Catching Fire es el segundo volumen de The Hunger Games, la exitosa serie de libros juveniles de Suzanne Collins que actualmente es adaptada al cine con resultados muy lucrativos.
El libro parte donde finalizó el anterior, así que debo advertir que casi cualquier comentario sobre la trama del libro es un potencial spoiler para el desenlace tanto del primer libro como de la película que lo adapta. Nunca incluyo spoilers de los libros o películas que comento, pero en este caso la naturaleza del material implica que la sola mención de elementos básicos de la trama revele lo ocurrido al final del libro anterior.
Así que, si piensan leer o ver The Hunger Games (Los Juegos del Hambre) y todavía no lo hacen, es momento de dejar de leer esta reseña. Si ya leyeron o vieron esa primera entrega, les garantizo que mis comentarios no incluyen spoilers de esta segunda parte. Si quieren, aquí pueden leer mis comentarios de la primera entrega, al igual que mi reseña de la película.
El libro expande sobre lo construido en la primera entrega. La austera prosa de Collins ayuda a mantener un ritmo de lectura ágil, pero se da tiempo para redondear a sus personajes. Por tratarse de la parte central de una trilogía es un libro que no funciona como ente separado. Supongo que fue buena idea leerlo inmediatamente al terminar el primero, pues de haber dejado pasar un tiempo es posible que me hubiese molestado esa naturaleza de capítulo intermedio sin resolución y con el cliffhanger del final.
Para bien o para mal, es necesario considerar la trilogía como una sola novela, pues de otro modo la autora quedaría a deber bastante con cada entrega. Si leyeron el primer libro (sin importar si vieron la película) y les gustó, es un hecho que disfrutarán de esta segunda entrega y desearán empezar de inmediato con la tercera. Si no es así, no hay razón para leerlo. Lectura bastante recomendada, aunque con las reservas mencionadas.
Tras sobrevivir a los Juegos del Hambre, Katniss y Peeta regresan al Distrito 12, pero en condiciones muy distintas a como vivían antes de convertirse en tributos. A las afueras del pueblo hay un vecindario exclusivo, conocido como Victor's Village (Villa de los Vencedores), donde hay una docena de lujosas residencias y cuyo único habitante, hasta ahora, era Haymitch. No necesitan trabajar ni buscar alimentos, por lo que tienen todo el día para dedicarse a lo que deseen.
Peeta pasa la mayor parte de sus días pintando, y constantemente visita a su familia en el pueblo. Katniss se llevó a vivir con ella a su madre y a su hermana, pero se aburre muchísimo. Dado que Gale ha entrado a trabajar en la mina, solamente se ven los domingos, día en que salen a cazar juntos, como solían hacer todos los días. El resto de la semana Katniss abandona sola el pueblo y va a cazar y recolectar comida, que todos los días al volver lleva a casa de Gale.
Su relación con la madre de éste se ha convertido en amistad, pero no es tan fácil definir lo que tiene con Gale. Tras lo que vivió en los Juegos al lado de Peeta, Katniss no ha sido capaz de sortear los sentimientos que tiene por ambos. Por desgracia su paz será efímera, pues sus actos al final de los Juegos sembraron descontento entre los distritos, y la amenaza de una nueva rebelión se cierne sobre el Capitolio. El Presidente Snow amenaza a Katniss y le sugiere usar la gira de los vencedores por los distritos para apaciguar la situación, pero no funciona, lo que desata la ira de Snow y el Capitolio.
¿Podrán Katniss y Peeta sobrevivir una segunda visita a la Arena de los Juegos?
Para bien o para mal, es necesario considerar la trilogía como una sola novela, pues de otro modo la autora quedaría a deber bastante con cada entrega. Si leyeron el primer libro (sin importar si vieron la película) y les gustó, es un hecho que disfrutarán de esta segunda entrega y desearán empezar de inmediato con la tercera. Si no es así, no hay razón para leerlo. Lectura bastante recomendada, aunque con las reservas mencionadas.
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