miércoles, 11 de marzo de 2009

The Wrestler

Hace unos años Darren Aronofsky era un polémico director en Hollywood. Su frenético estilo de dirección y edición en películas como π (π: El Orden del Caos) y Requiem for a Dream (Réquiem por un Sueño) hacían de él uno de los realizadores visualmente más interesantes.

Luego vino un largo periodo de inactividad, en que se involucró en un criticado y eventualmente abortado proyecto de Batman en el que estaba colaborando con Frank Miller, y entonces vino The Fountain (La Fuente de la Vida), misma que representó, al menos para mi, una profunda decepción.


Y tal vez al mismo Aronofsky le hacía falta un revés de crítica y popularidad como ese para volver a enfocarse en su trabajo. The Wrestler, su más reciente trabajo, ha sido recibido con una aprobación casi unánime tanto de público como de crítica, además de convertirse en el tema de moda por haber servido de vehículo para la resurrección de la carrera del casi olvidado Mickey Rourke.

The Wrestler cuenta la historia de Randy "Ram" Robinson, un luchador profesional que ha dejado atrás sus mejores años. Randy sigue activo pese a los achaques naturales del tiempo y la edad, al menos hasta que un ataque cardíaco lo hace poner su vida en perspectiva. 


Intenta hacer una vida lejos de los cuadriláteros, busca la reconciliación con su hija (Evan Rachel Wood) y quizá una vida normal al lado de Cassidy (Marisa Tomei), una stripper que también vislumbra el final de su vida profesional. La historia resulta exageradamente simple en términos narrativos y, para ser honestos, el guión es tan convencional que abundan los clichés y los diálogos fáciles y predecibles a lo largo de toda la película. Y aún así resulta casi imposible apartar los ojos de la pantalla.


No es ningún secreto que la fuerza detrás de The Wrestler es la interpretación de Mickey Rourke, y es imposible no especular sobre qué tanto de si mismo veía el actor en el personaje. Boxeador en su juventud, convertido en actor en los 80, Rourke tuvo unos cuantos años de fama antes de ser relegado al olvido, trabajando desde hace años en proyectos  modestos y viviendo de su gloria pasada. Tal vez ese reflejo de sí mismo le permitió apropiarse de la esencia de lo que debía ser "Ram" Robinson y ofrecer una actuación memorable, merecedora de los premios recibidos y también de la nominación al Oscar.


Cabe destacar el cambio de estilo con que Aronofsky enfrentó esta película. Sin tomas rebuscadas ni edición frenética, Aronofsky rodea a su protagonista de un ambiente de soledad y nostalgia que ayuda a que el espectador sienta al personaje, a que sufra con él incluso cuando está sobre un ring de lucha y recitando clichés como "aquí me golpean, pero sólo allá afuera me lastiman". No me parece nada espectacular, pero la efectividad es innegable. Ojalá sea el respiro que el joven realizador necesitaba para retomar el rumbo.

The Wrestler es una emotiva película que puede llegar a molestar a algunos espectadores, ya sea por la aparente simpleza de su historia o incluso por el tema de la misma. En cambio, si alguna vez les ha interesado la lucha libre, su atractivo se duplica. En lo personal la recomiendo bastante.

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