jueves, 27 de octubre de 2011

Killer Elite (Nacidos para Matar)

A veces una cuestiona cómo eligen películas algunos actores, pues uno se pregunta si habían leído el guion, o si algo pasó durante la producción para que el resultado fuese algo distinto a lo que esperaban. Ese es el caso con Killer Elite (Nacidos para Matar), película de intriga y acción con un elenco que incluye a Jason Statham, Clive Owen y Robert DeNiro, basada en el libro The Feather Men, de Sir Ranulph Fiennes. Se trata del debut como director de Gary McKendry, y tristemente se nota. El libro de Fiennes está basado en hechos reales acontecidos durante sus años de servicio en el Special Air Service (SAS) británico, que son las tropas de élite de ese país.

Danny Bryce (Statham), es un asesino a sueldo que trabaja al lado de su mentor y amigo, Hunter (DeNiro). Durante un trabajo en México en 1980, Danny es distraído al encontrar a un niño en el lugar del golpe. El momento de duda en que decide no matar al único testigo casi le cuesta la vida, y decide renunciar y retirarse a vivir a Australia, donde creció.

Un año más tarde recibe un paquete con fotos y un boleto de avión. Usando éste último, Danny viaja a Omán, donde se encuentra con El Agente (Adewale Akinnuoye-Agbaje), intermediario que se encarga de repartir contratos entre asesinos profesionales, quien le informa que Hunter es cautivo de un jeque árabe luego de que aceptó un contrato de 6 millones de dólares e intentó huir con el dinero sin realizar el trabajo para el que se le contrató.


El jeque está dispuesto a liberar a Hunter y entregarles el dinero, siempre y cuando Danny realice el trabajo en cuestión. El objetivo es eliminar a tres exmiembros del SAS, que en diferentes momentos asesinaron a los tres hijos mayores del jeque, que actualmente vive en el exilio con el menor de sus hijos y espera poder verlo regresar a su tierra una vez que demuestre que ha hecho justicia a sus otros hijos.

Danny acepta el trato y busca a sus antiguos asociados, Davies (Dominic Purcell) y Meier (Aden Young) para que lo asistan, ofreciéndoles quedarse con todo el dinero. Lamentablemente para ellos, al encargarse de su primer objetivo atraen la atención de Spike Logan (Owen), otro exmiembro del SAS y quien ahora se encarga de las operaciones paramilitares de una sociedad secreta de exoficiales y funcionarios británicos, quien hará todo lo posible por detenerlos.


La película no es mala en el estricto sentido de la palabra, pero la inexperiencia del director se hace muy notoria al ver la cantidad de clichés con que realizó el montaje. No he leído el libro en que está basada, pero si se trata de la historia de Fiennes tal y como es contada, es necesario señalar que no se trata precisamente de algo emocionante o sobresaliente en modo alguno.

Lo único que impide que la película sea realmente mala son las actuaciones de Statham y Owen, que son por quienes me preguntaba lo de la elección de películas. Ambos hacen uso de su talento y carisma para permitir que la película fluya con el mínimo interés de parte de una audiencia que quizás no se interesaría en lo más mínimo en estos personajes de no ser por los actores involucrados. El elenco secundario no está a la altura, y es otro factor para que la película no termine de cuajar.


En el caso de DeNiro encuentro deprimente que lo encuentre más digerible aquí, que sólo hace acto de presencia y se rehúsa a actuar, que en casi cualquier película que haya hecho en la última década, en las que se caracteriza por sobreactuar y tomar casi cualquier papel que le ofrezcan. En resumen, Killer Elite es una película que deja mucho que desear pero puede resultar medianamente entretenida para los aficionados al género o para los seguidores de alguno de los protagonistas.

Recomendada con muchas reservas.

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