lunes, 21 de enero de 2013

Snow Crash, de Neal Stephenson

Si hay un escritor de ciencia ficción cuya obra me intrigaba por no saber qué esperar, es Neal Stephenson. Hace un par de años leí In the Beginning... was the Command Line, que no es ficción, y comenté por qué no había leído su trabajo. Aunque parezca egoísta o poco razonable, sigue siendo cierto.

Tras esa lectura me convencí de que me debía a mi mismo echarle un vistazo a su ficción y me hice a la tarea de buscar sus libros, o al menos los más conocidos. Cuando los tuve el problema fue ponerlos en la inmensa lista de lecturas pendientes que he acumulado a lo largo de los años, que sigue creciendo pese a mis esfuerzos por leer más y más rápido.

Obvio que a la cabeza de la lista iban Cryptonomicon y Snow Crash, y la razones para iniciar con esta última fueron a) es una obra anterior, y b) es una pieza más corta. Hay dos novelas de Stephenson anteriores, pero The Big U, es criticada por el propio autor, que se negaba a que fuera reimpresa y sólo accedió a una nueva edición cuando se enteró que en eBay había copias a la venta en cientos de dólares. Según dijo, lo único peor que gente leyendo el libro era gente pagando esas sumas para leerlo. La segunda, Zodiac, es difícil de conseguir y suele ser ignorada al hablar de su obra.

La historia en Snow Crash tiene lugar en un futuro no muy lejano, en que las diferencias con nuestra realidad son sutiles pero notorias. Los Estados Unidos han sido sustituidos por una serie de ciudades-estado controladas por corporaciones conocidas como 'burb-claves', supongo que como una conjunción de suburbio y enclave. Estos pueden ser dirigidos por comunidades étnicas o de inmigrantes de algún país en particular, o bien pertenecer a alguna marca o producto en específico.

El protagonista de la historia es Hiro Protagonist, que trabaja como repartidor para una de las corporaciones más poderosas, Uncle Enzo’s CosoNostra Pizza Inc., frente legal de la mafia italiana, que ahora tiene el monopolio del servicio de pizza a domicilio como un añadido al resto de sus actividades.

En su tiempo libre, Hiro se dedica a recolectar información y subirla a los servidores de la CIC, corporación que derivó de lo que alguna vez fue la CIA y la cual se especializa en la venta de información.

Pero eso sólo describe las actividades de Hiro en el mundo real.

En el mundo virtual, conocido como Metaverse, Hiro es un príncipe guerrero, un hacker y programador legendario que ayudó a hacer del Metaverso la estructura omnipresente que es hoy día, y es considerado como el mejor espadachín viviente. ¿Por qué un genio y talentoso programador trabaja como repartidor de pizzas? Porque es un trabajo mejor remunerado y que ofrece más retos. Como podrán imaginarse, la novela cuenta con un fino sentido del humor, utilizado casi siempre a favor de la crítica social.

Snow Crash es una novela bastante compleja, y la trama resulta muy elaborada, por lo que es difícil explicarla en unas cuantas líneas. Hiro pierde su trabajo, pero casi al mismo tiempo conoce a Y.T., una adolescente que trabaja como courier para un servicio de mensajería, y a Vitaly Chernobyl, rockstar de culto a quien va a representar y con quien pronto comparte vivienda en una mini-bodega a las afueras de Los Angeles. Hiro se reencuentra con Juanita, una exnovia bien colocada en el alto mundo de la programación y manejos corporativos del Metaverso.

Juanita le alerta de la aparición de una droga conocida como snow crash, que tiene algunas peculiaridades, como ser efectiva tanto en el Metaverso como en el mundo real, o ser letal para programadores y hackers, además de que se propaga como un virus. Si a esto sumamos un mutante psicópata armado con un torpedo termonuclear, grupos fundamentalistas ecológicos que viven en una comuna flotante, un plan para desatar un infopocalipsis de proporciones épicas, y un sutil análisis de la religión como virus, nos encontramos ante una pieza de aventura difícil de describir pero fácil de disfrutar.

Es importante señalar que la novela fue publicada en 1992, hace más de veinte años, cuando internet era algo a lo que sólo tenían acceso programadores en entornos académico y la idea de que existiera algo como una comunidad virtual era cosa... de ciencia ficción.

Me parece importante por el hecho de que hay elementos de la novela que muestran una visión bastante clara del autor acerca del futuro que podrían llegar a tener las comunidades virtuales, además de que esta novela fue la principal precursora del uso de 'avatar' para describir la representación virtual de un individuo o entidad en un entorno virtual.

Stephenson es conocido, y a veces criticado, por el uso extensivo de mitología sumeria en la construcción de sus historias, pero ése fue uno de los aspectos que más disfruté del libro. Como aficionado a toda clase de mitologías, disfruto bastante cuando éstas son rescatadas y usadas para enriquecer historias de fantasía y ciencia ficción. El resultado en este caso es fenomenal, pues apoyarse en el pasado para construir un futuro plausible y reconocible convierte a Snow Crash en una pieza atemporal.

Ahora lo único que me resta es hacerme de tiempo para atacar el resto de la obra de este autor, pues si esta novela es un indicativo de lo que vino después, no dudo que pronto voy a incluir a Stephenson entre mis autores favoritos. Lectura ampliamente recomendada.

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