Las películas de bajo presupuesto que se convierten en un fenómeno de taquilla no son raras, y casi podríamos decir que incluso se dan de manera cíclica. The Blair Witch Project (El Proyecto de la Bruja de Blair), Cloverfield (Monstruo), e incluso la española [REC] son claros ejemplos de esto.
El caso más reciente se dio apenas el año pasado, y para no variar se trata de otra película del género de horror: Paranormal Activity (Actividad Paranormal). Por acá pueden leer mi comentario de aquella película, donde incluyo además algunos datos y antecedentes acerca de su producción.
El éxito económico de la película fue tal, que Paramount Pictures, el estudio que adquirió los derechos de distribución, dio luz verde de manera inmediata a la producción de una secuela. En esta ocasión Oren Peli, director y escritor de la primera, fungió como productor y colaboró con Michael R. Perry (quien escribió la versión final del guion) en la historia, misma que fue dirigida por Tod Williams.
En este caso es imposible no pensar en las dos películas como parte de un solo ente, pues aún cuando la primera parte puede sostenerse argumentalmente por si misma, ese no es el caso de ésta segunda parte, cuya historia precede en su mayor parte a los eventos de la primera y después ofrece un desenlace que deriva de aquella.
La historia comienza unos seis meses antes de los sucesos narrados en Paranormal Activity, tal y como nos aclaran poco después de que vemos a Katie (Katie Featherston) y Micah (Micah Sloat), los protagonistas de esa película. La atención se centra en el matrimonio formado por Kristi (Sprague Grayden) y Daniel Rey (Brian Boland), quienes viven con Ali (Molly Ephraim), hija de Daniel producto de su anterior matrimonio, y con su bebé recién nacido, Hunter. Kristi es hermana de Katie.
Un par de días después de la llegada de Hunter a casa, la familia regresa un día y encontrar su hogar en un estado de absoluto desorden: ropa regada por todas partes, muebles volcados, una televisión rota, etc. Pensando que alguien entró a la casa, instalan un sistema de cámaras de vigilancia, sobre todo porque no falta ningún objeto de valor, lo que podría significar que el o los responsables pueden haber causado destrozos por un simple acto vandálico que no les gustaría ver repetido. Sin embargo, la evidencia que queda en las cámaras empieza a revelar que la verdad es más siniestra y peligrosa.
Mentiría si dijera que la película tiene destellos de originalidad o que algo en su narrativa resulta innovador, pues la verdad es que la forma más honesta de describir Paranormal Activity 2 sería diciendo que es más de lo mismo: un ente invisible atenta contra la paz y tranquilidad de los protagonistas, provocando sobresaltos cuidadosamente planeados.
A su favor debo decir que el montaje se ve más trabajado que en la primera, seguramente por que al contar con los recursos del estudio y un mayor presupuesto (que todavía es bastante modesto para los estándares de Hollywood) fue posible preparar cada secuencia de mejor manera. Si les gustó la primera película ésta debe gustarles más aún. Si no les gustó, puede ser que encuentren esta nueva entrega mejor, sobre todo porque hay más de trabajo en el contexto de la historia y se busca una probable explicación para lo que ocurre en las casas de la pobre pareja de hermanas.
Paranormal Activity 2 solo puede ser descrita del mismo modo que hice con su predecesora: efectista, pero efectiva. Recomendada con las reservas propias del caso.
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