Hace unos días, Santiago me comentó que su próxima antología de cómic será de ciencia ficción, así que he estado dando vueltas en la cabeza a algunas ideas para decidir que clase de historia quiero contar. Algo que suelo hacer es repasar parte de mi material favorito del género y elegir algún tópico que siento que no se ha explorado lo suficiente o del que me gustaría ver más. Y en eso estaba cuando el miércoles me topé con la conferencia de prensa conjunta del Procurador General de los Estados Unidos y el Director del FBI.
Aún no estoy seguro si mi reacción fue un déja vu de algo que no me tocó vivir, o de risa ante lo ridículo de la situación. Es año electoral en EEUU y es evidente que la administración Bush se siente perdida. ¿De qué otro modo se explica la posición presentada por sus funcionarios? El mensaje del Procurador Ashcroft y el Director Mueller me causó reacciones encontradas. Mencioné lo del déja vu porque, aunque la cacería de brujas dirigida por el senador McCarthy al inicio de la Guerra Fría no me tocó ni geográfica ni cronológicamente, conozco sus repercusiones.
Su impacto se sintió en el cine, TV y publicaciones de la época, pero sobre todo en la ciencia ficción. Y luego de escuchar a Ashcroft y Mueller me pareció más fácil entender a los autores de aquella época. Es patético ver a funcionarios gubernamentales tratando de ganar adeptos a su bando político a través del miedo y la intimidación.
Frases como “Al Qaeda ha cambiado de cara y puede aparecer en donde menos lo esperemos”, o “cualquiera entre nosotros podría ser un terrorista disfrazado”, rematadas con “pedimos a la gente, no sólo en América sino también en el extranjero, estar alerta”, y “pedimos estar al pendiente de sujetos o eventos sospechosos en su comunidad”, son las que me hacen relacionar esta postura con la del senador McCarthy, sólo que ahora se trata de la amenaza terrorista y no de los comunistas.
Si a esto sumamos los eventos de los últimos meses, en que la administración Bush ha lanzado iniciativas para tener mayor control sobre los medios (acciones que parecen estar reventándole en la cara), nos topamos con un intento de autoritarismo en el país “más libre” del mundo. Como dije antes, patético.
Pero a lo que me refería era a lo siguiente. Si bien la ciencia ficción nunca ha sufrido por falta de temas, es un hecho que siempre ha sido de los géneros más comprometidos a lidiar con problemas cotidianos en la sociedad. Dadas las condiciones actuales, ¿qué podría diferenciar el trabajo de un autor actual del de alguien de los cincuenta?
En fin. Sólo resta esperar que ocurra algo similar a lo que ocurrió en aquel entonces. Una revolución del género causada por los nuevos autores que estaban hartos del status quo y buscaban nuevos temas que analizar y diferentes formas de exponerlos. Espero pronto descubrir al Harlan Ellison o al Philip Jose Farmer de nuestra generación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario