miércoles, 20 de junio de 2012

Carlos (Reseña)

Una de las personalidades más mitificadas del siglo XX, y más en concreto de la Guerra Fría, es el terrorista venezolano Illich Ramírez, mejor conocido como Carlos o El Chacal, y muchos no saben que es una persona real o que sigue vivo y preso de por vida en Francia. Esto se debe a la gran cantidad de referencias en libros y películas que rara vez presentan un retrato realista de su persona. Los ejemplos más populares son las novelas de Robert Ludlum de Jason Bourne, donde Carlos es el antagonista (sólo en las novelas), o las películas The Jackal (El Chacal) y The Assignment (Caza al terrorista), donde es interpretado por Bruce Willis y Aidan Quinn, respectivamente.

Y lo que distingue de aquellas películas a Carlos, producción francesa del 2010, es justo la intención del director Olivier Assayas y sus productores de desmitificar a Carlos y aproximarse a su persona de forma más realista, aún bajo la advertencia de que sigue siendo una obra de ficción.

Illich Ramírez (Edgar Ramírez) es un marxista venezolano convencido de que la única forma de frenar el avance capitalista y la expansión de los países imperialistas es tomar una postura activa como militante, por lo que se afilia al FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina), cuyo líder, Wadie Haddad (Ahmad Kaabour), lo elige para ser uno de sus brazos armados en Europa.



La película sigue sus actividades desde su ingreso al FPLP a mediados de los 1970 hasta su arresto en Sudán a finales de los 1990, que llevó a su extradición a Francia, donde recibió la sentencia de cadena perpetua que aún está cumpliendo. Tras un encuentro cercano con la policía antiterrorista francesa, Carlos, como ahora se hace llamar, regresa al Medio Oriente para recibir más entrenamiento antes de retomar sus actividades terroristas en territorio europeo.

Además de tocar algunos de los atentados más famosos que se le atribuyen, dedica bastante tiempo al famoso secuestro de representantes de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Assayas, reconocido director favorito de festivales y casas de arte, hace un gran trabajo documental, recogiendo cuanta información existe de la vida y actividades de Carlos, y llena los vacíos de una forma que, por lo menos, resulta bastante plausible.



Tal vez lo más destacado de la ambiciosa producción sea la gran actuación de Edgar Ramírez en el papel protagónico. El guion hace un buen trabajo al evitar juzgar las motivaciones de Carlos y explora las diversas facetas de su persona: idealista y soñador, asesino y terrorista. El gran mérito de Ramírez radica en interpretarlo con sobriedad y reflejando todos esos matices de forma clara, haciendo del mito un ser humano con defectos y virtudes.

Cabe apuntar que la película que actualmente se exhibe en nuestra ciudad es una versión de dos horas y cuarenta y cinco minutos, lo que me hace pensar que se trata del corte británico de la película, pues el corte para su estreno comercial tiene veinticinco minutos menos. La versión exhibida y premiada en el Festival de Cannes dura tres horas y media, y eventualmente fue convertida en una miniserie de tres episodios para TV que ahora tendré que buscar, pues me encantó lo que vi en su versión reducida. Película bastante recomendada.

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