Casi año y medio ha pasado desde que leí The Golden Compass, el primer volumen de la saga de His Dark Materials, de Philip Pullman, así que creo que ya me había tardado en leer y comentar la segunda parte de la serie, The Subtle Knife (La Daga).
A fin de evitar que los comentarios de Santiago estuviesen frescos y presentes en mi memoria mientras leía el libro, opté por dejarlo un tiempo en la lista de espera antes de proceder con su lectura, y esa es la razón por la que demoré tanto entre un libro y otro.
Will Parry es un niño de doce años con demasiadas preocupaciones para su edad. Su padre desapareció cuando él apenas era un bebé y desde entonces vive solo con su madre, aunque en los últimos años parecen haberse invertido un poco los papeles y ser él quien cuida de ella, quien aparentemente sufre de alguna enfermedad nerviosa. Luego de que un par de extraños les han estado acosando e incluso parecen haber entrado en al menos una ocasión a su casa en busca de algo, Will decide que no es seguro permanecer ahí. Tras dejar a su madre bajo el cuidado de su vieja maestra de piano, Will regresa a su casa a tratar de averiguar que puede ser lo que esos hombres entén buscando.
Una vez localizado el objeto de su interés, Will se dispone a abandonar el departamento y volver con su madre, pero en ese momento los dos hombres regresan. Will decide esconderse e intentar escabullirse a la primera oportunidad, pero es descubierto por uno de los hombres y en su intento de escapar accidentalmente lo tira por las escaleras. Convencido de que ahora la policía lo buscará por homicidio, Will decide no volver con su madre, quien seguramente estará a salvo donde la dejó, e intentar resolver el problema por su cuenta.
Will se siente renuente a ayudarla pero terminan convirtiéndose en aliados, sobre todo luego de que el Aletiómetro le indica a Lyra que debe ayudar a Will a encontrar a su propio padre. Mientras tanto, en el mundo de Lyra, Serafina Pekkala busca a la niña, a quien cree perdida. Tras descubrir que Mrs. Coulter desea averiguar qué dicen las profecías sobre el destino de Lyra, abandona temporalmente su búsqueda para convocar al Consejo de las Brujas, donde se decide que ayudarán a Lord Asriel en su lucha contra el Magisterio y la Iglesia.
A diferencia del primer volumen, este libro no se centra en Lyra y su búsqueda o en las acciones de Lord Asriel, pues sigue varias secuencias paralelas y confiere mayor importancia a personajes como Serafina y las brujas, o el explorador Lee Scoresby, además, claro, de Will. Entre eso y el tono más oscuro y ominoso de la historia, las cada vez más incisivas críticas hacia la religión como mecanismo de poder, y la cimentación cuasi-metafísica del fondo de la historia (el Polvo y la materia oscura parecen uno y lo mismo) creo entender de donde viene el recelo de algunos lectores, incluido Santiago, pues sienten que se aleja demasiado del tono fantástico e historia de aventuras tan marcados en el primero de la serie.
De ningún modo pretendo dejar pasar tanto tiempo para leer la tercera y última parte de la serie, por lo que muy probablemente en un par de meses estaré comentando mis impresiones del mismo y de la saga en su conjunto. Altamente recomendado, aunque con algunas reservas en el caso de gente quisquillosa con el tema de la religión.
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