No acostumbro escribir mucho sobre notas deportivas pero en las últimas semanas se han dado una serie de necedades que no podía seguir ignorando...
Hace un par de semanas se desató un escándalo en el futbol cuando la Selección Nacional, la cual estaba en Alemania disputando la Copa Confederaciones, separó a dos jugadores del plantel y los envió de regreso a México. Se desataron los rumores: que si se fueron de juerga, que si tenían mujeres en su habitación, que si se trataba de un problema de dopaje, etc., pero tanto los funcionarios de la delegación mexicana como el cuerpo técnico y los jugadores se mantuvieron herméticos y en silencio. La versión oficial citaba un caso de indisciplina.
El escándalo generado en torno al caso de los dos jugadores, ambos integrantes del equipo Cruz Azul, fue suficiente para que la FIFA exigiera una aclaración inmediata de los hechos ante la posibilidad de un caso de dopaje. Al llegar a México ambos jugadores fueron enviados a un laboratorio en California y un par de días después se conocieron los resultados. Los dos dieron positivo de una sustancia llamada Narondosterona, la cual es un esteroide que ayuda a incrementar el volumen de fibra muscular. Trascendió entonces que ya habían arrojado positivo en un exámen realizado en México antes de salir hacia Alemania y que esa fue la verdadera razón de su separación del resto del plantel.
Como el exámen no fue parte de los realizados durante la mencionada copa, FIFA determinó no aplicar ninguna sanción al representativo mexicano, pero exigió mano dura y un castigo ejemplar para los jugadores. Pronto la comisión disciplinaria decretó el castigo. Salvador Carmona y Aaron Galindo fueron suspendidos por un año de toda actividad dentro de eventos sancionados por la Federación Mexicana de Futbol. Aún está pendiente la ratificación de FIFA, la cual seguramente les prohibirá también participar en eventos fuera de México.
Y lo que debiera haber sido el fin de la historia -la sanción- fue sólo el principio. Galindo habló para un programa de televisión donde se presentó como víctima, afirmando que él informó al médico de la Selección que estaba tomando un complemento alimenticio y que por tanto la culpa no era suya. Desde un principio se criticó mucho a la Femexfut por la forma en que se manejo el caso desde la delegación en Alemania y después de estas declaraciones se alzaron algunas voces exigiendo se aclararan las cosas por completo y no faltaron los oportunistas -como Huguito- que incluso exigieran la renuncia o remoción de todos los involucrados, incluídos directivos de la federación y cuerpo técnico de la selección.
El presidente de Cruz Azul, Guillermo (si quiere que lo llamen Billy se equivocó de país al nacer) Alvarez salió en defensa de sus jugadores y se enfrascó en una guerra de declaraciones con Ricardo Lavolpe, Director Técnico de la Selección, e incluso con algunos jugadores de la misma. Lavolpe afirmó que otros jugadores de Cruz Azul le comentaron que Galindo y Carmona no eran los únicos en el equipo que consumían "suplementos", a lo que Alvarez reclamó airado, exigiendo que se lo probase o se disculpara. Lavolpe se disculpó, no así Alvarez, quien hizo comentarios personales sobre un par de jugadores, incluído Rafael Márquez, a quien acusó de hacerse el lastimado y de hacerse expulsar cada vez que tiene un compromiso importante.
Ahora se habla de que Cruz Azul mandó a todo su plantel a hacerse análisis a la Comisión Nacional del Deporte y los dieciocho jugadores salieron limpios. El problema es que el plantel son más de dieciocho jugadores. Pero lo realmente molesto es la actitud de Galindo de hacerse la víctima y la airada defensa de él y Carmona que hace Alvarez. El dopping es un problema que aqueja a todos los deportes, pero si algo es evidente es que el principal responsable en todos los casos, es el deportista. ¿Cómo puede hacerse la víctima cuando él sabe que estaba tomando una sustancia no aprobada sin supervisión médica? Todo deportista profesional sabe que hasta para tomarse una aspirina necesita la aprobación de un médico que esté al tanto de las sustancias prohibidas. No son niños chiquitos.
Y en otro deporte, el atletismo, sólo quisiera comentar sobre el estúpido -perdón pero no se me ocurre otro adjetivo- pretexto de Ana Gabriela Guevara para su bajo rendimiento en la Golden League, en Europa. Después de haber caído al tercer puesto en la primera prueba de la GL con un tiempo muy por encima del esperado, Guevara comentó que se debía al tráfico de la Ciudad de México. Porque unos días antes, cuando se traslado de México a Europa, el tráfico la hizo perder su vuelo. Entonces, en lugar de tener siete días para adaptarse al clima y condiciones sólo tuvo seis días y medio. Y sin embargo, días después, ya completamente aclimatada, quedó segundo lugar en su segunda prueba, para la cual, por cierto, seleccionó una competencia donde no participaría ninguna de las dos atletas que la superaron la primera vez. Y una vez más con un tiempo más alto. Triste caso de ego y negación, pues es obvio que el final de su carrera no está lejos y ya ha entrada en la curva descendente de su desempeño. Pero siempre lo dije: Televisa la está inflando mucho, la están elevando demasiado y cuando se caiga va a doler.
En fin. Necios hay en todas partes.
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