jueves, 4 de diciembre de 2008

Burn After Reading (Quémese después de leerse, 2008)

Los Hermanos Coen son uno de los equipos de realizadores más respetados dentro de la industria cinematográfica occidental, y aunque tienen más de 20 años en el negocio y han ganado toda clase de premios y reconocimientos, y han trabajado con grandes estudios y estrellas, sus películas mantienen un cierto aire de independientes.

Ése es el caso de Burn After Reading (Quémese Despues de Leer), su más reciente trabajo, que es una película protagonizada por George Clooney, Frances McDormand, Brad Pitt, Tilda Swinton y John Malkovich, una oscura comedia, más cercana a Raising Arizona o Fargo que a No Country for Old Men, su aclamada y premiada cinta del año pasado.

Cuando Osbourne "Oz" Cox (Malkovich), un analista de la CIA, es informado de que será trasladado a una oficina de menor importancia donde su trabajo será con material menos sensible al que está acostumbrado su vida da un giro drástico.

Molesto por la decisión de sus superiores decide renunciar, lo que le acarrea severos problemas en casa, pues su esposa Katie (Swinton) no está de acuerdo con que él haya tomado esa determinación sin consultarla, además de molestarse porque al renunciar por voluntad propia renuncia también a su pensión o a cualquier otro beneficio económico. Ella decide investigar el estado de sus finanzas antes de decidir si va a permanecer con él o se divorcia.

Ella decide investigar el estado de sus finanzas antes de decidir si va a permanecer con él o se divorcia. Un disco con información financiera de Cox es extraviado y va a parar en manos de Chad Feldheimer (Pitt) y Linda Litzke (McDormand), un par de empleados de un gimnasio local quienes confunden la información del disco con material sensible propiedad de la CIA y esperan hacerse acreedores a una recompensa al devolver el disco a Cox.

Dado que Oz desconoce la existencia del disco, toma a Chad y Linda como un par de bromistas y se rehúsa a hablar con ellos, lo que los ofende y deciden chantajearlo. Al fallar, optan por entregar el disco al gobierno ruso con la esperanza de que este se muestre más agradecido que Cox.

Linda atraviesa una crisis existencial y está dispuesta a todo para conseguir el dinero necesario para pagar una serie de cirugías cosméticas, pues está convencida que serán de gran ayuda para recuperar su autoestima, hallar una pareja estable y resolver su vida sentimental, en tanto que Chad no tiene nada mejor que hacer que ayudar a su amiga y compañera de trabajo a realizar sus sueños.

La situación se complica cuando Katie informa a su amante, Harry Pfarrer (Clooney), quien es un paranoico US Marshall casado con una escritora de libros infantiles que también le es infiel, que ha decidido divorciarse de Oz.

Ante la idea de tener que mantener su promesa de también divorciarse, Harry busca una nueva amante a través de un sitio de citas y conoce a Linda, con quien se entiende a la perfección, al menos hasta que el nombre y dirección de Oz salen a la conversación y Harry entra en pánico. Una serie de confusiones y malentendidos resultan en violentos enfrentamientos que resultan en tragedia para casi todos los involucrados.

Cabe mencionar que hay una característica común en todos los personajes de la película: todos, sin excepción pero cada quien a su manera, son idiotas funcionales. Todo mundo conoce gente así. En el trabajo, en la escuela, en el supermercado. Convivimos y trabajamos todos los días con gente así. Están tan bien trabajados que no se puede evitar considerarlos como personas reales sin importar lo improbable o ridículo de la situación que atraviesan.

A pesar de ser una cinta de bajo perfil, Burn After Reading usa el humor para lidiar con temas tan complejos y variados como la estupidez humana, la crisis de la edad madura y la soledad, así como las relaciones de pareja y la paranoia en la sociedad contemporánea. Se puede considerar que ésta es una película menor en la filmografía de los Coen, pero eso la coloca por encima del 80 o 90% de la producción hollywoodense estrenada este año.

Si les gustan las películas de los Coen, es imperdible. Si no, tal vez sea una oportunidad de acercarse a su trabajo de una manera liviana. Muy recomendada.

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