sólo una cara bonita, pero el rango de personajes que ha interpretado a lo largo de su carrera hacen necesario reevaluar su talento actoral. No sólo es el último representante del sistema de "estrellas" que predominaba en Hollywood en décadas pasadas, sino uno de los protagonistas más versátiles de la historia. ¿Cuántos actores pueden presumir de una reputación como estrellas de acción en un currículo que incluye cintas como Magnolia, Collateral Born on the Fourth of July o Tropic Thunder?
Dada la importancia que tiene la parte emocional de la película, hay que hablar del gran trabajo de todo el elenco, desde la breve pero emotiva participación de Val Kilmer o las sobrias intervenciones de Ed Harris y Jon Hamm hasta la gran variedad de personalidades que caracterizan a los jóvenes pupilos de Maverick, de entre quienes destaca el trabajo de Milles Teller, Glen Powell y Monica Barbaro, además de la siempre bienvenida presencia de Jennifer Connelly.
Powell había audicionado para el papel de Bradley "Rooster" Bradshaw, pero luego de que el rol fuera asignado a Teller, Cruise le ofreció otro de los pilotos y pidió a McQuarrie que extendiera la parte, permitiendo al joven actor desplegar una peculiar mezcla de carisma y pedantería que enriquecen las interacciones entre los pilotos. Teller ha mostrado antes su capacidad, y si alguien me dijera que en realidad es hijo de Anthony Edwards (Goose en la cinta de 1986), no dudaría en creerlo.
Barbaro, como la única mujer en el grupo de pilotos, enfrentaba la difícil tarea de interpretar a una mujer fuerte sin caer en la trampa común de mostrar rasgos y actitudes masculinos, y por fortuna el guion y la dirección le permiten hacer algo distinto. En cuanto a Connelly, su personaje fue creado de la nada a partir de una mención en la cinta original, y hace un gran trabajo al proveer un ancla emocional para Maverick, además de que despliega una gran química con Cruise, algo que suele fallar con muchas de sus coprotagonistas.
Durante las sesiones de prensa para promover la cinta, Kosinski hizo énfasis en que más que una cinta de acción, él consideraba que se trataba de un complejo drama de personajes, y es difícil contradecirlo luego de ver la película. Maverick muestra un crecimiento como personaje mientras enfrenta los sentimientos de culpa que persisten desde la muerte de Goose, que alimentan su deseo de servir como un padre sustituto para Rooster, y la cinta hace un gran trabajo al mostrar como se gana el derecho a llevar ese rol.
Por otro lado, a diferencia del superficial tratamiento que se le dio al tema en la cinta original, la competitividad que caracteriza a los pilotos se explora a fondo, explicando cómo motiva (y en ocasiones limita) las acciones de los personajes, y se refleja también en los oficiales que alguna vez fueron pilotos, lo que da un peso adicional a la interacción entre Iceman y Maverick, o entre éste y Cyclone (Hamm), de una naturaleza distinta por los distintos grados de avance en la competencia profesional entre sus personajes.
En otras circunstancias, el jingoísmo y patriotería de la historia podrían resultar molestos o convertirse en una distracción, pero los responsables de la cinta se aseguran de que sea sólo parte del trasfondo en que se da el drama de personajes, y se usa de un modo tan vago que incluso sería fácil descartarlo como un elemento que incluso parodia a mucho del cine bélico que Hollywood ha producido a lo largo de las décadas.
Por otro lado, a pesar del énfasis en la parte dramática de la historia, en el fondo Top Gun: Maverick sigue siendo una película de acción, y en ese sentido es una bastante buena. El uso de cámaras IMAX con certificación 6K y la excelente labor de cinematografía de Claudio Miranda hacen que valga la pena ver la película en la pantalla más grande que puedan encontrar, pues todas y cada una de las escenas de vuelo, ya sean parte de los entrenamientos o un combate, son espectaculares.
La nostalgia es parte esencial de la cinta, pero nunca en exceso, y la hallamos, desde el texto que explica qué es Top Gun (idéntico al que abría la original), hasta parte del soundtrack de aquella, como el Himno de Top Gun compuesto por Harold Faltermeyer o la icónica Danger Zone de Kenny Loggins, o Maverick con su chaqueta llena de parches y conduciendo su motocicleta en paralelo a la pista de la base, o ejecutando las más características de sus acrobacias aéreas, y ni hablar de la infaltable secuencia de deporte en la playa.
Lo que es un hecho es que en los últimos años el nombre de Tom Cruise se ha vuelto sinónimo de entretenimiento de calidad, y es imposible no admirar su nivel de compromiso, con esa persistente insistencia en realizar sus propios stunts (e invitar a sus coestrellas a hacer lo mismo) para dar cierto grado de verosimilitud a todo lo que hace en pantalla. ¿Por qué se aplaude esa actitud a los actores de método, pero se minimiza cuando lo hacen Tom Cruise o Jackie Chan?
En todo caso, Top Gun: Maverick es una muestra ejemplar de todo lo que uno podría esperar de un blockbuster de verano: grandes estrellas, gente hermosa en pantalla, y espectaculares secuencias de acción. Pero lo que la separa de otras películas similares, es el inesperado golpe emocional que ofrece al espectador. Sin duda se trata de una película más que recomendable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario