Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que publiqué esta columna, así que decidí retomarla con un cómic publicado hace todavía más tiempo. Se trata de una historia casi mítica dentro de la escena comiquera independiente de México, además de una de las más controvertidas en el medio. Edgar Clément fue parte del legendario Taller del Perro, y mientras colaboraba con éste en la mítica revista Gallito Comics creó la que a la fecha es considerada como el parteaguas para la novela gráfica mexicana:
Historia y Arte: Edgar Clément
Ediciones: Serializada en la revista Gallito Comics, publicada de forma independiente por El Taller del Perro, tamaño magazine, blanco y negro 1993-1994.
TPB en dos partes, Editorial Planeta, 80 páginas cada uno, tamaño carta, blanco y negro, 1995.
TPB, historia completa, Ediciones del Cástor, 160 páginas, formato europeo, blanco y negro, 1999.
TPB, historia completa, Caligrama Editores, 164 páginas, formato de bolsillo, blanco y negro, 2006.
Leónidas Arcángel es un mexicano que se gana la vida de una manera bastante inusual: es cazador de ángeles. Resulta ser que estos seres son muy apreciados por todo lo que se puede obtener de sus restos: cabellos, uñas, plumas y ojos tienen toda clase de aplicaciones industriales y "artísticas", mientras que lo más popular es el comercio de su carne -utilizada como alimento de propiedades energéticas realmente sobresalientes-, de su sangre -utilizada con maíz fermentado para destilar Chinguere, un potente aguardiente-, y sus huesos, que una vez molidos y procesados son el elemento principal de la droga más potente y adictiva en existencia.
Leónidas es descendiente de un chamán, condición obligada para todos aquellos que se dedican al negocio de cazar ángeles. Aparentemente un ángel solo puede morir a manos de alguien que lleve en la sangre las cualidades de un chamán, así que no se trata de un negocio al que cualquiera pueda entrar. Pero eso es algo que nunca ha detenido al gobierno de los Estados Unidos.
Juan grande, el más viejo de los cazadores de ángeles, es atacado y ambas manos le son cercenadas y robadas. Asistido por Román, un policía judicial descendiente de un shamán pero quien no cree en los ángeles y quien está convencido de que se trata de extraterrestres, Leónidas intenta averiguar quien pudo haber atacado al viejo angelero y por qué se llevó sus manos.
Luego de que Román es capturado y torturado pero consigue escapar, los protagonistas vislumbran una conspiración internacional que busca cambiar el balance de poder y cambiar el mercado de las drogas de una manera definitiva, convirtiendo el tráfico de polvo de ángel en un negocio masivo, todo bajo la dirección y supervisión del ejército y autoridades estadounidenses y con la total cooperación de las autoridades mexicanas y sudamericanas.
La historia está escrita en el más puro estilo de una novela noir detectivesca, pero aderezada con una serie de referencias que la identifican como un producto claramente mexicano. La mezcla de mitos aztecas y judeo-cristianos le confiere además una identidad propia que probablemente sea una de las razones por las que sigue siendo un referente del comic mexicano a casi veinte años de su concepción.
Existen dos grandes razones para apreciar Operación Bolívar. La primera de ellas es, sin lugar a dudas, el trabajo visual de Clément. Dibujo, pintura y collage se mezclan en estas páginas de una manera que a primera vista pudiese parecer caprichosa o caótica, pero una vez que uno se sumerge en la historia es claro que todo forma parte de una idea muy clara de parte del autor. La segunda es la riqueza de ideas que una encuentra detrás de la historia.
El solo uso de elementos de dos mitologías tan diferentes como la mexica y la judeo-cristiana daría para muchas posibilidades de exploración narrativa, mismas que se multiplican al añadir los elementos de intriga socio-política. Tan rico es el mundo creado por Clément en las páginas de esta historia que lo ha revisitado a lo largo de los años en otros proyectos, como Kerubim, Los Perros Salvajes y, más recientemente, Angeleros.
La historia está dividida en dos partes, y esto es la principal fuerte de controversia alrededor de la historia. Mientras la primera parte expone el conflicto y la mayor parte de los principios mitológicos de este mundo, la segunda se carga marcadamente hacia la parte política y social del asunto, repartiendo sus páginas entre una crítica a la clase política, tanto mexicana como estadounidense, y la resolución del conflicto planteado en la primera parte.
El resultado es una obra interesante pero desbalanceada, brillante por momentos, pero apresurada en otros. Diera la impresión de que el autor se enganchó con sus propios argumentos políticos y por momentos se dejó llevar en la persecución de ese discurso y olvidándose del aspecto narrativo de su obra, pero incluso esa necedad de plasmar su voz me parece digna de elogiarse.
A fin de cuentas, la gran mayoría de las creaciones artísticas a lo largo de la historia tienen plasmado algo del entorno en que fueron creados, y los comics y la narrativa gráfica, al menos cuando se trata de obras de autor, nunca han sido la excepción.
Operación Bolívar dista de ser una novela gráfica perfecta, pero nunca pretende serlo. Se trata de una obra con gran cantidad de méritos tanto artísticos como narrativos, pero sobre todo de un vehículo de expresión de un autor que nunca se ha callado nada y siempre ha tenido una voz distintiva y honesta. Puede considerársele como una obra pretenciosa y plagada de grilla política, pero eso ya depende de la percepción e ideología de cada lector. Lo único que queda claro es que se trata de un proyecto ambicioso que a veinte años sigue dando de que hablar y el cual forma parte de algo más grande, como consta gracias a las obras derivadas que le han seguido.
En el peor de los casos se trata de una obra que vale la pena leer y analizar, al menos para poder participar con argumentos en las discusiones que se siguen generando a su alrededor tras casi dos décadas de su aparición.
Lamentablemente la única forma de conseguirla en un medio impreso es en la versión de Editorial Caligrama, misma que por su formato, al cual el propio autor se refiere como "Capulinita", no permite apreciar el trabajo gráfico de Clément de la mejor manera, pues el reducido tamaño de las páginas y la calidad de la impresión no son las ideales para cualquier historia de narrativa gráfica.
Afortunadamente el autor tiene un PDF descargable de manera gratuita y legal, mismo que fue creado a partir de la edición de 1999, probablemente la mejor que se ha tenido hasta ahora. De manera alternativa, también pueden leerlo de manera gratuita desde las plataformas en línea Issuu y Scribd, también de manera legal. Encontré además una versión, no precisamente legal, pero que no creo que incomode a Clément, en formato CBR, misma que pueden descargar desde MediaFire.
Si ya leyeron esta historia, o lo hacen mediante algunos de los medios aquí compartidos, nos encantaría conocer su opinión, ya sea en los comentarios, o a través de nuestro correo electrónico. Hasta la próxima.
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