Como mencione en el post anterior, nuevamente me vi alejado de mis blogs por causas fuera de mi control. Pero estoy de vuelta y es hora de proseguir con mi recuento.
Calculo que un año después de mudarnos a casa de mis abuelos recibí como regalo de mi tio Pedro un Walkman. Recuerdo que tenía un gabinete de aluminio en colores azul y plata y venía con unos audífonos de diadema con micrófono integrado. Era reproductor y grabador y muy probablemente era Sony. Mis cassettes eran grabados por todos y cada uno de mis tíos, así que la mezcla seguía siendo ecléctica.
Al paso del tiempo fui poco a poco depurando mis gustos y haciendo de lado aquellas cosas que no me gustaban de las preferencias de mis tios. Supongo que mis propios gustos musicales deben haber empezado a tomar forma cuando tenía unos diez años. Por ese entonces (circa 1984-85) ya tenía una estación de radio favorita: Radio Exitos.
Los ochentas estaban en boga. New Romantic, New Wave, Hard Rock y Pop llenaban las bocinas de mi receptor. Duran Duran, A-ha, Madonna, Michael Jackson, Van Halen y Def Leppard formaban parte de mi soundtrack personal. Aún hoy día tengo muchos discos y cassettes (los lectores más jóvenes deben estarse preguntando que diablos es un cassette) de esa época. Mi fonoteca aún contiene mucha música de esa época y tiene un lugar importante para mi. Creo que esto es algo bastante común en gente de mi edad.
Somos niños de los ochentas. Crecimos rodeados del boom de los medios. Vimos nacer MTV y la televisión de paga con sus canales temáticos. Fuimos testigos de la creación de los primeros conglomerados de telecomunicaciones. Pero no nos dimos cuenta porque eramos demasiado pequeños. Y los adultos no se dieron cuenta porque tenían cosas mas importantes en que pensar. Fuimos una generación que pasaba al menos el mismo tiempo con los medios que nuestras familias.
Pero me estoy desviando del tema. Discutiré este tópico en otra ocasión.
Llegada la adolescencia vinieron más cambios. Se acercaba el fin de la década y con él un significativo cambio en la música de moda. El ambiente era más oscuro y depresivo y el pop parecía no ser bien visto por las masas. El rap comenzaba a tomar fuerza como una voz de protesta de los jóvenes. Pero a mi nunca me gustó el rap.
Hasta aquí por esta ocasión. Pero volveré pronto. Lo prometo.
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