sábado, 30 de marzo de 2019

La deuda de Batman con The Shadow

A finales de la década de los 1930, los superhéroes se convirtieron en la más popular forma de entretenimiento barato, reemplazando a los pulps. Por esa razón no es ninguna sorpresa que algunos de los nuevos héroes mostraran una marcada influencia de los personales que suplantaron en la imaginación popular, y uno de los casos más obvios es el de Batman y The Shadow.

La historia tras la creación de Batman está bien documentada y es bastante conocida. Bob Kane tuvo una idea para un vigilante aventurero llamado The Bat-Man. Se trataba de un acróbata rubio que portaba un brillante traje rojo, complementado por unas alas rígidas como de murciélago que usaba a manera de planeador y quien ocultaba su identidad tras un sencillo antifaz negro.

Para redondear el concepto del personaje, Kane buscó ayuda del escritor Bill Finger, un aficionado a los pulps que en el nombre de Bat-Man vio posibilidades más interesantes si hacían más oscuro y complejo al personaje.

Lo que Finger tenía en mente era algo que emulara a los héroes pulp, así que convenció a Kane de olvidarse del traje rojo, agregarle una capucha con orejas de murciélago que le diera una apariencia más oscura y misteriosa, y de que reemplazara las alas por una capa. Incluso la idea de poner en su pecho el emblema con forma de murciélago fue del escritor.

Convenció a Kane de que una forma de separar a Bat-Man de los muchos héroes aparecidos tras el sorpresivo éxito unos meses antes de Superman, era dar a sus historias un tono más sombrío, con elementos de misterio como los usados con The Shadow y The Spider, dos de los más populares aventureros pulp. Entusiasmado ante la idea de hacer algo distinto, Kane aceptó y Finger puso manos a la obra. Pero en vez de tomar como molde las historias de The Shadow, Finger fue más allá.

¿Para qué escribir algo nuevo si puedes reciclar una historia ya existente?

Partners of Peril (Compañeros de peligro) es la historia 113 de The Shadow, escrita por Theodore Tinsley y publicada en noviembre de 1936. Fue la primera aventura del personaje que no escribió William B. Gibson, y en ella el vigilante investiga un caso en que tres socios de una compañía química intentan matarse entre sí para quedarse con todo. Si alguna vez han leído The Case of the Chemical Syndicate (El Caso del Sindicato Químico), primera aventura de Batman, publicada en Detective Comics #27, la trama les resultará familiar. Porque es exactamente la misma y tiene el mismo desenlace.

Si a alguien le quedan dudas sobre si fue un plagio intencional, hay una cita del propio Finger publicada en History of Comics vol. 1, de Jim Steranko, en la que el escritor admite que su primera historia de Batman la tomó directamente de una historia de The Shadow. En defensa de Finger, esta clase de plagio no era inusual para la época. El cómic era un medio nuevo y no era raro hacer adaptaciones no autorizadas de historias de otros medios con cambios superficiales, como nombres de personajes, locaciones de la historia o la época en que se desarrollaban.

Pero la deuda de Batman con The Shadow va más allá de esa primera historia. Existen similitudes entre los dos personajes que no podemos ignorar. En ambos casos su identidad secreta (Bruce Wayne y Lamont Cranston) es un joven millonario que se mueve en las altas esferas de la sociedad. Los dos son vigilantes perseguidos por la justicia que se hacen amigos del comisionado de policía (Jim Gordon y Ralph Weston), con quien colaboran a menudo, y muchas historias de Batman, aun después de Finger, tienen una fuerte influencia de The Shadow.

También podemos hablar de los accesorios que los vigilantes usan para combatir el crimen y encontraremos más similitudes. The Shadow usa un boomerang con un cable atado a un extremo: un claro predecesor de los batarangs. Trepa por las paredes usando una copa de succión, artilugio también usado por Batman en los años 40 y 50. El vehículo volador preferido por el hombre murciélago en esa época era un autogiro, como el empleado por The Shadow en muchas de sus aventuras.

Cuando DC Comics adquirió la licencia para publicar aventuras de The Shadow, Dennis O’Neil hizo un reconocimiento a la influencia del personaje sobre Batman en un par de historias publicadas en los números 253 y 259 de Batman, aparecidos en 1973 y 1974, respectivamente. En la primera Batman hace equipo con una versión bastante mayor de The Shadow y le comenta que es su mayor inspiración, en tanto que la segunda revela un breve encuentro entre un pequeño Bruce Wayne y The Shadow cuando éste se hallaba en la plenitud de su carrera.

Por cuestiones de derechos esas dos historias nunca se han reimprimido, aunque en años más recientes ambos vigilantes se han encontrado en otras dos ocasiones gracias a un par de miniseries, una publicada por DC Comics y la otra por Dynamite Entertainment, editorial que actualmente maneja la licencia de The Shadow. ¿Han leído alguno de esos encuentros?

Texto originalmente publicado en La Covacha Mx

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