jueves, 5 de abril de 2012

The Hunger Games, de Suzanne Collins

La película más taquillera en lo que va del año es The Hunger Games (Los Juegos del Hambre), que además registró la tercera mejor recaudación para un fin de semana de estreno, que es la mejor para una película que no sea secuela, pues las dos que la superan son The Dark Knight y Harry Potter and the Deathly Hallows part 2.

La cinta está basada en la primera novela de la trilogía del mismo nombre, escrita por Suzanne Collins. Se trata de una serie dirigida a un público adolescente, y desde que se hizo el anuncio de que habría una adaptación cinematográfica, la red se volvió loca por la excitación de los fans.

Desde entonces me hice el propósito de leer los libros antes del estreno de la película para hacerme una idea de qué esperar, pero otro poco y no alcanzo a terminar la primera novela a tiempo.

La historia está situada en un futuro medianamente lejano, donde la nación de Panem es lo que queda de lo que alguna vez fueron los Estados Unidos. Tras una gran catástrofe que acabó con el país, éste se reorganizó en trece provincias, conocidas como distritos, todos ellos gobernados desde una ciudad capital conocida como Capitolio.

Cada distrito se dedica a una industria en específico, y desde ellos se abastece de toda clase de insumos y consumibles al Capitolio, donde los habitantes llevan una vana vida de excesos y esparcimiento sin preocuparse por las condiciones existentes en los distritos, aún a pesar de que su nivel de vida no sería sustentable sin estos. Setenta y cinco años atrás hubo una guerra civil, cuando los trece distritos se rebelaron contra el gobierno central.

Los rebeldes fueron derrotados y el distrito trece fue destruido. Como castigo por la insurrección, el Capitolio instauró como tradición anual los Juegos del Hambre, una competencia televisada en la que veinticuatro adolescentes, un hombre y una mujer de cada distrito, a quienes se conoce como tributos, son lanzados a una arena para pelear a muerte hasta que sólo uno sobreviva. El método mediante el cual se elige cada año a los tributos participantes es mediante un sorteo en cada distrito, en el que se inscribe a todos los jóvenes de entre doce y dieciocho años de edad.

Debido al racionamiento de alimentos que existe en todos los distritos, las familias más humildes registran a sus hijos para recibir raciones adicionales a cambio de multiplicar el número de veces que sus nombres aparecen en las urnas del sorteo.

Katniss Everdeen es una joven de dieciséis años que vive en el Distrito 12, donde se encuentran las minas de carbón. Katniss se convirtió en el principal soporte de su familia tras la muerte de su padre en un accidente en las minas ocurrido cinco años atrás. A fin de llevar alimentos a su mesa, Katniss abandona los confines del Distrito para cazar de manera clandestina en los bosques circundantes con un arco fabricado por su padre, quien solía hacer lo mismo en sus días de descanso.

En sus excursiones es acompañada por Gale Hawthorne, un joven dos años mayor que ella que también perdió a su padre en la mina. Ambos comparten todo lo que cazan y recolectan, llevando una parte a sus casas e intercambiando el resto por otros artículos en el mercado clandestino que existe en el centro del distrito o con los diferentes comerciantes de la comunidad.

La vida de Katniss cambia por completo cuando el nombre de su hermana de doce años, Prim, sale en la cosecha de nombres para participar en los Juegos. Katniss se ofrece como voluntaria para ocupar el lugar de su hermana, y junto a Peeta Mellark, el hijo del panadero, se prepara para enfrentar lo que representa una sentencia de muerte. La última vez que un tributo del Distrito 12 ganó los Juegos fue hace casi treinta años, y Haymitch, el ganador, regresó para vivir en un lujoso vecindario sin necesidad de volver a pasar hambre, pero se ha convertido en un alcohólico sin familia o amigos cuya única obligación es servir cada año como mentor para los tributos del Distrito.

Durante los días previos al inicio de los juegos Katniss es testigo de la vida de excesos en la capital y descubre lo poco que su vida y la del resto de los tributos representa para un público que lo único que espera es ser entretenido con sus muertes en la Arena. Decidida a no darles la satisfacción, Katniss decide participar bajo sus propios términos y no dejarse reducir a un simple peón del Capitolio.

La narración se da en primera persona desde la perspectiva de Katniss, y la prosa de Collins resulta bastante dinámica y fácil de seguir. Su estilo es muy claro y no pierde tiempo en descripciones detalladas, permitiendo que el lector llene los huecos, pero sin ser demasiado vaga. Por ejemplo, no abunda en la descripción física de los personajes, algo bastante efectivo con lectores jóvenes, que gustan de elegir la clase de modelos que les gustaría llenando cada rol.

Quizás una de las características más atractivas de la novela sea la estructura de los capítulos, pues cada uno termina en un cliffhanger que invita a continuar la lectura, lo que supongo es una habilidad desarrollada en los años que Collins escribió televisión. Aunque por momentos parece evadir su responsabilidad al lidiar con ciertas situaciones, dejando un poco al aire las decisiones de sus personajes, la novela está pensada para un público adolescente que quizás se vería abrumado de tocarse muy a fondo algunos de los temas.

Más allá de los Juegos, la novela toca temas como supervivencia y la capacidad de sobreponerse a la adversidad, haciendo énfasis en la importancia de problemas como la pobreza extrema, la opresión, la hambruna y la guerra. Me parece que los temas del control gubernamental y la manipulación de masas a través de los medios se toca con demasiado ligereza, sobre todo por el importante papel que juegan en la historia, pero no representa una distracción en la historia. Lectura ampliamente recomendada.

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