Un caso que ganó notoriedad en las noticias hace algunos meses fue el de la cantante Fionna Apple, cuyo disco Extraordinary Machine fue enlatado por su disquera, Epic Records, una subsidiaria de Sony/BMG, utilizando el alegato de que el álbum "no contenía ningún sencillo" y por tanto era comercialmente inviable (lo cual contradice la postura de la RIAA [Record Industry Association of America] sobre que ellos buscan proteger la integridad creativa de los músicos y no sus propios bolsillos) . Un demo del disco empezó a circular en internet y pronto los clubs de fans estaban haciendo campaña para que Epic editara el disco. La disquera rehusó. Actualmente Apple está grabando otro album sin que se sepa que pasará con Extraordinary Machine.
También hace algunos meses, Xeni Jardin, colaboradora de BoingBoing y de NPR entrevistó a David Byrne, ex-líder de la legendaria banda Talking Heads en relación al lanzamiento de su estación de radio vía internet y le cuestionó sobre su postura ante las descargas ilegales de música en la web (más de la entrevista aquí). Sus comentarios sirven para revalorar la actitud de las disqueras al respecto. A la pregunta de que pensaba sobre su música siendo distribuida sin pago alguno respondió:
"Claro, me encantaría recibir alguna compensación por ello. Pero el argumento de que las disqueras están peleando por los derechos de los artistas es pura basura. La mayoría de los artistas no reciben nada de la venta de discos -- y ni siquiera se trata de una conspiración siniestra, simplemente así funciona la contabilidad. Así que en lo que respecta al artista ---¿a quién le importa? De todos modos yo no veo mucho dinero de la venta de discos, así que en realidad no me importa como la consigan (la música)."
Esto nos lleva una y otra vez a cuestionarnos lo mismo. Las disqueras, ¿defienden los derechos de sus artistas, o sus propios intereses? Es claro que se trata de un negocio y como tal debe generar ganancias, pero, ¿son realmente justos los precios de los discos?
El éxito de tiendas de música en línea, como iTunes (que recientemente logró vender un millón de canciones en sus primeros cuatro días de operaciones en Japón) muestra que existen otras opciones. Algunos grupos, como los Beastie Boys, han realizado experimentos de interacción con sus fans, permitiendo a éstos elegir las canciones que integrarían su compilación de éxitos e incluso escoger la portada para el mismo. Otros, como Linkin' Park, han decidido romper toda relación con sus disqueras, tratando de eliminar intermediarios.
Cabe preguntarse también si los albums seguirán siendo un formato viable ante un mercado interesado únicamente en los sencillos del momento. Lo que es un hecho es que la forma de manejar este negocio va a cambiar de uno u otro modo en los próximos años, y las compañías disqueras parecen ser quienes tienen menos idea de donde está el futuro.
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