La película empieza con Oskar (Kåre Hedebrant), un solitario niño de doce años que fantasea con enfrentarse a quienes lo maltratan en la escuela. Oskar es hijo de una pareja recién divorciada y es evidente que ninguno de sus padres está ansioso por pasar tiempo con él, así que no es raro verlo deambular solo frente al edificio en que vive, incluso de noche. Así conoce a su nueva vecina, Eli (Lina Leandersson), una niña que aparenta tener la misma edad de Oskar, sale sólo de noche, y camina descalza sin importarle la nieve o el frío.
Poco ha poco se desarrolla un lazo entre ambos niños solitarios, mismo que ni siquiera el oscuro secreto de Eli podrá quebrantar. La zona en que viven está mayormente poblada por gente mayor y sin familia, lo que permite que Eli y Håkan, un hombre maduro que hace las veces de su guardián, puedan hallarle sustento sin causar conmoción. La relación con Håkan nunca se explica, pero se da a entender que llevan juntos mucho tiempo, y esto se refleja en la forma en que él toma el acercamiento entre Eli y Oskar.
Håkan se vuelve distraído y descuidado, y cuando los cadáveres y desapariciones se van acumulando, la policía empieza a tomar interés en el asunto. Mientras tanto, animado por Eli, Oskar finalmente enfrenta al grupo de niños que lo molestan, pero el resultado puede ser peor para él una vez que se involucra el hermano mayor de uno de ellos. En esas situaciones es bueno tener como aliado a un vampiro.
Eli tiene muy poco en común con los vampiros a que estamos acostumbrados. Se alimenta de sangre, no puede exponerse al sol, y necesita permiso antes de entrar a casa de alguien más, pero fuera de eso es sólo una niña solitaria que tiene que hacer cosas desagradables para seguir viviendo, en tanto que Oskar vive en un mundo desagradable al que no sabe como enfrentar, lo que explica la empatía que se da de manera casi inmediata entre ambos.
Jamás había visto nada de Alfredson, pero entiendo que tiene carrera tanto en cine como TV, y que trabaja por igual en drama o comedia. Imagino que eso le sirvió en su primer acercamiento al cine de horror, pues la película funciona en tantos niveles que es difícil encasillarla. La relación entre Eli y Oskar es dulce y tentativa a pesar de darse en medio de sangre y violencia, y sus conversaciones suelen ser una extraña mezcla de angustia adolescente y humor negro. La película tiene pocos diálogos, pues Alfredson se apoya mucho en la atmósfera que crea y permite que los silencios llenen cualquier vacío.
El resultado es una película emotiva e inteligente, que a pesar de ser una historia de vampiros también es una historia de amor adolescente. Es una película de horror, pero es también un drama social sobre marginación y soledad. Resumiendo, Låt Den Rätte Komma In es una de las mejores películas de vampiros que se hayan realizado jamás, y la más inteligente y original al menos desde Cronos, de Guillermo del Toro. Recomendada sin reservas de ninguna clase.
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