Esta mañana, revisando titulares en algunos diarios -o mejor dicho, en sus sitios web- me encontré con un par de notas en la barra de destacados de Milenio.com que me llamaron la atención. Al lado pueden ver la captura de la barra con los dos encabezados en cuestión encerrados en rojo.
Lo primero que pensé fue que a nadie se le ocurrió informar al líder supremo de la Iglesia Católica que precisamente hoy lanzarían su propio canal de videos en YouTube para fortalecer su presencia en la web a fin de que dejara para otra ocasión su preparada diatriba contra internet. Me parecía totalmente incongruente salir a decir "esto está mal y se está abusando de la tecnología", mientras su equipo de trabajo ponía a trabajar la misma al servicio de su institución/estado/nación.
Curiosamente, estaba yo en un error. Supongo que condicionado por las anteriores muestras de incongruencia e intolerancia que Benedicto XVI ha dado desde que se convirtió en Papa me dejé llevar por las apariencias, dando un contexto inexistente a dos encabezados bastante vagos en realidad. El Vaticano si tiene desde hoy un canal propio en el popular portal de videos, mismo que utilizarán para difundir contenido y noticias producidos en varios idiomas. Pero el mensaje del pontífice no era una crítica al internet en general, simplemente se trataba de una advertencia a no abusar de algunas de sus herramientas y de un llamado a evitar caer en la tentación de dejar que una "vida virtual" sustituya por completo a una en el mundo real, refiriéndose a quienes parecen haber trasladado la totalidad de su existencia a alguna red social como Facebook o MySpace, olvidándose por completo de socializar en el mundo real.
Supongo que lo que realmente me llevó a publicar esta no-noticia fue la realización de que inesperadamente y por primera vez, estoy de acuerdo con una opinión del Papa. Nunca lo hubiese imaginado.
Alberto, ten cuidado, que se empieza estando de acuerdo con alguna sinrazón del Papa, y se acaba bautizando a los hijos... En serio, que la jerarquía católica cumpla con sus votos (pobreza, humildad y castidad) antes de pretender evangelizarnos y transmitirnos su decadente moral.
ResponderBorrarNi Dios está en el cielo, ni Dios está en la Iglesia. En la Iglesia está el dinero, y la Iglesia es una empresa...
Je... no te preocupes, estoy consciente del hecho. Estoy seguro que se trata de una ocasión única y fue por ello que decidí compartirla.
ResponderBorrarAdemás, es como reza el dicho, hasta un reloj descompuesto da la hora correcta un par de veces al día...
¡Saludos!