No, no se espanten, no pienso hablar de política.
Hace unos días me topé con una nota en la revista Día Siete de El Universal (no pregunten, la encontré en mi casa) que me llamó la atención. En ella se explica que algunos hallazgos recientes parecen echar por Tierra la aceptada teoría de que los dinosaurios se extinguieron por las repercusiones del impacto de un meteorito en la península de Yucatán. Hallazgos recientes, claro, si tomamos en cuenta que la única fuente citada por el autor del “artículo”, Juan José Olivares Villegas, es el libro The Rise and Fall of the Dinosaurs, de Joseph Wallace, publicado en 1987.
El artículo está lleno de información y datos suministrados a medias, además de que presenta conjeturas basado en hallazgos posteriores a la aparición del libro que cita como fuente. Al menos resultó incentivo suficiente para navegar un poco en la red en busca de más información. Al final de este texto puse enlaces a las páginas más completas que hallé, así que si desean más información o quieren ahondar en los puntos que expongo a continuación, serían perfectos para empezar.
Todos están en inglés, pero traduje algunos de los textos que me parecieron más relevantes. Por cuestiones de espacio decidí no incluirlos, pero si a alguien le interesa, con gusto se los puedo enviar via e-mail. En cuanto a Día Siete, tras echarle una ojeada al resto de la revista sólo puedo decir que es bueno saber que la revista es regalo al comprar El Universal los domingos. Sería una verdadera afrenta que se atreviesen a cobrar por ella.
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La hipótesis del meteorito asesino es conocida como la Teoría Alvarez, pues fue postulada por Luis y Walter Alvarez, científicos de la Universidad de Berkeley en California, y a continuación les hago un resumen. Hace 65 millones de años se extinguieron de la faz de la Tierra la gran mayoría de los dinosaurios, además de varias otras especies animales y vegetales.
Esta extinción masiva se conoce como la Extinción K-T, usando esas letras como abreviatura de cretaceous-terciary, con lo que se hace referencia a que se dio entre el final del periodo cretácico y el inicio de la Era Terciaria.
En 1980, el físico Luis Alvarez y su hijo Walter, geólogo, postularon que el impacto de un enorme meteorito en la superficie de nuestro planeta hace 65 millones de años había provocado la desaparición de más del 70% de las especies vegetales y animales en nuestro planeta. Basaban su hipótesis en las altas concentraciones de iridio halladas en los depósitos de arcilla que separan las rocas de los periodos cretácico y terciario.
El iridio es un raro elemento metálico, y de acuerdo con la Teoría Alvarez, esas altas concentraciones sólo podían explicarse como de origen extraterrestre, es decir, traídas a nuestro mundo por un cometa o meteorito rico en dicho mineral. La colisión de este cuerpo celeste contra nuestro planeta habría provocado una liberación de materia flotante a la atmósfera, bloqueando la luz del Sol y hundiendo a la Tierra en un largo invierno glacial.
En 1991 se descubrió en Yucatán, México, un enorme cráter, el Chixculub, que coincidía con los cálculos geológicos de la Teoría Alvarez. Podía ser la huella del asesino, un asteroide de entre 9 y 15 km de diámetro. Hay evidencia de otros cuerpos celestes que cayeron a nuestro planeta en la misma época, lo que apoyaría el postulado de los Alvarez. El más notorio es el Cráter Shiva, en el Mar Arábigo, cerca de las costas de la India, que se especula fue causado por un meteorito de unos 40 km de diámetro.
Estos hallazgos refuerzan la teoría del asesino extraterrestre y confirman que no se trató sólo de un cuerpo celeste, sino de una lluvia de meteoritos, echando así por tierra la hipótesis del asesino solitario. Y conste que no estamos hablando de política. Del mismo modo, algunos geólogos han encontrado evidencia mineral que pondría el impacto de Yucatán al menos unos 300,000 mil años antes de la Extinción K-T. Entonces, ¿qué fue lo que realmente acabó con los dinosaurios?
Las teorías abundan. Las siguientes son algunas de las más populares:
- Algunos mamíferos de la época convirtieron los huevos de dinosaurio en la base de sus dietas.
- La constante caída de cuerpos celestes en nuestro planeta afectó la composición química de la atmósfera, permitiendo el paso de mayores cantidades de radiación ultravioleta.
- Los movimientos tectónicos del periodo provocaron la liberación de grandes yacimientos submarinos de metano a la atmósfera.
- La alta actividad volcánica de la época liberó grandes cantidades de ácido sulfúrico, y esto, además de la consecuente lluvia ácida, ayudó a disminuir la temperatura del planeta.
- El descenso en la temperatura también pudo ser provocado por cambios en la órbita terrestre.
- Una supernova cercana a nuestra galaxia bañó a nuestro planeta de fuertes dosis de radiación al estallar.
- Némesis, la estrella gemela del Sol, cruzó con la órbita de nuestro planeta, provocando que material de la mítica Nube de Oort cayese en nuestro mundo.
Tal vez no hubo una sola causa. Tal vez una combinación de dos o más factores fue lo que provocó la Extinción K-T. Algunos investigadores señalan que la mayoría de la gente habla de la extinción de los saurios y olvidan que desaparecieron muchas especies marinas y gran variedad de especies vegetales. Hipótesis sobran, pero probarlas, si no imposible, es muy difícil. Quizá nunca sabremos qué pasó, pero es un hecho que el tema es motivo de fascinación para neófitos y científicos por igual.
Curiosamente me topé con esta nota justo cuando estoy a media lectura de la novela Jurassic Park, de Michael Crichton que, por cierto, es muy superior a la adaptación fílmica dirigida por Steven Spielberg. A continuación les dejo los enlaces prometidos a algunos sitios (en inglés) donde pueden hallar más información de este apasionante tema:
Ah, y otra cosa. Acabo de recordar que Neil Gaiman ofrece, a manera de broma, otra teoría sobre la extinción de los dinosaurios en una historia corta disponible en su sitio web. Especialmente recomendada para los fans de Lovecraft.
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