El pasado domingo falleció Christopher Reeve, actor conocido por interpretar al Hombre de Acero en cuatro películas. Fate puso algo en su blog y yo hice algunos comentarios aquí mismo. Además, consciente del tinte pesimista de la mayoría de mis textos recientes, quiero hablar de algo un poco más banal, así que voy a comentar sobre la supuesta maldición que pesa sobre Superman en el cine.
El personaje de Superman tuvo su origen en el primer número de la historieta Action Comics en 1938, y fue el primer superhéroe identificado como tal. Su primera incursión en otro medio se dio con la serie animada producida entre 1941 y 43 por los hermanos Fleischer que llevaba por título simplemente Superman.
La voz del Hombre de Acero era interpretada por Bud Collyer, quien después tuvo una exitosa carrera televisiva como conductor del programa de concursos To Tell the Truth. Volvió a prestar su voz en 1966 para The New Adventures of Superman, de la CBS y murió tres años después víctima de una enfermedad circulatoria.
La primera adaptación fílmica se dio en forma de un serial en 1948. El actor elegido para el papel protagónico fue Kirk Alyn. Alyn siempre se mostró orgulloso de haber obtenido el papel. Superman era, después de todo, la personificación del ideal americano. Luego del serial se anunció que habría una serie de televisión de Superman con un actor diferente en el rol principal, y Alyn entró en una fuerte depresión.
George Reeves (sin relación alguna con Reeve) fue el elegido para encarnar al héroe en la serie de televisión en 1951. Reeves gozó de gran popularidad, pero corrió la misma suerte que Alyn en cuanto al encasillamiento en un personaje. En 1959, a los 45 años de edad, Reeves fue encontrado muerto en su casa con una herida de bala en la cabeza.
Oficialmente se declaró como causa de muerte el suicidio, aún cuando no se hallaron las huellas de Reeves en el arma. Por otro lado se rumoraba que hacía algún tiempo sostenía un romance con la esposa de Eddie Mannix, cabeza de la MGM.
Y así llegamos a 1978 y la elección de Christopher Reeve para portar el emblemático uniforme. Reeve interpretó a Superman en cuatro películas entre 1978 y 1987 y se las arregló para hacerse de un sólido historial entre secuelas. Algunos de sus trabajos más memorables son en cintas como Somewhere in Time, Deathtrap, The Remains of the Day y Village of the Damned.
En mayo de 1995 sufrió un accidente al caer de un caballo y quedó paralizado del cuello hacia abajo. Desde entonces se dedicó a dar pláticas sobre superación personal y a cabildear en apoyo a la investigación con células madre con fines médicos, y aún así se dio tiempo para tener participación en diferentes películas y series de televisión.
Esto es el episodio más reciente de la “Maldición de Superman”. Se podría alegar que la última participación de Reeve en una cinta de Superman fue hace más de 15 años, pero en los últimos dos Reeve había hecho apariciones en Smallville, serie de TV que narra las aventuras de un joven Superman durante los años en que sus poderes comenzaban a manifestarse.
Otras supuestas víctimas de la misma maldición son Margot Kidder, quien interpretaba a Lois Lane en las cintas de Reeve y quien sufrió un colapso nervioso hace algunos años; y Richard Pryor, quien participó en Superman III y actualmente sufre de esclerosis múltiple. Pero, de ser cierta la maldición, habría que señalar al menos una notable excepción: Gene Hackman.
Hackman ya era un actor conocido y respetado antes de interpretar a Lex Luthor en tres de las cuatro películas de Superman estelarizadas por Reeve, y desde entonces ha tenido una exitosa carrera, siendo identificado como uno de los mejores actores norteamericanos de la actualidad. Entonces, ¿existe realmente una maldición? Yo creo que no.
Más bien se trata de un caso de excesiva atención mediática sobre la franquicia. Tristemente, las tragedias sufridas por varias figuras involucradas con Superman a lo largo de los años son comunes en la industria del entretenimiento. Lo único que hace falta para construir un mito como esta supuesta "maldición" es un periodista capaz de presentar de forma creíble una serie de hechos en un marco común, en este caso Superman.
Maldición o no, descanse en paz, Christopher Reeve, quien demostró que no hacen falta superpoderes para ser un héroe.
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