El pasado lunes 12 de junio falleció John Romita Sr., legendario artista de cómics recordado por su trabajo como dibujante de Spider-Man y Daredevil, y cocreador de The Punisher, Wolverine y Mary Jane Watson, entre muchos otros personajes. El artista tenía 93 años de edad, y la noticia fue dada a conocer por su hijo, al también dibujante de cómics John Romita Jr., quien a través de sus redes sociales difundió el siguiente mensaje:
“Digo esto con todo el dolor de mi corazón. Mi padre falleció pacíficamente mientras dormía. Es una leyenda en el mundo del arte y sería un honor seguir sus pasos. Como una muestra de respeto a mi familia, por favor mantengan aquí sus pensamientos y condolencias. Fue el más grande hombre que haya conocido".
Nacido el 24 de enero de 1930 en Brooklyn, Nueva York, y criado en el seno de una familia de ascendencia italiana, John Victor Romita se interesó por el dibujo desde muy joven, por lo que en su adolescencia se enroló en la Manhattan's School of Industrial Art, de donde se graduó en 1947. Ese mismo año había realizado su primer trabajo pagado, una serie de ilustraciones médicas para un anestesiólogo del Manhattan General Hospital.
Al año siguiente consiguió un empleo como entintador en Forbes Litograph, una empresa dedicada a la producción de litografías. Aún trabajaba ahí cuando en 1949 dibujó una historia para el editor de Famous Funnies, aunque ésta jamás se publicó, según el propio artista, porque la calidad de su trabajo no era la necesaria para aparecer en algún medio impreso. Cuenta que el editor le pagó igual, y lo animó a seguir practicando.
Poco tiempo después se encontró por accidente con Lester Zakarin, un amigo de la secundaria que ahora era dibujante de cómics, y éste, al enterarse de que todavía dibujaba, le propuso trabajar con él como artista fantasma. Este término se refiere a dibujantes que hacen parte (o en ocasiones la totalidad) del trabajo sin recibir crédito por ello, y era una práctica común en la época, pues los artistas establecidos contrataban asistentes para mantener su producción.
Zakarin producía páginas de cómic a lápiz y tinta para varias editoriales, pero tenía tanto trabajo que en ocasiones le faltaba tiempo. Lo que le pidió a Romita fue que terminara sus dibujos. Él hacía los trazos principales y parte de las tintas, y Romita se encargaba de completarlas. Las editoriales recibían el trabajo bajo la presunción de que todo era arte de Zakarin, quien cobraba y después le pagaba a su amigo "fantasma" de su propia bolsa.
En principio Romita aceptó el empleo por el dinero, pues asistir a Zakarin en dos páginas cubría su salario de una semana en el negocio de litografías. Colaboró con él por un par de años, sobre todo en títulos de Timely, editorial que años después se volvería Marvel Comics, y en ocasiones firmaban el trabajo como "Zakarin & Romita". Dejaron de trabajar juntos en 1951, cuando Romita se enlistó para cumplir su servicio militar.
Romita se aseguró de que el director de arte de la base de Governor's Island, en la Bahía de Nueva York, viera muestras de su trabajo, y una vez cumplido su adiestramiento básico en Nueva Jersey, se le asignó un puesto en esa misma base para ilustrar pósteres de reclutamiento y otros materiales impresos para el gobierno. En unos cuantos meses lo ascendieron a cabo, lo que le permitía salir de la base cuando no estaba de servicio.
No conocía a Stan Lee, editor para quien trabajaba Zakarin, pero durante una salida decidió visitar su oficina para pedirle trabajo. Para entonces la editorial ya se llamaba Atlas Comics, y aunque no habló con Stan, su secretaria le entregó un guion de cuatro páginas. La historia en cuestión se titula "It!", publicada el otoño de 1951 en Strange Tales #4, y varios historiadores del medio coinciden en que fue su primer trabajo publicado como dibujante de cómics.
A esa historia siguieron otras, sobre todo en los géneros bélico y de western, pero al paso de los años Romita se fue diversificando y realizó también historias de horror, romance y superhéroes. De su producción de esa era destaca su paso por el efímero regreso del Capitán América, personaje al que dibujó en más de media docena de aventuras entre 1953 y 1954. A mediados de esa década el artista empezó a trabajar también para DC Comics.
Por unos años alternó su trabajo en ambas editoriales, hasta que en 1958 firmó un contrato de exclusividad con DC, donde se convirtió en uno de los artistas de historias de romance más prominentes de la editorial, colaborando en varios de los títulos de ese género, incluyendo Secret Hearts, Heart Throbs, Falling in Love, Girls' Love Stories, Girls' Romances y Young Love. En poco tiempo se volvió también el principal portadista en esos títulos.
En entrevistas posteriores el artista mencionó que tenía la esperanza de que DC le pidiera dibujar historias de superhéroes, sobre todo de Batman, pero jamás sucedió, ni siquiera cuando los títulos de romance perdieron popularidad. Al vencer su contrato de exclusividad, Romita buscó trabajo como artista de storyboards en publicidad, pero sin descartar la posibilidad de seguir haciendo cómics para otras editoriales.
Tras años dibujando cómics de romance, Romita había perdido la motivación para dibujar, por lo que pensó en hacer la transición a entintador. Su primer trabajo para Marvel fue Avengers #23, donde entintó la portada de Jack Kirby y los interiores de Don Heck. Una agencia de publicidad le ofreció 250 dólares a la semana por hacer storyboards, un trabajo menos demandante que los cómics que le dejaban 200 dólares a la semana, y estuvo a punto de aceptar.
Lo detuvo una invitación a almorzar de parte de Stan Lee, quien al enterarse de que ya no estaba en DC decidió que lo quería en Marvel. Además de trabajo regular y un salario como el de la agencia de publicidad, le ofreció la libertad de trabajar en casa, en las oficinas de la editorial, o alternar entre ambas a su conveniencia. En principio aceptó que fuera sólo entintador, pero pronto Lee logró convencer al artista de volver a dibujar.
Romita se convirtió en el artista regular de Daredevil a partir del número 12, publicado a fines de 1965. Al principio, para acostumbrarse a trabajar al "estilo Marvel", en que los artistas recibían sólo una breve descripción de la trama en vez de un guion completo, trabajó sobre bocetos de Jack Kirby. Su llegada al título se vio reflejada en una notoria alza en las ventas, pero Lee tenía otros planes para su nuevo artista.
Daredevil #16 y 17 fueron una historia de dos partes en que Romita dibujó por primera vez a Spider-Man. Él no lo sabía, pero para entonces la relación entre Lee y Steve Ditko, cocreador del personaje, estaba muy deteriorada, así que el escritor y editor buscaba alternativas para reemplazar a Ditko en las páginas de Amazing Spider-Man, y esos números fueron su "audición". Cuando Ditko renunció tras completar el #38, Lee le pidió a Romita encargarse de la serie.
Hoy día se considera a Romita como el artista que definió el look más popular del personaje, pero la realidad es que cuando aceptó el trabajo en realidad no lo quería. Hubiera preferido quedarse en Daredevil, donde dibujó sólo ocho números, pero aceptó encargarse de Amazing Spider-Man sólo porque creía que lo correcto era mostrar lealtad a Lee, que lo había elegido personalmente para dibujar la serie tras la partida de Ditko.
Durante sus primeros números en la serie es claro que trataba de emular a Ditko, si no del todo en estilo, sí en el diseño de páginas y acabado de su trabajo. Romita estaba convencido de que la partida de Ditko era temporal y que el polémico artista volvería tras unos meses, así que no quería cambiar demasiado las cosas, por lo que hacía lo posible por imitar el diseño de página y los diseños de personajes de Ditko.
Al paso de los meses y una vez que se convenció de que Ditko no iba a regresar, poco a poco empezó a soltarse y trabajar en su propio estilo, aunque al principio hubo cierta resistencia de Lee a lo que estaba haciendo. Su Peter Parker, al igual que los personajes secundarios, era apuesto, y Lee sentía que su estilo dejaba de lado el toque de misterio que distinguía a Spider-Man de otros superhéroes, pero tras tantos títulos de romance, Romita sólo podía dibujar gente hermosa.
Pese a los temores de Lee, los lectores recibieron con entusiasmo el cambio, y en menos de un año el título, que era el segundo más popular de la editorial casi desde su creación, desplazó a Fantastic Four como la serie más vendida de Marvel. Puede que esto se haya debido a una mezcla de factores. El estilo de Ditko y su aire de misterio funcionaban en el mundo en que se dio la crisis de los misiles de Cuba y la paranoia dominaba.
Pero a mediados de la década era obvio que el mundo estaba cambiando y la gente buscaba entretenimiento más brillante y optimista. En 1966, cuando Romita empezó a dibujar a Spidey, se estrenaron dos series de televisión que encapsulaban esa nueva mentalidad: Star Trek (Viaje a las Estrellas) y Batman. En ese entorno, un apuesto héroe tratando de hacer del mundo un lugar mientras lidiaba con un par de hermosas mujeres mejor encajaba a la perfección.
La sensibilidad de Romita para el romance y drama permitió a Lee sacar mayor provecho a otro elemento característico de Amazing Spider-Man: las relaciones personales. Éstas eran parte de la historia desde el inicio de la serie, pero el debut de Mary Jane Watson (personaje insinuado desde un par de años antes) en agosto de 1966, con una de las escenas más icónicas de la historia de Spider-Man, creció el potencial dramático.
Poco a poco el triángulo romántico entre Gwen Stacy, Mary Jane y Peter cobró un rol más importante en la serie, y el gran manejo de lenguaje corporal de Romita añadió una naturalidad a los personajes femeninos que no existía en ningún otro cómic de superhéroes. Además, sus años en títulos de romance lo familiarizaron con la moda de la época, lo que añadía un toque de realismo que resaltaba la idea de que Marvel mostraba un mundo similar al nuestro.
Lee supo sacar provecho al talento de Romita para dibujar expresiones faciales y hacer entretenidas las escenas de conversación, y pronto introdujo más personajes que permitieran abrir el rango dramático de la serie, como pasó con Joe "Robbie" Robertson, editor del Daily Bugle, y el capitán de policía George Stacy, padre de Gwen. Y también aparecieron nuevos villanos, como Kingpin, Rhino y Shocker, todos diseñados por Romita.
El trazo de Romita se sentía más limpio y natural que el de Ditko, y aunque los cambios fueron graduales, eran evidentes. Poco a poco Spider-Man se volvió más musculoso (después de todo, ya no era un adolescente) y se veía más similar a lo que el público esperaba de un superhéroe. Sus villanos tenían diseños menos extravagantes que los de Ditko, pero su tamaño los hacía más amenazantes y preservaba la impresión de que Spidey estaba en desventaja.
Si algo caracterizaba a Lee era su talento para leer y reaccionar a los intereses de su audiencia, y poco a poco balanceó las aventuras superheróicas del personaje con una exploración más a fondo de su vida escolar y social, lo que llevó a la aparición de más personajes secundarios que enriquecían su mundo, así como historias que reflejaban la actualidad de la época, como eran el activismo estudiantil, la guerra de Vietnam, y el creciente interés de los jóvenes por la política.
Poco a poco el estilo de Romita se convirtió en el nuevo estándar para Marvel, y no era raro que Lee le pidiera retocar o corregir el trabajo de otros artistas, o participar en el diseño de personajes para otras series. Para aliviar su carga de trabajo, por un tiempo dejó de dibujar Spider-Man, limitándose a hacer los bocetos para que artistas como Don Heck o Jim Mooney terminaran de dibujar las páginas, e incluso John Buscema bocetó algunos números en su lugar.
Con el éxito de la serie animada de Spider-Man estrenada en 1967, crecieron la demanda y mercado para mercancía oficial, con lo que el arte de Romita trascendió los cómics para volverse parte importante del imaginario colectivo de la cultura pop. A finales de 1970 dejó por completo Amazing Spider-Man, dejando en su lugar a Gil Kane, pero en 1972 regresó para dibujar la serie por un año en lo que el considera su mejor trabajo con el personaje (#105 al 115).
Por los siguientes cinco años y hasta el número 168 realizó la gran mayoría de las portadas y entintó algunos números. Para 1973 ya había asumido de forma oficial el cargo de director de arte, y solía ser parte de las reuniones creativas, y en esa capacidad fue que, ante la disyuntiva de qué hacer con la relación entre Peter y Gwen, sugirió a Gerry Conway matar a ésta, lo que llevó a un arco argumental que ayudó a definir la versión moderna de Spider-Man.
Como director artístico Romita estaba a cargo de diseñar o aprobar los diseños para nuevos personajes, aprobar el arte usado para licencias, y asegurarse de que el arte a lo largo de la línea cumpliera los estándares de calidad esperados. Entre los personajes que diseñó en los 1970 destacan Wolverine, Luke Cage, Punisher, Tigra, Bullseye y la nueva Captain Marvel, Monica Rambeau, además de que rediseñó a Black Widow al darle su distintivo traje negro.
Aunque dejó de dibujar cómics de forma regular, durante los 70 y 80 Romita hizo varias portadas y contribuyó con páginas interiores en ocasiones especiales. En 1976, para el ambicioso crossover entre Superman y Spider-Man, se encargo de hacer correcciones al dibujo de Ross Andru para ofrecer la mejor versión del personaje. También, cuando en 1977 se lanzó una tira cómica de Spider-Man escrita por Stan Lee, Romita la dibujó por más de diez años.
Su esposa, Virginia Romita, entró a trabajar en Marvel a mediados de los 1970 en un rol administrativo que evolucionó hasta lo que hoy día se conoce como gerente de producción, con lo que los Romita se convirtieron en una presencia permanente en las oficinas de la editorial, que en cierto modo se convirtieron en una extensión de su casa, por lo que no es extraño que su hijo John decidiera convertirse en artista de cómics.
Claro que no todo era positivo. Los cambios de administración y las periódicas crisis que afectaban a la industria del cómic a menudo se reflejaban en el área editorial de la compañía, y cuando a mediados de los 1990 recibió capacitación especial para aprender a despedir de la mejor manera a sus subordinados, muchos de los cuales habían sido entrenados por él y los consideraba sus amigos, decidió que era suficiente y optó por retirarse.
Aun así, su retiro fue parcial. Debido a que aun conservaba una relación cordial con muchos de los editores en Marvel, durante la primera década de este siglo no era extraño que lo contactaran para solicitarle portadas o colaboraciones especiales. Por ejemplo, cuando el servicio postal estadounidense decidió celebrar el legado de Marvel Comics con una colección de estampillas, Romita se encargó de dibujar la que estaba dedicada a Spider-Man.
Pese a ser una de las figuras más amadas y respetadas en el medio, tanto en su faceta profesional como en la personal, Romita no recibió muchos premios a lo largo de su carrera, pues ésta se desarrolló antes de que existieran los galardones más importantes. En 1979 recibió un Inkpot Award por sus aportes al medio, y fue inducido al Will Eisner Award Hall of Fame en 2002, y en 2020 al Inkwell Awards Joe Sinnott Hall of Fame.
John Romita Sr. adoraba dibujar y pudo hacer una carrera de ello. A lo largo de su vida pudo hacer lo que quería hacer, y lo hizo tan bien como cualquiera podría esperar, lo que le ganó la admiración y respeto de colegas y fans. Fue amado por todos y se retiró cuando él lo decidió, y pudo disfrutar del retiro por un par de décadas sin separarse del todo de los cómics. Falleció a los 93 años de edad tras una vida plena y bien vivida.
La vida, carrera y legado de John Romita Sr. merecen ser celebrados, no llorados. Descanse en paz.
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