Durante los últimos cuatro años he visto pasar por el trabajo a cuatro "expertos" en redes computacionales, y creo que habría que combinar a los cuatro para obtener uno medianamente funcional o al menos capaz de hacer su trabajo de forma satisfactoria.
Esta persona fue quien armó las computadoras y montó la red de la primera incursión de la empresa en el terreno de los cibercafés hace unos cuatro años. Semanas después de concluido su trabajo, descubrimos una pequeña tapa removible en la parte frontal del gabinete de las máquinas. Al retirarla encontramos dos puertos USB, que resultaban convenientes ante la creciente popularidad de las memorias flash y dispositivos móviles. Pero al probarlos descubrimos que no estaban activos.
>Una llamada telefónica sirvió para averiguar por qué razón nuestro fabuloso especialista aficionado al fútbol y devoto seguidor de los Pumas de la UNAM y Hugo Sánchez había decidido no habilitar esos puertos: por cuestiones de seguridad. Porque, como todo mundo sabe, un puerto USB puede ser usado para conectar un disco duro externo o una memoria flash, lo que quiere decir que cualquiera podría cargar consigo toda clase de aplicaciones o programas para instalarlos, comprometiendo la seguridad del equipo.
>Todo eso tendría cierta lógica de no ser porque ese mismo riesgo de seguridad es compartido por la unidad lectora de CDs y DVDs, o más importante tal vez, por la conexión a internet. ¿Cómo puede uno confiar en que su equipo y la información que este contiene estén seguros, si hay tanto contacto y exposición al resto del mundo? Creo que por eso su trabajo era configurar el equipo para evitar que cualquier usuario tuviese acceso a instalar o desinstalar nada, pero tal vez sea sólo idea mía...
Pero de vuelta al presente.
Una de las redes funciona de forma independiente a las otras dos, que comparten la conexión a internet, y sólo requería cambios menores. Ésa aún funciona bien, a excepción de algunos ajustes que necesita el firewall. Incluso corrigió un problema en la configuración del módem y la conexión a internet funciona de forma más eficiente. Pero las otras dos redes...
Éstas funcionan por separado, una con diez equipos y otra con cinco, y comparten un mismo acceso a internet. El servicio es de CableAccess, y funciona con un access point que dificulta configurar la red para restringir el acceso de equipos externos, como evidenciaban testimonios de gente que podía conectarse desde el edificio de enfrente o desde la calle con computadoras portátiles o dispositivos móviles.
Y ahí empezaron los problemas. Después de configurar la seguridad de la red (proceso que le tomó unas doce horas de trabajo continuo), rehizo el árbol de los grupos de trabajo. Todo parecía funcionar bien hasta que descubrimos que era imposible acceder a internet desde el equipo que hace las veces de servidor de impresión. Esto puede no ser malo para el funcionamiento de la red, pero definitivamente se convierte en un duro golpe para los encargados del local, es decir, mi hermano y un servidor. Al informarle del problema nos dio una solución simple pero dudosa: desactivar el antivirus.
El caso es que su solución para poder usar internet desde el equipo en cuestión era desactivar el antivirus. Dado que mi hermano y yo sólo usamos Firefox y rara vez hacemos descargas en ese equipo, considerábamos que el riesgo, aunque presente, no era tan grande. El problema es que ese mismo equipo es usado para abrir e imprimir archivos desde CDs, diskettes y drives USB de nuestros clientes, que son usados en toda clase de equipos, incluyendo los del Colegio de Bachilleres que tenemos en frente, los cuales sabemos no cuentan con antivirus desde hace varios años. Así que pasó lo que tenía que pasar. Dos días después de estrenar la nueva configuración, había dos instancias de malware instaladas en el equipo.
Y aquí surgen todos los peros que le puedo poner a nuestro experto. Tras informarle del problema y de los nombres de las aplicaciones que estaban generando pop-ups y conflictos, no supo identificarlos como lo que eran. De uno de ellos, el msnmngr.exe, dijo que era el Windows Live Messenger que no estaba arrancando apropiadamente. El problema es que en esa máquina no está instalado ese programa, y que el nombre del proceso no corresponde con el arriba mencionado.
Una búsqueda en internet (desde otro equipo, claro) reveló que esa aplicación es un gusano propagado a través de memorias extraíbles y que genera toda clase de procesos intrusivos en el sistema. Corta la conexión a internet a intervalos regulares, envía a imprimir documentos inexistentes compuestos de decenas de páginas en blanco, y reinicia constantemente el Explorador de Windows.
Tal vez se trataba de una instalación defectuosa de Windows, falta de actualizaciones, o la presencia de alguna aplicación que estuviera en conflicto con la configuración del sistema, aún a pesar de que todo funcionaba a la perfección antes de que él decidiera desactivar el antivirus.
Y luego descubrimos que el señor no sabe mucho de aplicaciones o de internet. Según él, parte del problema es nuestra necedad de usar Firefox, porque "es un programa de Linux y no fue desarrollado para su uso en Windows", y deberíamos usar única y exclusivamente Internet Explorer porque "es desarrollado por el fabricante de Windows y está configurado para ser la opción más segura para el sistema". o_O
Luego revisó la lista de programas instalados para ver si podía eliminar algunos, y descubrimos que lleva algún tiempo viviendo en una cueva. Opera, Picasa y Quintessential Player son solo algunos ejemplos de programas que jamás había escuchado mencionar, junto con Google Earth y Google Updater. Después de que ejecutó lo que el llamó una "limpieza preliminar del sistema", es decir borrar y esperar, determinó que la mejor solución sera reformatear el disco duro para reinstalar Windows y volver a configurar el equipo. Lo que vamos a hacer mañana.
Esos problemas son la causa principal de que no haya podido editar y publicar con la periodicidad que pensaba. Mañana seguramente pasaré la mayor parte del día offline e incomunicado. Por fortuna mi primo está tan molesto con este sujeto como nosotros, y está en proceso de convencer a su padre, nuestro jefe, de dejar que esta persona restablezca el equipo a un estado funcional y le de las gracias antes de que provoque algún desaguisado mayor. Ah, porque además descubrimos que ninguno de los programas que iba a desinstalar fue eliminado. Parece que sólo borró accesos directos y carpetas sin desinstalar ninguna aplicación...
Ya les comentaré la próxima semana que tal resultó todo.
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