Es evidente que la publicidad se ha convertido poco a poco en parte de nuestra vida cotidiana. La televisión, incluso en los servicios de paga, la tiene. Si leemos cualquier revista nos encontramos con que una de cada tres páginas es un anuncio. Los servicios "gratuitos" en
internet existen gracias a la publicidad. También está próximo a lanzarse un sistema de comerciales para teléfonos celulares, tal como nos contaba Tere hace unas semanas.
A fuerza de costumbre la mayoría de nosotros aprende a ignorarlos -al menos de manera consciente-. Incluso hay casos donde tal vez hasta extrañaríamos algunos de esos anuncios. ¿Se imaginan como se vería el overall de un piloto de carreras si no tuviera anuncios? ¿o su coche?
Hablando de deportes, en los EEUU es difícil encontrar un estadio o arena deportiva que no lleve en su nombre una marca, ya sea por contrato o porque sea propiedad de la misma. En México actualmente se debate al respecto en torno al estadio de los Dorados de Sinaloa, al cual pretenden rebautizar como "Estadio Banorte", con todo y que ya tenemos un Estadio "Victoria" o el Foro "Sol".
Otra forma popular de publicidad se da mediante el reparto de artículos de uso cotidiano, como plumas, llaveros, encendedores, lápices, etc. Algunas marcas incluso regalan calculadoras, cuadernos, o agendas tratando de acaparar al sector estudiantil. No es extraño encontrar cuadernos con logotipos de diferentes marcas impresos como marca de agua en todas las hojas o con pequeños slogans publicitarios impresos al pie o en las esquinas de las mismas. Lo que me lleva al punto del que quería hablar.
¿por qué hay publicidad impresa en un producto comercial? Una cosa es que las empresas regalen productos a cambio de que el consumidor acepte recibir el mensaje publicitario -de ese modo "pagando" al consumidor por la molestia- y otra muy diferente es incluir la publicidad sin tomar en cuenta al consumidor. Y en este caso también está mal el impresor, Ediciones RAF, quienes seguramente están recibiendo algún beneficio económico de parte del anunciante sin que este se vea reflejado hacia el consumidor.
Lo preocupante es que no existe ninguna regulación al respecto. Ya antes he mencionado algunos de los problemas que he notado en el sistema educativo nacional, especialmente en el nivel básico. Con la poca preparación de la mayoría de los maestros y los obsoletos programas de estudio existentes, no me extrañaría que los niños prefieran colorear al gato antes que hacer cualquier otra cosa con el mapa. Y la verdad es que tampoco los puedo culpar. Tal vez yo haría lo mismo.
Bueno, sin ánimos de jugar al abogado del diablo, tal vez esta publicidad se inserta en los materiales didácticos para bajar los precios de los mismos y hacerlos más accesibles, aunque como mencionas si el producto no trae ninguna aclaración al respecto entonces está cobrando doble, lo cual no es ni justo ni correcto. Sería interesante averiguar algo al respecto.
ResponderBorrarY claro, la mejor publicidad es la que va a los niños, que son impresionables y -hasta cierto punto- fáciles de manipular. ¿Qué adulto no sabe lo que significa 'Scribe' después de ver la marca a diario durante 12 años?
COMO BIEN DICE FATE QUIZA SEA PARA BAJAR LOS PRECIOS Y HACERLOS MAS ACCESIBLES. PERO YO SE QUE NO ES ESO, Y QUIZA SEA SOLO POR AVARICIA DE LA EMPRESA.-
ResponderBorrarYo estoy de acuerdo con el post de Alberto... es decir, una cosa es que pagues por un anuncio y otra que te lo metan involuntariamente. A lo que voy es que actualmente el consumismo ya no respeta nada y alrato vamos encontrar los salones de clase pintados por fuera y por dentro con publicidad.
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