A finales de la década de los 1930, los superhéroes se convirtieron en la más popular forma de entretenimiento barato, reemplazando a los pulps. Por esa razón no es ninguna sorpresa que algunos de los nuevos héroes mostraran una marcada influencia de los personales que suplantaron en la imaginación popular, y uno de los casos más obvios es el de Batman y The Shadow.
Para redondear el concepto del personaje, Kane buscó ayuda del escritor Bill Finger, un aficionado a los pulps que en el nombre de Bat-Man vio posibilidades más interesantes si hacían más oscuro y complejo al personaje.