A través del grupo Televisa Comic Fail me entero que Editorial Televisa despidió a la correctora de estilo contratada hace apenas unos meses para su línea de cómics. Parece que la decisión se dio luego de que en redes sociales circularon quejas y burlas a un error en el lomo de un tomo de su línea de best sellers, donde se lee SIPIDER-MAN: MAXIMUM CARNAGE. Quiero pensar que es coincidencia, pero si en verdad ésa fue la razón para despedirla, debo pensar que la joven está siendo usada como chivo expiatorio en un intento de la editorial por ganarse la simpatía de sus lectores mientras protegen al verdadero responsable de la pifia.
¿Y por qué digo que sería un chivo expiatorio? Simple: El trabajo de un corrector de estilo es revisar textos editoriales, traducciones y material promocional. Si hay un texto en la portada o contraportada, por ejemplo, también lo revisa, pero no necesariamente en la versión para imprimir. Lo usual es que el lomo sólo muestre el título, la editorial y los autores, y en ocasiones ni eso. Suponiendo que revisó el material de tapas y se le fue el error, tampoco debía ser la última persona en revisarlo. Ésa es responsabilidad del editor.
Y tal vez ahí está el meollo del asunto. Arturo Gutiérrez Aldama, mejor conocido en redes sociales como ’Erremental’, tiene una reputación nada halagadora en el medio comiquero nacional. Empleados y ex-empleados de Editorial Televisa comentan sobre sus desplantes e intransigencia, e incluso existe el comentario, entre broma y broma, que cuando alguien le señala y corrige uno de sus errores, lo vuelve a poner, nada más para demostrar quién es el que manda.
Cuando se le señalaron los constantes errores de traducción en los títulos donde era responsable de traducir, revisar, corregir y aprobarlo todo, su única defensa fue descalificar a sus críticos al decir que ellos eran sólo unos niños cuando él ya trabajaba como traductor de manuales técnicos para la policía, como si el haberse dedicado mucho tiempo a la misma actividad fuese una garantía automática de su calidad o habilidad para hacer su trabajo, argumento que en todo caso es desmentido por la gran cantidad de errores que han aparecido publicados en los últimos años bajo su supuesta supervisión.
Alguna vez alguien me preguntó qué hacía falta para corregir la situación de Editorial Televisa y acabar con todos los errores en sus publicaciones. Mi respuesta fue que era necesario despedir a los editores y contratar gente nueva. Giobany Arévalo tiene muchas responsabilidades, y la mayoría de ellas son administrativas, por lo que la responsabilidad de asegurar que sus publicaciones tengan la mayor calidad posible es de sus editores, y es evidente que no han sabido delegar o hacer el trabajo. Pero supongo que ser amigos del jefe tiene muchos beneficios e implica una seguridad laboral a toda prueba.
Contratar una correctora de estilo era un paso en la dirección correcta, y en los últimos meses, casi desde que la joven se integró a la editorial, se dio una notoria reducción en la cantidad de errores publicados, lo que me lleva a pensar que esta persona tuvo un impacto positivo y que su trabajo estaba rindiendo frutos de forma casi inmediata. Incluso se dio el caso, por primera vez, de que algunas re-ediciones aparecieron con correcciones de sus errores más infames. Entonces, ¿por qué despedirla? La única explicación posible es que fue para proteger a alguien más, y en este caso no hay muchos sospechosos.
Por otro lado, si alguna de las otras editoriales de cómic en nuestro país está interesada, sepan que Andrea Nastchiel Martínez, una correctora capaz y con experiencia en cómics, ha quedado libre y disponible. No estaría de más dejar que siga colaborando para elevar el nivel de calidad de la industria editorial comiquera en nuestro país que, bien sabemos, sigue siendo un trabajo en proceso.
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